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sábado, 14 de enero de 2017

¿AYUDAMOS AL MALO? (... A ESTAS ALTURAS DE LA PELÍCULA)

 

Para los detractores de la época digital, diremos, hay que reconocerlo, que tiene sus cosas buenas. Como darle otra oportunidad a esas películas que en su momento de estreno te perdiste en su pase “por las mejores salas”, porque tu agenda estaba petada, o tu bolsillo no recordaba ya lo que era ser poseedor de unos cuantos euros sin estar destinados para algo vital.
Este vecino del mundo, como sus seguidores ya saben, es un enamorado hasta la médula del cine, y este año se ha propuesto ver, antes de la entrega de los “Goya”, el mayor número de películas nominadas, mediante el recurso del DVD; y ayer le tocó a “Tarde para la ira”.

La ópera prima del hasta ahora actor Raúl Arévalo, comienza con un robo frustrado y mediante el recurso de rodar con cámara en mano, mitad dando la apariencia de un documental, y mitad de improvisación en la puesta en escena,  el espectador que acaba de sentarse se encuentra ya sin resuello intentando escaparse de la ley.

“Tarde para la ira" es un golpe en la mitad de la cara del espectador que todavía se crea ese inefable “todo va bien”.

El guion, en el que también ha intervenido Raúl Arévalo, junto a David Pulido, tal como está planteado, juega muy bien con el espectador, al mostrarnos personajes que hacen cosas malas, y que siempre tendemos a tacharlos de “los malos de la película”, pero que al ir conociendo  su pasado tendemos a enfatizar con ellos y comprender que el comienzo de la maldad puede ser una línea no tan fácil de distinguir, ya que si a nosotros nos pasara lo mismo... ¿cómo nos comportaríamos?
 
En la trama no hay puntos muertos, ni momentos que sobren. La historia es más de gestos, de silencios, de miradas, porque hay historias en las que sobran las palabras, y ésta es una de ellas.
 
En el orden interpretativo, Antonio de la Torre y Luis Callejo, ambos nominados a los Goya al “Mejor actor protagonista”, de recibirlo, según este vecino del mundo, lo justo quizás sería un ex aequo, ya que son personajes que cargan las pilas del otro, según el diccionario, “se realimentan”.
 
A destacar los aproximados cinco minutos en los que interviene Manolo Solo como el empleado de un gimnasio: simplemente “sembrao”, y justamente nominado a los Goya como “Actor de reparto”.
 
En el lado femenino, Ruth Díaz está rotunda en su papel de esposa sufridora, y arrebatadora en su mirada final debatiéndose entre lo que tiene y lo que quiere… Y en opinión de este vecino del mundo, también justa nominada como “Actriz revelación” en los próximos Goya.
 
Una historia que en su explosión de violencia final, y aunque difiera en la temática, en momentos le ha recordado a este vecino a aquella joya, para muchos ya olvidada, y desconocida para las nuevas generaciones, “Perros de paja”, de Sam Peckinpah, aunque en muchas ocasiones a la hora de plantear la manera de rodar las escenas le recuerde más al Sergio Leone de “Hasta que llegó su hora”, en la que en escenas  de amplios paisajes, te impide ver todo lo que ocurre, y solo ves lo que la mirada del protagonista alcanza.
 
Una película de esas que te remueven por dentro, y te hacen plantear ese algo más que las apariencias ocultan; con una mezcla de sabores, entre el costumbrismo “Made in Spain” y el regusto de los westerns crepusculares. Quizás, es lo que va consiguiendo esa idea de “la aldea global”.
*FOTO: DE LA RED

P.S.: Horas después de escribir este post, esta misma                 película  ha recibido en Sevilla, el "Premio Forqué al mejor largometraje".
¡Enhorabuena a todos los que han contribuido a que este proyecto se convirtiera en una excelente realidad!
 

miércoles, 27 de abril de 2016

TWEETS PARA UNA EMBAJADA


Ante tanto comentario triunfalista sobre el estreno de la nueva serie “La embajada” y ser ganadora en el “share” de ese día, este vecino del mundo  se ha tomado un día (día y medio) para pensárselo y que se enfriaran sus sensaciones, complicadas, intentando ser más justo.


Como durante la emisión del capítulo, este vecino fue redactando tweets sobre sus opiniones a tiempo real, se va a basar en ellos. El orden en este post no tiene por qué coincidir con el orden real mandado por twitter. 


"Creo que la embajada real de Tailandia, si la hay, va  a estar sin candidatos para ir, durante mucho, mucho, tiempo."
Y a pesar de esa sentencia, y sin ahondar en razones por no “estropear” el argumento a futuros espectadores, la serie puede ser buena publicidad para que las nuevas generaciones estudien para diplomáticos. Según ésta, "es un continuo  no parar”, en todo.
El argumento, el thriller,  en todo caso ocurre en una embajada como pudiera transcurrir en un hotel, o en un bufete de abogados.


Serie  realizada para que los pobres estemos contentos de no tener mucho dinero y ser corruptos y cornudos.
Sería un lado optimista de verlo, porque el argumento recuerda bastante a nuestra actualidad en alguna autonomía de nuestra piel de toro y, claro está, a muchas otras series.


He cerrado un momento los ojos y me he perdido dos polvos  y tres corrupciones.
Este vecino se ha imaginado a los guionistas de la serie como si estuvieran rellenando una quiniela con el método de los dados, y según iban lanzándolos, ahora uno le era infiel a su esposa, como que  ella le adornaba la frente a él, mientras ya buscaba nuevos horizontes. Una especie de Sodoma y Gomorra pero ataviados con lo último en grandes marcas de moda. Y que conste que este vecino del mundo no es estrecho de miras, pero viéndoles a esos personajes en sus lides amatorias, no tienen tiempo material para trabajar.


Carlos Bardem está que se sale, y Raúl Arévalo haciendo amigos desde el primer fotograma.
Lo del Señor Bardem, Carlos, si transcurre el argumento como parece, puede ser curioso, porque su personaje es el primer malo malísimo que detectamos, y que visto lo visto en el primer capítulo, puede resultar al final “una hermanita de la caridad”, en comparación con lo que parece adivinarse hay encerrado entre las paredes de la embajada, ya que él, y es un detalle, va de frente.

En cuanto a Raúl Arévalo juega, al menos por ahora, a ser el gran tapado, malo y posiblemente cruel.


Por un momento, al final, me ha parecido que Úrsula Corberó hacía un remake del papel de Megan Montaner en "Sin identidad".
Y es curioso, porque además la Señorita Montaner también aparece por la embajada. Y es que los productores si en algo no han escatimado es en nombres, bellezas, y epidermis, de actores y actrices del momento.
Por cierto, y no es una crítica, sino constatar un hecho, el comportamiento del personaje de la Señorita Corberó recuerda muy mucho a su manera de comportarse en la mayoría de sus entrevistas, dando la sensación de que “pasaba por allí”, pero mucho se teme este vecino, que sea la calma que precede a la tormenta, y que ese personaje, aparentemente alocado, va a sufrir bastante.


Demasiado esquemático todo. Si estornudas te pierdes dos datos. Y dentro de poco necesitaremos un mapa, para situarnos”.
Sensación de que el tiempo que ha durado el capítulo no he parado de trabajar. He acabado agotado”.
“He tenido la sensación durante todo el capítulo que era el enunciado de un problema, y gordo”.
Estos tres últimos “tweets” han sido agrupados a la hora de redactar este post porque están íntimamente relacionados, y pertenecen al lado, según la opinión de este vecino del mundo, de la parte negativa.


Demasiado condensado todo para poder disfrutarlo. Hay una duda en este vecino: ¿Será toda la serie así, o esa sensación de demasiadas cosas, que llega al agobio, puede ser motivado “solo” por ser la presentación de personajes y drama?


Personalmente, y sin intentar condicionar a nadie, este vecino va a dar de margen otro capítulo a la serie, y si sigue teniendo las mismas sensaciones, se va de Tailandia en busca de nuevas aventuras en otra película, o serie.


Por cierto, y ya para terminar, este vecino brinda una idea, y gratis. Le hubiera parecido más interesante la misma propuesta pero al revés, es decir, una embajada tailandesa  en España, y los problemas que pudieran surgir entre los tailandeses y los nativos, pudiendo incluso adentrarse en el terreno de la comedia.

*FOTO: DE LA RED




domingo, 27 de abril de 2014

NUEVA YORK Y PATA NEGRA (...A ESTAS ALTURAS DE LA PELÍCULA)

Ayer estuve en el cine viendo una película española, y no, no era “Ocho apellidos vascos”, de la que ya hablé durante su estreno (http://patxipe.blogspot.com.es/2014/03/euzkadi-tiene-un-color-especial-estas.html), porque hay más cine español, y muy interesante, tras la citada película.

La vida inesperada”, según un guion de Elvira Lindo, trata de un actor español, Juanito concretamente, que fue a Nueva York en busca de su sueño. Pasados bastantes años y sin el ansiado reconocimiento, su monotonía repleta de pequeños trabajos en lo que sea, para subsistir, se rompe con la llegada, llena de incógnitas, de su primo, y se nos presentará como la antítesis del protagonista. Sin embargo, la convivencia entre ambos irá descubriendo la realidad que hay detrás de cada uno de ellos.

Antes de nada he de comentar la parte mala, para este vecino, de la proyección, y es que la cinta estaba traducida totalmente al castellano. 
Hay que tener en cuenta, de que la historia al tratarse en Nueva York, debe de ser bilingüe, en los momentos en que los personajes hispanos interactúan con los americanos. Y todo ese trabajo interpretativo por parte de Javier Cámara, Raúl Arévalo y Carmen Ruiz, fue escamoteado. Me consta de que existen copias de la película en que las escenas comentadas están subtituladas, pero no fue el caso en los cines del centro comercial Max Ocio, cerca de Bilbao. En películas de este tipo debería de ser obligatorio su pase en versión bilingüe, ya que entre otras cosas, este vecino ama el sonido directo, y en este caso se pierde.
La película en sí, un proyecto que ha tardado Elvira Lindo en que cogiera cuerpo desde el 2002, merece muy mucho la pena. Es un “redescubrimiento” de un Nueva York, captado por la fotografía de Kiko de la Rica, melancólico, mediante encuadres diferentes,  y huyendo de grandes panorámicas.

Es una historia triste, pero llena de cucharadas de ricino realista, porque duro es el tener que confesarse que su tiempo de los sueños ya pasó.
Si el reparto español está sembrado con un Javier Cámara espléndido, y excelso en su aportación como showman cantando al final de la cinta, y un Raúl Arevalo “odioso” en su composición del personaje y significado, como contrapunto a su primo, la aportación de Carmen Ruiz, aunque aparentemente menor, le da ese toque de añoranza, cariño y cordura, a una historia de sueños por terminar. Por el lado americano, Sara Sokolovic saca de Raúl Arévalo, la verdad que se negaba a confesar, en un trabajo aunque corto lleno de búsqueda de cariño y comprensión.

El gran descubrimiento de esta cinta, este vecino tiene que admitirlo, es Tammy Blanchard. Verla te llena de una sensación de déjà vu, y es que es la reencarnación física de Judy Garland, a la que ya interpretó en una película para televisión. Los encuentros del personaje de  la Señora Blanchard con el de Javier Cámara es lo mejor de la película.
El trabajo de Jorge Torregrossa como director, está a la altura, sacando todo el jugo de un Nueva York que él también conoce, y huyendo de la postal, para llegarnos al corazón.

Este vecino ha de reconocer que ha tardado en deglutir la película toda la noche, pero ha merecido la pena, porque es una historia que te hace sentir lo que es la vida, con sus aciertos y sus fracasos.
A destacar también dos momentos, al comienzo de la historia con un “Soldados de Kazan”, delicioso, y especial para todo donostiarra que se precie, debido al genio, y nunca mejor dicho, de un Pablo Sorozabal extraordinario. Y la escena final, y no voy a destripar nada, cuando el personaje de Javier Cámara al buscar la mirada de su socio, en realidad está rompiendo con esa cuarta pared del espectáculo, y nos está mirando a nosotros.

El cine es caro, y no vamos a entrar en debates, pero no se pierda esta película, se lo digo de corazón, en el mismo idioma en el que habla esta cinta.

*FOTO: DE LA RED