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viernes, 11 de marzo de 2016

DESPERTARSE CON FELIPE GONZÁLEZ



Desde que la crisis se hizo presente, ha bajado tanto mi nivel de vida que cada vez que me invitan a una boda, o compro mi ropa, como el fundador de Ikea, de segunda mano, o si estoy muy tieso, siembro cizaña entre la pareja que está a punto de legalizar su situación… Y seguimos sobreviviendo.


La crisis, queramos o no, nos ha cambiado a todos. Los que robaban porque han intentado robar más, por si se les acababa el chollo, y los demás, no hemos delinquido, pero ganas no nos ha faltado.


Este vecino del mundo, por ejemplo, cada vez que se enteraba de que alguien había encontrado una cartera, o maletín, con muchísimo dinero, antes de la crisis siempre se ponía como sujeto en una suposición, y sin dudar devolvía el dinero.


Ahora lo que hago, para no pecar, al menos por mentiroso, directamente no supongo, por aquello de que la carne es débil.


Pero aquel que no haya cambiado que tire la primera piedra. Por ejemplo, quién le ha visto, y quién le ve a Don Felipe González diciendo que no tiene “preferencias” entre PP y Podemos


Siempre que nos hablan, o pensamos en alguien, tenemos una especie de “icono virtual”, al menos a este vecino del mundo le ocurre, en el que instantáneamente vemos al aludido. En el caso de Don Felipe, y teniendo en cuenta la edad de este vecino que le tocó la transición en plena eclosión de sus ideales, el que ésto escribe pasó de imaginárselo con aquel famoso traje de pena (aunque fuera nuestro Presidente, siempre lo recordaba así), a un tiempo en el que la figura del ex presidente que me persigue es la de un Felipe más que metido en carnes, salido de carnes, recibiendo cremita en traje de baño, mientras se fuma un puro. Y no sé por qué, pero en mi interior siempre tengo la sensación de que ese puro, en realidad, es España.


Y es que muchos de nuestros políticos deberían de hacer lo que hicieron muchas estrellas del Hollywood dorado, especialmente Greta Garbo, esconderse y que siempre les recordemos en su mejor época. Y presuntamente el Señor González lo hace a medias, en España intenta dar una imagen más"controlada" que la que de vez en cuando le "pillan" mientras está de viaje entre amigos extranjeros.


No se puede predicar a distancia, o como el intermitente de un coche, ahora sí, ahora no.


Más de uno de mis seguidores me dirá seguro, que hoy le he dado mucha “caña” al Señor González, y es que el momento más vulnerable del día es el despertar. Y hoy nada más despertarme, y desde las portadas de varios periódicos, el que un día fue Isidoro, me ha ofendido, y mucho, diciendo eso de que no tiene “preferencias” entre PP y Podemos.


Debería, el Señor Felipe González, coger una foto suya en plena transición, y mirándola, darse una serie de explicaciones, si las encuentra. Aunque estoy convencido de que si hace buen tiempo, preferirá que le den cremita. El puro lo pondrá él de sus amigos cubanos, porque, por lo que se ve, amigos no le faltan.



Mientras, desde este lado, este vecino del mundo rompiendo con sus amistades para que no le tengan que invitar a nada, y evitarse gastos superfluos.

*FOTO: DE LA RED

domingo, 28 de febrero de 2016

CRISTIANO RONALDO, ¿SIEMPRE PROTAGONISTA?



Hoy se hablará en muchos medios de la que ya se ha dado en llamar, aunque a este vecino del mundo no le guste la expresión,  “gran rajada” de Cristiano Ronaldo, ayer en los micrófonos de la Cadena Ser, tras perder su partido ante el Atlético de Madrid, y que, habiéndole oído en directo en la radio, creo que la conversación, o más bien el monólogo, se le fue de las manos, y queriendo hacer hincapié en lo mucho que se lesionaban en su equipo (¿quizás se quiso meter con el equipo médico del club?), la realidad es que, una cosa le llevó a la otra, y acabó diciendo que “si el resto de sus compañeros tuvieran su calidad, quizás en este momento irían los primeros en la liga”


Me atrevo a pensar incluso, a que hoy o mañana, en el primer entrenamiento que tengan, sus compañeros no le van a cantar "Cristiano es un chico excelente", aunque lo sea.


Sin embargo, este vecino del mundo prefiere hablar de otras declaraciones, aún incluso más jugosas, dadas por el astro portugués, por supuesto, y por casualidad, con el nombre de una marca, de ropa en este caso, detrás, en las que ha dicho hace tan solo unos días, que cuando se retire quiere hacer cine, no en cualquier sitio, sino en Hollywood mismo, lo que sería la primerísima división del cine. Que por supuesto, tiene que aprender, pero que como en todo, la mejor manera de hacerlo es rodeándose de los mejores.


En eso que ha dicho, este vecino del mundo está totalmente de acuerdo con él. Sin embargo, aunque mi maquinaria de hacer suposiciones está muy bien engrasada, hay algo, que no me permite imaginarme a un Cristiano Ronaldo desempeñando cualquier tipo de papel... 


Creo que me comprenderéis al decir, que no puedo imaginarme a CR7 como amigo del protagonista, ese que está ocultamente enamorado de la misma chica, y que no solo nunca la podrá conseguir, sino que al final muere, mientras su amigo, el prota,  venga su memoria.


Tampoco le veo a Cristiano Ronaldo en un personaje en el que tenga que estar ni sucio ni descuidado (o ganando unos kilos, solo de grasa, y no en moneda de cambio), como por ejemplo nos tenía acostumbrados Mickey Rourke, y desde hace unos veinte años lo hace también Johnny Depp.



Aunque su gran reto, si continúa con sus ganas de reconvertirse en actor, bien sea en Hollywood o en cualquier estudio de tercera, sería que interpretara el papel de un hombre cualquiera, insignificante, incluso perdedor,  y nada acostumbrado a mirarse a los espejos. Sería en un futuro, su gran interpretación, que sin duda, al menos ayer no la supo llevar a cabo.  Quizás no fuera su culpa, sino que como ya había avisado en días previos, a él siempre le gusta rodearse de los mejores…


*FOTO: DE LA RED

miércoles, 28 de octubre de 2015

EL DÍA DE PENSAR MAL


Hoy llevo todo el día con la sensación de “piensa mal y acertarás”.

Leo en algún periódico que ayer, para buscar, a primera hora de la mañana, en las pertenencias de los Pujol, se utilizaron doscientos policías. Ni en las mejores superproducciones de Hollywood se ha visto tanto movimiento de polis. Y más teniendo en cuenta que después de tanto tiempo ya no se espera encontrar más que el eco de lo que pudo haber, si alguna vez hubo. Quizás, además, habrá más de uno que pensará, que ya que no se pueden hacer nuevas inauguraciones por la cercanía de los próximos comicios, "movimientos" similares siempre pueden ser publicidad, buena o mala dá lo mismo, para un Gobierno a falta de buena prensa.

Este vecino del mundo ignora técnicas y tácticas policiales, pero doscientos policías juntos se le antojan más problemáticos que otra cosa. Doscientos policías con dos cientos pares de guantes, porque de lo contrario pueden aparecer todo tipo de huellas, hasta de dinosaurios; incluso "los malos", si los hubiera, se pueden deslizar entre doscientos hombres.

Más tarde me he enterado de que esos hombres eran para catorce registros diferentes, lo que representa más de un equipo de fútbol  por cada registro, o lo que viene a ser que para el operativo de los Pujol, casi se ha montado una liga por un día.

Semejante exageración, al menos a mi entender, me ha retrotraído a hace unos treinta años, cuando un compañero de estudios nos anunció que habían inaugurado una discoteca en el pueblo, que era lo último de lo último en tecnología, y con respecto a la iluminación, sabía de buena tinta que se habían usado más de doscientas mil bombillas. Al final, y para nuestra salud mental, llegamos a la conclusión de que doscientas mil debían de ser muchas bombillas, tantas que incluso veíamos como inviable que quedara sitio para sentarse en el citado recinto, por miedo a hacerlo encima de alguna de las bombillas.

También me he enterado, y sigo afianzándome en el “piensa mal y acertarás”, junto con la noticia de los doscientos policías, que ahora se ha sabido que según la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) que la carne procesada (salchichas, hamburguesas, chorizo) puede originar cáncer, especialmente el de colón.

Todo aquel que esté ya entradito en años recordará los diferentes cambios que ha habido en lo que se supone son buenos hábitos de comida. Antes era bueno el pescado azul, después el blanco. También fue muy bueno el aceite de girasol, luego el aceite de oliva, y la dieta mediterránea.

Más de una vez este vecino del mundo ha pensado, que todo ésto puede ser una manera de hacernos cambiar de hábitos según convenga en cada momento, por carencia o exceso de producto en un momento determinado. 

Y ahora, ya sé que este vecino sigue pensando mal, y le gustaría, de verdad, no acertar , pero ahora en que los consumos, y por razones obvias han bajado, y el que más y el que menos, utiliza más que marcas blancas, marcas sin pedigrí, ahora en cierta manera vendría bien que comamos comida más cara, porque todo lo que están diciendo que produce cáncer son alimentos, ¡qué curioso!, más baratos.

De todas maneras, a aquel que se extrañe de que haya hablado de dos temas tan dispares como los Pujol, y comida cancerígena, decirle que de dispares no tanto, porque ambos temas pueden tener un nexo de unión muy claro: el chorizo, que en un caso puede producir cáncer, y en el otro, presuntamente, un agujero, y no precisamente en el estómago. Aunque a más de uno, también le haya podido entrar un cólico.


Lo dicho, piensa mal y acertarás.

*FOTO: DE LA RED


lunes, 23 de febrero de 2015

EL HURACÁN OSCAR Y LOS DAMNIFICADOS


Este vecino del mundo de pequeño se imaginaba a Roma como si fuera un punto lleno de flechas a su alrededor, por aquello de que “Todos los caminos conducen a Roma”, porque el otro significado, el más profundo, de que en realidad todo tiene algo que ver, tardó muchos años en llegar.


Cada vez que nuestra familia nos movíamos a algún lado, que la verdad que nos movimos poco, por aquello de la España en blanco y negro, y que más valía llenarse la tripa a pegarse un viajecito, desde la mente de un niño, siempre me preguntaba “¿Y a cuantos kilómetros estaremos ahora de Roma?”.


Cuando no se entiende ni el concepto, ni el verdadero alcance de las cosas, pasan situaciones como ésta.


Algo parecido ha pasado hoy tras el huracán de la entrega de los Oscar. Me refiero a ello como huracán porque tras él ha habido vientecitos de todo tipo.


En primer lugar digamos que tras ver varias galerías de fotos con todo tipo de parejas, y personas en solitario, posando a la entrada del Teatro Dolby en Los Ángeles, todo el tiempo he tenido la sensación de un continuo déjà vu. E instantes después me he dado cuenta, me recordaba mucho a las visitas al Museo Madame Tussauds, en Londres, donde parece que la vida se para por unos momentos, vestida eso sí de las mejores galas. Y las mejores galas estaban ayer reunidas en la Roma del cine que es Hollywood, porque en el mundo del cine todos los caminos conducen a los Oscar, aunque en la mayoría de los casos queden como un deseo muerto antes de nacer, o te pierdas por el camino del fracaso y de la incomprensión.

Y como he dicho antes, tras el huracán Oscar, cargado de estatuillas y de desilusión, mucha desilusión para los perdedores, ha habido algún vientecillo que ha llegado a España en forma de foto de una Sonia Monroy tan esplendorosa como esas flores que se guardaban en la alacena para dar buen olor a objetos inertes. Toda sonriente y vistiendo un modelito de fabricación propia, como no podía ser de otra manera, y como principal elemento decorativo una bandera española ceñida a sus curvas, que de sugerentes ya no son nada, porque han sido muy publicitadas en cualquier momento que le han dejado.

Nos han intentado colar unas fotos, en las que la Señorita Monroy se supone que estaba haciendo el denominado paseíllo de la fama, y luego nos hemos enterado de que estaban sacadas el sábado, el día anterior a la ceremonia, y que además “se le rogó encarecidamente que abandonara el lugar”.

Ésta quizás también puede ser otra marca España, la de aquellos que hacen la guerra por su cuenta, y que desgraciadamente nunca entendieron aquella frase: “Cuando el sabio señala la luna, el necio se queda mirando el dedo”. Y el dedo en este caso es las luces y las sombras de una gala, que da para lo que da, hacer más publicidad a una industria, la del cine americano, que sabe vender muy bien sus productos.


A la Señorita Monroy habría que decirle que lo importante en un cava, o en un champagne francés es la bebida en sí, su cuerpo, su sabor, su buqué, el todo que le hace ser una bebida excelente, y no la explosión al quitar el tapón. Y el desfile de los Oscar es lo que queda en la retina del no iniciado. Porque siempre quedan ocultas las muchas clases de actuación, ensayos, exámenes de todo tipo, y que te digan mil veces que “no” antes de un posible “sí”, que en realidad tampoco tiene por qué llevar al éxito, sino que puede ser el pasaporte a otro fracaso. 

Con respecto a La Monroy, como ya ha quedado retratada en la mente del españolito medio, es muy probable que mucha parte de culpa del éxito que nunca tuvo sea de ella misma, por pasar el tiempo pergeñando simulacros en lugar de hacerse una buena base de formación. Si  a ella le queda la ilusión de que al menos nos ha alegrado un rato con su “ocurrencia”, decirle que ni eso tristemente. A este vecino le ha ratificado una verdad, la idea de qué triste es el fracaso, y  más cuando no lo quieres ver.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 22 de octubre de 2014

UNA FOTO, UNA HISTORIA

¿Cuánto tiempo hace que no habéis vuelto a abrir un álbum de fotos? Y no me refiero a un archivo digital con fotos, miles de fotos, tomadas con el móvil o cualquier artilugio digital.
Abrir un álbum de esos de hojas gordas y negras separadas por el célebre e incomprendido papel cebolla que sirve de escaparate a los retazos de toda una vida, es en cierto modo someter a la vida a una especie de moviola en la que vuelven a pasar instantes de una vida ahora congelada.
Antes una foto no se sacaba todos los días. Era algo especial en un día especial. Ahora la mayoría de los niños tienen más fotos que una estrella de esas de Hollywood de los años cuarenta. Sin embargo, antes para sacarse una foto de toda la familia, en mi caso al menos, se hacía los domingos por la mañana, en un día y hora prefijado, en el estudio del fotógrafo de turno, y por supuesto que vestidos con las mejores galas y repeinados para la ocasión.
Es una sensación extraña el revivir retazos de una vida que aparentemente piensas que no hace falta hacerlo porque crees que lo tienes todo en tu cerebro, pero ver una foto de hace muchos años es algo más, es sacar la vida de contexto y verla desde otro ángulo, desde la cuarta pared que se diría en teatro. Es verte con los ojos que te veían los demás, porque tú nunca te ves como eres, sino como crees que eres, y ya se sabe que del dicho al hecho, pues eso, que hay un trecho.
Sonrisas sinceras en su momento, ahora simplemente congeladas. Escenas de una fiesta que ahora ya no recuerdas el por qué, un brazo entorno al hombro de un amigo que ya no está, él no está, la foto sí, maldita foto.
Creemos tener asentado en nuestro interior el paso del tiempo, pero una simple foto puede trastocarlo todo, incluso hacerte recordar, así, a la cara, sin anestesia, cómo eran en realidad las cosas, y no lo que has querido recordar.
Los recuerdos, nuestros recuerdos, siempre se pasan por el tamiz de nuestros sentimientos, lo que los jóvenes definirían como un “Photoshop” virtual, olvidando las arrugas y defectos de una vida, como todas, llena de luz y de sombras, descartando éstas, y ensalzando y modelando las luces, intentando, eso sí, que no nos cieguen.
Esta foto, la que traigo hoy, es de Febrero de 1979. ¡Casi nada! Un Londres en versión original del que poco a poco cada vez ibas entendiendo más, y dándote cuenta de que en todos los sitios cuecen habas, aunque parezcan más interesantes porque te lo cuentan en un idioma que no es el tuyo. Un Londres en el que para las cuatro de la tarde ya era de noche, y no podías distinguir si el frío de la soledad era más cruel que el otro, el atmosférico. Un Londres en el que no ejercías de "guiri" sino de emigrante disfrazado de estudiante de inglés.
De cabecera, un libro que me sirvió de guía: "Londres para turistas pobres". 
El mismo autor, Joaquín Merino, desgraciadamente ya desaparecido, también escribió otro libro titulado: "Londres para turistas ricos", pero si tienes dinero... ¿para qué necesitas un libro que te aconseje qué hacer? Lo descubres entre billete y billete. ¡Vamos! Es lo que este vecino haría si tuviera la oportunidad.
Una vida en la que te forjabas amigos, como siempre, para toda la vida, de los que desgraciadamente ya no sabes nada. Quedan unas fotos y recuerdos. Si tengo que ponerlos en una balanza, deseo que pesen más los recuerdos, aunque estén editados y oculten en cierta manera la verdad, porque es con los que tengo que convivir. Lo otro, las fotos, por mucho que griten la verdad, atrapadas en un libro, nadie nunca las escuchará, aunque las vean durante décimas de segundo.

FOTO: F.E.PEREZ RUIZ-POVEDA


jueves, 26 de junio de 2014

DONDE NACEN LAS ESTRELLAS

Lo bueno que tienen las nuevas tecnologías, como una “tablet”, es que uno puede comenzar este texto, por ejemplo, en Tombuctú y acabarlo en Reikiavik, aunque uno normalmente no va a ninguno de esos dos sitios, pero eso es lo que nos venden en la publicidad, y por supuesto, nos cargan por ello.
Por cierto, y hablando de las nuevas tecnologías, cuándo empezaran a salirles arrugas, y que ya solo sean “tecnologías”, a secas. No les vaya a pasar como a cierto cantante de sobra conocido, que le llamaban "El niño", porque comenzó muy joven, y ahora, ya con nietos, a los que por cierto les regaña cuando le llaman "abuelo", si le llamas "niño" pudiera sonar a broma cruel, pero por otro lado es como si le degradaras al no decírselo, y le quitarás un título que con su fama se ha más que ganado.
En realidad, nos pasamos media vida pensando en “para cuando”: para cuando me vaya a vivir solo, para cuando me case,  para cuando vaya de luna de miel, para cuando tenga un hijo, para cuando me jubile, y la otra media vida buscando excusas para no reconocer que nunca las cumpliremos.
Este vecino recuerda que en una película, la protagonista comentaba que había comprado aquella casa, hace ya muchos años, porque le había encantado la cocina. Más concretamente porque le apetecía hacer el amor en diferentes partes de ella. Y unos segundos después reconocía amargamente, de que por una cosa u otra, al final nunca lo había hecho allí.
Y el principal problema somos nosotros mismos, que no lo vemos nada claro.
Este vecino de pequeño se preguntaba, deslumbrado por las estrellas de Hollywood ¿dónde estaba esa ciudad en la que nacían, estudiaban y vivían las estrellas de cine?
Años después este vecino aprendió que el secreto, si se puede decir que es un secreto, es creer, creérselo uno mismo. 
Quien no decida ir a Tombuctú, es muy probable que tampoco vea la cara oculta de la luna, y, no solo eso, sino que ni si quiera se imagine que se puede hacer el amor en una cocina.

*FOTO: DE LA RED

jueves, 8 de agosto de 2013

CARTA A ANA

                                                                     Torrevieja, 09 de Agosto, 2013

Querida Ana:
Ya perdonarás mi osadía por mandarte la presente, pero teniendo en cuenta que eres la tía honoris causa de la mayoría de los jóvenes españoles, entre los veinte y los treinta años, como supuesto cuñado tuyo, honoris causa también, me he atrevido a dirigirte unas breves líneas.
Por la televisión me he enterado de que ya ha llegado el verano con tus fotografías que inauguran la temporada de baños.
Me imagino que por aquello de los recortes, en tus fotos veraniegas de este año, no hay mar, y puestos a no haber, no hay ni verdadera playa. De lo que no hay duda, es de que el verano eres tú, porque la primavera hace muchos años que abandonaste, y el otoño, y mucho menos el invierno, no existen para personas como tú.
Te conocimos hace muchos años, más de los que quisieras reconocer. Provienes de una familia de “posibles”, y has consolidado ese estatus siendo la mujer de los posibles perpetuos. “Voy a rodar una posible película, posiblemente a finales del mes que viene, posiblemente con alguna estrella de relieve.”
En el Hollywood que tanto admiras, serías el equivalente del personaje de Gloria Swanson en “El crepúsculo de los dioses”, con más caspa, menos locura y más cara dura.
Cada vez que concedes una entrevista, porque los demás famosos, “dan entrevistas”, y tú, sin embargo, las concedes, tengo la sensación de que siempre te “quedas”, o vacilas, con todos, y para cuando el resto de los mortales hemos llegado, tú, Ana para los cuñados, y Anita para todos tus sobrinos, has vuelto cinco veces, y pese a tu miopía, ves mucho más de lo que aparentas, especialmente en todo tipo de negocios que el resto de los mortales ni podemos oler.
A otras famosas, el tiempo les trata bien, pero en tu caso, tú tratas al tiempo como quieres, y eso es, naturalmente a tu favor. Y mientras muchos cuñados, antes eramos más jóvenes que tú, ahora admiramos con envidia maligna, esa capacidad que tienes de jugar con el tiempo, e intentar descubrir cómo es posible que cualquier día se dé el caso de que hasta tus sobrinos sean mayores que tú.
Siempre se te recordará como aquella persona que explicaba en páginas y más páginas, tus intervenciones en películas americanas rodadas en España, y que a la hora de su estreno, tus papeles no pasaban, como mucho, de simples cameos. Y es que entre “cameo” y “camelo” hay una delgada linea roja, la misma que entre contar no-verdades y creérselo uno mismo.
De todas maneras, Ana para los cuñados, y Anita para todos tus sobrinos, siempre te querremos, porque todos hemos tenido una tía excéntrica que nos alegraba el día con su mundo y sus historias, fueran, o no, verdad.
Con mucho cariño y admiración,
Este vecino del mundo.

*FOTO: DE LA RED