Mostrando entradas con la etiqueta ONG. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ONG. Mostrar todas las entradas

lunes, 13 de abril de 2020

UN GIRO DE GUION...


No sé vosotros, pero personalmente hay momentos en los que tengo sensación de estar agachado en una trinchera, y que si me levanto más de lo necesario, me puede alcanzar un virus lanzado por un tirador de élite.

Y no nos engañemos, ésto va para largo. A lo mejor, o para ser precisos, a lo peor, acabamos todos tan zumbados como  el célebre personaje, Rambo, de Vietnam, con la sensación de haber sufrido lesiones de una guerra, que verla al menos por ahora, no la ha visto nadie.

Por eso, ayer, al llamarme un amigo con mucha urgencia, ya habían pasado las nueve de la noche y decirme que pusiera en ese mismo momento “La Cuatro”, agradecí ese giro de guion.

El programa era “First dates” y en ese mismo momento estaba en pantalla una señora de rojo, de Vitoria concretamente, que se supone estaba esperando a conocer a la persona que le iba a presentar el  programa, por si podían hacer buenas migas… Mi amigo por el teléfono me dice, espera a ver quién es él, por si te suena... A los diez segundos aparece él. Tuve esa inequívoca sensación de estar en un tiovivo y que todo gira a tu alrededor.

Quien estaba en pantalla era, Janfri, el portero de mi casa. Tiene sesenta años, divorciado, y no llevará más de tres años en ese trabajo. Por lo que está demostrando que si algo es, a estas edades, es un superviviente. Además, es ese tipo de personas que lleva escrito en su cara el“buena gente”.

Ahora, con lo del coronavirus, y por una serie de razones, no me ha pillado ahí, pero cuando vuelva iré como un colegial a pedirle un autógrafo, y a vacilarle un poco, aunque al final me vacilará él a mí, seguro además.

Está demostrando tener una buena mano izquierda en su trabajo, porque hay mas de cien viviendas que dependen de su gestión, y a poco que nos pongamos todos, pero no a la vez, espero, un poco picajosos, hay que darnos de comer aparte.

Nunca hubiera considerado un programa como “First dates” algo parecido a una ONG, pero en estos días de retiro más bien forzado, cualquier cosa que te saque de lo habitual y prácticamente único, es de agradecer. Y ayer, verle a Janfri convertido por unos instantes en candidato al amor me sirvió para escaparme del confinamiento, como en su tiempo lo hizo el célebre Henri Charrière, “Papillon”, con las autoridades francesas.

Por cierto,  y ya para terminar, la cita a Janfri le salió bien, y habrá una próxima. Sigue saliendo el sol más allá del confinamiento.

*FOTO: DE LA RED

domingo, 18 de enero de 2015

VENGANZA 3, LA NO-CRITICA

Ayer estuve viendo “Venganza 3”. Naturalmente que no voy a osar hacer una crítica de la citada película, porque se sabe lo que es, antes de entrar en la sala. No engaña, como los letreros de los váteres públicos. Si entras, ya sabes lo que vas a encontrar. Pero todos sabemos que hay un momento para todo. Por eso, precisamente, estas cintas deberían de estar subvencionadas por alguna ONG, algo así como “Odio sin fronteras”, porque quién no se levanta “mosqueado” estos días con tanta corrupción y caradura. Personalmente creo que si el mismo Papa Francisco se libraba de este mosqueo, ese viento filipino le ha tenido que descolocar, y no es un juego de palabras.
Continuando  con la película de la factoría de Besson, el ver esta cinta me trajo una palabra que no había usado hace mucho tiempo, y que me refresca imágenes de mi niñez. La referida expresión es: “soplamocos”. ¿A quién en su niñez no le amenazaron con uno, o varios? Además, es totalmente expresiva, y se te llena la boca como la mano lo haría en la nariz de alguien. Será, incluso, de las pocas palabras que viene con una gama de colores implícita: verde y rojo.
Los soplamocos del ya más que talludito Liam Neeson son una especie de relajante muscular en el alma. Reparte mamporros, y no nos engañemos, certificados de defunción a diestro y siniestro, pero como él es “el chico bueno de la película” no nos tenemos que avergonzar por ofrecerle nuestra simpatía y el deseo de que se viniera por nuestro suelo patrio a repartir un poco de justicia.
Estamos en un momento actual en el que hay muchos soplamocos pendientes, y toda esa energía se debe de canalizar por algún lado. Por eso este tipo de películas deberían de ser calificadas como “de bien social”.
A decir verdad, la película para que sea redonda, redonda a su manera, claro, le falta un cameo del "pequeño Nicolás", pero ya se sabe, la dicha nunca puede ser completa.
¿Os imagináis que una de estas películas acabara mal, que el protagonista lejos de repartir justicia, acabara bajo las garras del malo de turno? Creo que no habría sala de cine que pudiera ofrecer un segundo pase, por los destrozos causados por los espectadores de la gala de estreno y de despedida.
Tampoco me extrañaría que parte de ese dinero que pasta por las praderas suizas, se invirtiera en este tipo de películas, que son una especie de opio del resentido y mosqueado. ¡Vamos! Lo que viene a ser un currito de los de toda la vida.


 *FOTO: DE LA RED

lunes, 11 de noviembre de 2013

VISITE MI BLOG, Y QUE DIOS SE LO PAGUE

Lo que se ha dado en llamar “las nuevas tecnologías”, ha democratizado la comunicación. Todo aquel que se propone, puede abrirse un pequeño hueco en la red, y mostrar su discurso.
Ahora se pueden encontrar blogs de todo tipo, y con toda clase de colorido en cuanto a contenido se refiere. Y es solo el tiempo y los seguidores quien pondrá a cada uno en su lugar.
Dentro de los bloggers, habrá diferentes razones por las que cada uno ha tomado la decisión de hacerse oír, pero eso en realidad debería de formar parte del secreto profesional.
Hay personas que en este nicho han pensado en encontrar un trabajo, y hay otros, como este vecino, que precisamente por perder su trabajo, ha instalado su ventana, para oír y dejarse oír.
Requisito indispensable es la libertad y el decoro. Libertad para oír y ser oído. Y decoro para no hacer a los demás, lo que no quieres que te hagan a ti.
Y dentro de la libertad está el que la gente, los lectores, vengan y se vayan. Nadie les dijo que vinieran, pero un día aparecieron como las palomas en el alfeizar de esta ventana, y poco a poco se les va poniendo su “comida preferida” para que sigan volviendo, pero eso sí, siempre libres para elegir sus idas y venidas.
Ni se pasa lista, ni nos pasamos de listos preguntando el por qué de la ausencia.
De hecho, hay días en que este vecino no deja comida en la ventana, o contenido nuevo en el blog, y esos días, domingos generalmente, aparece más gente que lo que es habitual.
No sé sus nombres, porque el “sistema” no me lo dice, pero conozco su país de origen. Y ya en sí es un regalo el saber que al menos durante unos minutos has supuesto algo para alguien, que quizás está a miles de kilómetros, y que quizás en esos mismos minutos, ha visto la vida desde el mismo ángulo que tú.
Por eso, no parece de recibo, que haya bloggers que por razones de trabajo necesiten un número determinado de visitas, para hacer bulto, e imploren mediante las redes sociales que se visite su blog, diciendo claramente además, el motivo por el que lo hacen, que su jefe tiene que ver tanta cantidad de visitas para que le renueven su contrato. Y en ese mismo momento, estás convirtiendo a los posibles lectores en una ONG de mantenimiento de blogs, y a este vecino eso no le parece presentable, porque si no te renuevan el contrato, en cierta manera, estás haciendo culpable a tus lectores, o mejor dicho, a la falta de ellos.
Y, ante todo, un lector tiene que sentirse libre de decidir, sin ningún chantaje emocional, aunque muchas veces, precisamente, desde el blog “juguemos” con las emociones.

*FOTO: DE LA RED