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domingo, 19 de agosto de 2018

DEL HOYO AL BOLLO, UNA VEZ MÁS



Hoy me han llamado “raro”, y eso que a lo largo de mi vida me han podido decir de todo, pero “raro” nunca. Y lo más triste es que siendo de la familia, es posible que esa persona tenga razón. “Raro”, como venido de otra galaxia. “Raro”, como que mi raciocinio se basa en otros valores que si no queremos decir que no son “los normales”, al menos no son los usuales.

Todo ha venido porque La Nuri, mi sufrida, me iba a dar dos noticias de ámbito familiar, utilizando el manido “tengo una noticia buena, y otra mala”. Y tras elegir primero la mala, me he enterado, de acuerdo a lo que me ha dicho ella, que al parecer la mayoría de las veces el comportamiento suele ser el contrario.

Siempre se ha dicho, y con los años este vecino lo practica con más frecuencia, eso de que más sabe el diablo por viejo que por diablo. Y uno va aprendiendo a encajar las cosas. Por eso  ante la perspectiva de recibir dos noticias, este vecino lo tiene más que nítido, que primero prefiere la noticia mala, que sería como un túnel negrísimo, y luego recibir la buena, a modo de vislumbrar luz al fondo del caos.

Y es que si algo nos está enseñando, y de antemano perdón por la expresión, que en este caso está muy alejada del tufillo racista, esta merienda de negros en que se ha convertido la vida diaria es que hay que fijarse en los pequeños detalles.

En una semana en la que hemos descubierto que en Benidorm hay demasiados españoles, según una jubilada británica, y que las cosas no cambian en aquello relacionado con el viejo dicho de “el muerto al hoyo y el vivo al bollo”. Con una tremenda crudeza y torpeza se ha practicado esto último, sin anestesia, en los actos que iban a ser una especie de homenaje a los caídos en los actos terroristas de hace ahora un año, y se han convertido, además, en la merienda mencionada anteriormente.  

Quizás lo único que se puede salvar, lo bueno de lo malo, le duela a quien le duela, por supuesto que aparte del comportamiento de las víctimas y de los representantes de los fallecidos que estuvieron en su justo sitio sacando los colores a todos, no es el comportamiento de la monarquía, así en general, sino de Felipe VI y su esposa, Doña Letizia, que han demostrado que son ante todo y sobre todo personas.

En momentos en que uno se sabe estar, como se dice ahora, en el centro mediático, tiende a sobreactuar y de persona transmuta tristemente a personaje.  Y  llámenme “raro” que ya saben que no serán los primeros, pero en los actos conmemorativos de lo ocurrido en Barcelona y Cambrils hubo más personajes que los que se pueden encontrar en un belén navideño.

Durante las retransmisiones televisivas, al verse a los políticos de cualquier pelaje, solo faltó la voz en off de Groucho Marx diciendo: Estos son mis principios pero si no les gustan tengo otros.

Por eso cuando La Nuri me habló de una noticia buena y otra mala, no lo dudé: La esperanza siempre hay que dejarla para el final.

*FOTO: DE LA RED





viernes, 6 de abril de 2018

LA SEMANA DEL TELÓN


Si una noticia detrás de otra se puede considerar como “cortina de humo” de la anterior, esta semana no sé si se puede considerar como la “semana del telón”, pero tanto a la Reina Leticia y sus dimes y diretes con su suegra, y a Cristina Cifuentes que no termina de poner orden en sus papeles “escolares”, les ha podido venir bien este nuevo giro de guion, como las series televisivas, en lo ocurrido con Puigdemont y la justicia en Alemania, para que les dejen un poco tranquilas.

Al parecer, y este vecino se entera mediante un diario digital  “La justicia alemana deja en libertad bajo fianza a Puigdemont mientras estudia la entrega a España y descarta el delito de rebelión”.

Y no sé por qué, llámenme malpensado, pero me he acordado de aquel día, aciago día, ya lo he contado hace mucho en estas mismas páginas, en el que por dos veces perdí, en la misma jornada, un autobús en el que estaba el primero en la cola. Y como iba con mi hija, de tres o cuatro años, y mi madre, que ya era una señora por entonces más cercana a los ochenta que a los setenta, y grupos de alemanes, no diré que maleducados porque ni nos miraron a la cara, decidieron  que no nos veían, debe ser porque todos nos sacaban de 20 centímetros para arriba y nos ignoraron.

Era en Tenerife, en San Bartolomé de Tirajana, más concretamente en Playa del Inglés. Allí aprendí que los alemanes, no sé si son muy suyos, o si te descuidas todo les pertenece, o una combinación de ambas cosas. También aprendí, y hablo de los años noventa, que aunque se las daban de ricos, en realidad ellos pagaban por tres semanas de vacaciones, lo que nosotros lo hacíamos por dos.

Alguien dirá,  que seguro que yo no estaba bien informado, o que ahora no está bien informada la justicia española, pero seguro que si en iguales circunstancias esos problemas los tuviera ahora el gobierno alemán, los gerifaltes germanos ya habrían conseguido doblegar la opinión de nuestro gobierno.

En momentos así, me acuerdo de esa gran obra nuestra que es Don Quijote, y le veo más vivo que nunca, esta vez campando por bosques alemanes, más refugiándose en la cerveza que buscando a Dulcinea

No hay manera de hacernos respetar, aunque conviene no olvidar todavía que no hay una decisión final tomada en esa nueva aventura de "Puigdemont ahora en Alemania", y que siempre puede caer un nuevo telón a modo de otra cortina de humo; pero miedo me dá, porque puede ser peor el remedio que la enfermedad.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 4 de abril de 2018

MOVIDA EN PALMA



Hay personas que cuando las conoces, aunque sea a distancia, como ocurre con los famosos, te pueden caer bien o mal, y realmente no sabes por qué. Quizás veas en ellos gestos, miradas, que adivinas como más cercanos a ti, o no.

Esto me ha pasado desde el principio, incluyendo su etapa como presentadora del Telediario, con Doña Letizia, reina actual de este cortijo, o varios, conocidos como España. Y que desde ayer está en boca de todos con las imágenes que han trascendido grabadas  a la salida de misa en la Catedrald Palma de Mallorca, en las que se adivinan más que verse, discrepancias con su suegra por un posible "no te dejo lograr un momento fotográfico con tus nietas, que son mis hijas además de que una es princesa y la otra infanta de España".

En realidad, en este tipo de casos, los mismos argumentos que se pueden utilizar en contra, se pueden utilizar a favor, lo único que cambia es la mirada del que cuestiona.

La pregunta “¿Por qué se niega la Reina Letizia a que sus hijas se fotografíen con su abuela?”, también se podría hacer cambiando el contenido, “¿Por qué ese empeño de la Reina Sofía, lo intenta en dos o tres ocasiones, en sacarse una foto a solas con sus nietas?"

Quizás, la respuesta es tan simple o tan compleja como la queramos ver.

En realidad, y esto es de Perogrullo, las personas de las que estamos hablando son algo más que eso, son representantes en vida de una dinastía, las hojas, todavía vivas, de un árbol genealógico, que al parecer, por parte de alguien hay verdaderas ganas de que aparezcan juntas, pero sin ese injerto que sería, y lo digo con profundo respeto, Doña Letizia. Y es que de ella esperamos muchos una sabia regenerada y que cambie algunas costumbres que al parecer pudieran estar viciadas por siglos de conductas no controladas por el pueblo del que se dice que es “soberano”.

El famoso “Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir” en teoría debería de marcar un cierre, y consecuentemente un comienzo de nuevas conductas.

A Doña Sofía hay que agradecerle muchas cosas, especialmente en la sombra en una época cuando menos complicada, pero ya desde hace mucho tiempo ejerce a horario completo el papel de madre/abuela, y las madres comprenden a sus hij@s aunque est@s se hayan podido confundir, o no enterarse, gravemente del comportamiento de sus consortes, por muy Urdangarin que sean.  Y muchas fotos nos han ido narrando la proximidad y aquiescencia familiar.

Quizás todo eso es lo que ha intentado evitar Doña Letizia cuidando, y en este caso es literal, la imagen de su familia. También es normal que muchos, muchas, aprovechen la mínima para hablar mal de los que quizás acaben con la sopa boba  que desde hace décadas están acostumbrados a recibir, por aquello de al que a buen árbol se arrima…

Y ya para terminar, a destacar en las imágenes del video que ha trascendido, las caras de los dos reyes, que como buenos representantes masculinos no saben, como nos ocurre a la mayoría, por donde vienen, y con perdón, pero es mucho más clarificador, las hostias.

*FOTO Y VIDEO: DE LA RED






martes, 11 de julio de 2017

FROILÁN Y SU UTOPÍA



Hace unos pocos días, y es totalmente cierto, este vecino del mundo se acordaba de Froilán, y se preguntaba qué sería de él, porque últimamente al menos, no se oía nada sobre su comportamiento, y en este caso, al menos, “eso” suele ser bueno.

Y es que tras aquellas imágenes, en la boda del, entonces, Príncipe Felipe y Doña Letizia,  de aquel niño que no paraba quieto, y que además nos regalaba unas imágenes de lo más sorprendentes, al atizar una real patada, a una de sus primas, para la mayoría de los españoles, aquel niño rebelde, se convirtió en una especie de “sobrino político”, y nunca mejor dicho.

Y si antes este vecino se pregunta por él, antes vuelve a aparecer como noticia.

Nuestro Felipe Juan Froilán de Todos los Santos de Marichalar y Borbón vuelve en todo su apogeo, pese a su pesar, ya que en su momento repitió (a eso algunos, monárquicos irreductibles, lo llamarían “constancia”, aunque, en realidad, se debería de decir “tener posibles”) tres veces 2º de la ESO, dos de ellas en España y la otra en la academia militar Culver de Estados Unidos.

Sin embargo, y ahora viene el por qué de la noticia, ha conseguido aprobar, en una especie de “milagro de los milagros”, los cinco cursos que le restaban, tres de ESO y dos de bachillerato, para acceder a la universidad, sin apenas dolerle, es un decir, en dos años, digamos que sin truco, o casi, mediante el sistema de estudios de los hijos (que cruel estoy siendo, ya lo sé) de Trump, es decir, de los estadounidenses.

La palabra clave para todo este milagro, o casi, se llama “convalidar”. Ya que nuestro sobrino, el díscolo, pero sobrino al fin, Froilán, ha conseguido convalidar sus estudios en España, según su historial, dilatado y azaroso, y acceder a lo que hace tan solo unos años, hubiera sido Utopía, y sin embargo ahora, se llama: Universidad.

Comenzará sus estudios universitarios, según se ha hecho eco la prensa, en Administración y Dirección de Empresas (ADE) en el CIS The College for International Studies, universidad internacional en el mismísimo centro de Madrid.

Ahora viene, por no decir el quid, sí el “matiz” de la cuestión. El centro elegido para Froilán en Madrid, ya que este vecino del mundo, se niega a pensar que todo esto ha sido idea de nuestro sobrino y sí “Realmente diseñado” por parte, claro está y como debe de ser, del “ente” familiar, y que le dará acceso a las principales universidades de las Américas del Trump de marras, costará la nada despreciable cifra de 18.000 euros por curso, según comentado en “El Mundo”.

En una España que se sigue debatiendo entre la crisis, y ésta sí que es REAL, y la publicidad del gobierno de que ya se empiezan a atar, otra vez, los perros con longaniza, vemos, y esta noticia lo confirma, que está más vigente que nunca ese triste refrán: “El que tiene padrino, se bautiza”.


Y no nos confundamos, el verdadero padrino siempre ha sido, y es, el dinero. Lo demás, la familia, y en este caso los títulos, claro que ayudan, pero si la familia no tiene dinero, como hubiera dicho aquella miss, ya no estarían en el candelabro.

*FOTO: DE LA RED

domingo, 22 de enero de 2017

PONIÉNDONOS DEL REVÉS


Tiempos convulsos. Este vecino del mundo siempre se ha tenido como eterno positivo, aunque eso nada tenga que ver con tener los pies bien asentados en el suelo, sabiendo lo que hay; que visto lo visto, hay más bien poco… Pero es como si nos hubieran puesto del revés y todo en lo que creíamos se haya enmarcado entre interrogaciones.

Allende los mares, viendo las imágenes de los primeros momentos del cambio de gobierno, con una Señora Trump más bien perdida en un tipo de vestimenta que no domina, y a la que inevitablemente se le ha querido disfrazar, al menos eso parece, a lo Jackie Kennedy, pareciera que el fantasma de la guerra de secesión se volviera a despertar. 

Una fiesta de gobierno de tiros largos, con unos códigos más del siglo XIX, que parece destapar claramente las diferencias sociales, sino lo ha sido ya al tomar como primera medida del gobierno, el destrozar el "Obamacare".

Este vecino del mundo siempre se mueve por sensaciones, no las sigue al pie de la letra, pero siempre las sopesa seriamente. Y viendo las imágenes de la toma de posesión de Donald Trump, le ha dado la sensación de estar viendo simplemente, y no es poco, un espectáculo para masas, una especie del "Un, dos, tres... responda otra vez", pero en su versión trucada, con la sensación de que las puertas  que te ofrece el Señor Trump, siempre van a ser pésimas, y donde siempre, siempre ganará la banca, o en este caso, el multimillonario.

Lo de Trump es, como se dice ahora, para hacérselo mirar. Él nunca ha creído en el cambio climático, pero no habían pasado ni veinticuatro horas de su toma de posesión, y la temperatura de sus calles (porque está claro que él ha tomado, ahora, posesión de “su” país) ha subido muchísimos grados. Con una población ya claramente dividida, porque aquellos que se escondían en la oscuridad de sus creencias de diferencias de razas y sexo, han recibido, o han creído recibir, patente de corso. De ahí la mención que este vecino ha hecho a la “guerra de secesión”. 

¿Faltan cinco minutos para otra caza de brujas?

Y en España, no es que todo siga igual, sino que aunque pareciera imposible, vamos empeorando. 

Alguien debería llamar a los del Libro de los récords Guinness, para que tomaran nota. En un país donde ya se ha puesto en tela de juicio todo, ahora se está comprobando como cierto, aquel rumor que durante tiempos inmemorables, unos y otros oíamos en la calle, de que nuestro entonces monarca y guía en la transición, había tenido, por decirlo suavemente, sus dimes y diretes con más de una de nuestras famosas chicas guapas de aquella época.

Ahora, al parecer, los rumores se han convertido en un verdadero tsunami con una Bárbara Rey como flotador constante en todo tipo de ríos revueltos, y pescadora de ganancias. Y cuanto más se oye, peores son las informaciones, con un niño convertido en notario de las cosas de su madre, con intento de un real embarazo, con un domador domado, y con una, en el fondo, compra de “carne” que, como siempre, hemos pagado todos los españoles, y que nos ha salido a precio de verdaderas angulas.

Si todo eso fuera verdad, y que por aquello de que el campo de la opinión en España se está minando cada día más, este vecino del mundo ha intentado pasar de “putillas” por el tema, la sensación de abandono al españolito de a pie es más que evidente.

Sin embargo, este blogger, al único al que le apetecería, ahora, y visto lo visto, tener frente a frente es a Jaime Peñafiel, para recordarle lo mal que siempre ha tratado, primero a la ciudadana novia del entonces Príncipe Felipe, y  a la ahora Reina, Letizia, por aquello de que “una reina tiene que haber estudiado y vivido para ello, ser una profesional”. 

¿A qué se refería el afamado periodista? ¿A saber llevar la cornamenta con porte?¿A callar durante años y años? ¿A saber sufrir, como con las hemorroides, los cuernos en silencio?

Pareciera que nuestro mundo hasta ahora hubiera estado dentro de un colador manga o "chino", como los que se han usado siempre para filtrar el café de puchero que tan mala prensa tiene ahora, y que tan bueno ha estado siempre, y alguien le ha dado la vuelta como si fuera un calcetín, y toda la porquería ha quedado fuera.

*ILUSTRACIÓN: DE LA RED

jueves, 19 de junio de 2014

ORGULLO Y SATISFACCIÓN

¿Habrá sentido orgullo y satisfacción?
Esa es la pregunta que ha venido a la mente de este vecino del mundo, al ver el gesto del ahora rey, Felipe VI, al llevarse la mano al corazón desde el balcón en el Palacio Real en agradecimiento a la gente que ha ido para ver la ceremonia.
Por fin hemos colocado en el trabajo, se ha felicitado también este vecino, a nuestro sobrino Felipe después de tantos años de espera, aunque sea por enchufe. Nos ha costado mucho, pero ha merecido la pena. Sabemos que ahora para los jóvenes es muy difícil encontrar trabajo, pero un poco más y nuestro sobrino, porque es como si le hubiéramos visto nacer, pasa de las dificultades de todo joven en encontrar su primer trabajo a los problemas de una persona mayor y en paro. Porque durante mucho tiempo este vecino estaba convencido de que a Felipe le iba a pasar lo mismo que a su pariente lejano, el Príncipe Carlos, que de aspirante puede pasar a jubilado.
¿Habrá sentido orgullo y satisfacción?
Este vecino siempre ha sido de la opinión de que a donde fueres haz lo que vieres, y si no, para eso no vayas. Y sin embargo ha habido algunos representantes políticos que primero han “amenazado” con no ir, y luego han ido, pero como los niños cuando están enfadados, se han encargado en todo momento de demostrar que no están de acuerdo. Y si los demás aplaudían, ellos no, porque eso siempre merece la atención de la gente, y algún comentario. Y otros, que han ido a la recepción previa invitación. Hasta aquí todo correcto. Lo único que ocurre es que esa invitación siempre va acompañada de alguna instrucción de cómo se debe de ir vestido, y este vecino es de la opinión de que “siempre es de buen nacido, ser agradecido”. Y ha habido alguno/alguna que se ha pasado las recomendaciones a la torera, como por ejemplo el Señor Bisbal, que a lo mejor no ha creído propio de su cuidada imagen descuidada el llevar corbata, y no le ha dado la real, con perdón, gana llevarla. Y eso, que en realidad es lo que quieren, se merece otra foto, siempre otra foto.
Por cierto, tanto en los colegios, como en este tipo de eventos se deberían de prohibir los teléfonos móviles. Y es que no es propio de un lugar serio el sacarse un “selfie”, o auto-foto, para así demostrar quién la tiene más grande. ¡Tranquilos! Este vecino se refería claro está a la pantalla del móvil. Con su comportamiento ha quedado demostrado que entre la clase política y los niños no hay mucha diferencia, y es que como niños estaban muchos políticos en su primera proclamación, y por eso su único interés era sacarse auto-fotos, ahora sí y luego también.
Es de destacar también que, aunque el ahora rey Felipe VI ha cuidado todo detalle de que no aparecieran símbolos religiosos durante su proclamación, sin embargo ha quedado patente de que Dios existe, o al menos su representante en la tierra. Y es que el Señor Rajoy estaba en todas partes, un auténtico remedo de Mr. Bean, que no quiere molestar pero chupa cámara todo el rato. En algún momento este vecino ha llegado a convencerse de que había varios Marianos y un solo Rajoy. Lo dicho, un auténtico despropósito con aroma religioso.
Como cinéfilo, que al menos así se considera, este vecino se fija en los detalles, y lo más bonito ha sido el gesto del nuevo rey dando las gracias con su mano en el corazón a los ahora súbditos, y las caricias de Doña Letizia al rostro de su marido mientras iban sentados en el coche.
¿Habrá sentido orgullo y satisfacción? Como en las películas, el primer plano de su cara lo decía todo.

*FOTO: DE LA RED