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miércoles, 18 de abril de 2018

SERRAT Y EL JARDÍN DE NUESTROS RECUERDOS...



Ayer viendo “El Hormiguero” porque sabía que iba a estar protagonizado por Joan Manuel Serrat, comprendí, una vez más, que los años pasan y las emociones también. Queda el recuerdo, y la comparación con el “ahora” que nunca resiste. Y siempre llega el momento de ¡Quién nos ha visto y quién nos ve! 

Como es obvio, este vecino del mundo ha remozado el dicho original con el fin de no poner el foco en Joan Manuel. Y digo Joan Manuel, porque me imagino que le pasará a la mayoría, Serrat es algo más que conocido para todos, es de nuestra familia. Porque va ligado a nuestra sangre, a nuestro crecer, a hacernos hombres, y mujeres (Ya sabéis que odio  el tener que recordar los diferentes sexos al escribir, por ser reiterativa la acotación, pero si no lo hago me imagino a mucha gente de uñas, y tampoco es plan).

Sinceramente, ayer a nuestro Joan Manuel sólo le faltó decir aquel recordado “He venido a vender mi libro”. Y entonces, no sabes si esa actitud demasiado conciliadora para un Joan antaño más claro, aunque ayer también lo fue en algún momento, tenía más que ver con sus finanzas, que con no intentar agitar más la actualidad.

Ayer, llámenme raro, que algo de eso puede haber, fue uno de esos momentos que me reiteran en preferir, si me lo preguntaran y hubiera posibilidad de ello, no querer la eternidad. Porque en esos momentos me convertiría en un coleccionador de posibilidades. Sí, porque en la vida siempre se te presentan posibilidades, ese tren que puedes coger, o no. Y los consiguientes pensamientos rumiados de si hice bien o no.

Normalmente se recuerda lo que se quiere. Y si con los recuerdos se sufre, porque son eso, recuerdos que ya no volverán, y lo negativo es mejor, al menos en mi caso, olvidarlo, no quisiera estar eternamente sufriendo, porque eso ya sería una especie de infierno en la tierra.

Ayer, porque ya los años no perdonan y al menos, si no más sabio, te hacen más juicioso, impregné mis tristes sentimientos del momento con el recuerdo, otro recuerdo, de que las canciones, letra y música, o letra o música, que de todo hay en la discografía de Serrat, son una manera de conseguir la eternidad  para su manera de ver y relatar la vida. Y eso ya no cambiará, ni se volverá, como ocurrió ayer incluso recordando las acusaciones de ser un facha, ni más conciliador, ni más diplomático.

Muchas veces me acuerdo del ejemplo que dio Greta Garbo viviendo sus últimas décadas en la sombra para que sólo se recordara al ídolo, o en su caso a la diosa, y no su decrepitud. Pero ahora parece, especialmente en “El Hormiguero”, que se lleva más ir a pasar el cepillo, ese de la Iglesia, se sea o no creyente, hasta el último momento, y eso conlleva, como mínimo, ciertos chascos o sentirse defraudado desde el lado de sus seguidores. Y eso también, al menos a las figuras de este país, les debería importar un poco.

Y es que ayer, después de ver a Serrat en “El Hormiguero”, sentí que alguien había entrado en el jardín de mis recuerdos y había pisado por aquellas zonas en las que nadie más debería entrar.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 25 de diciembre de 2017

CUANDO, INOPINADAMENTE, NO ES UN FELIZ DÍA DE NAVIDAD...


Como si de una película se tratara diré que lo que voy a relatar ahora me acaba de pasar y por supuesto … ESTÁ BASADO EN HECHOS REALES.

Mañana de Navidad, 25 de Diciembre, atrás ha quedado una Nochebuena llena de comida y muchos recuerdos que hemos intentado sobrellevar de la mejor manera posible. Por delante, antes de la embestida de otra comida copiosa, unas dos horas de relax que intento endulzarlo con buena y tranquila música.

He puesto en el teléfono móvil, que tiene muy buen sonido, la grabación del CD “CINEMA”, de Andrea Bocelli, que como su propio nombre indica está dedicado a una docena de canciones que formaron, de alguna manera, parte de una película famosa, aunque en algún caso, solo se hizo famosa la canción.

Había oído un par de canciones, literal, y ya estaba viendo las puertas del gozo hecho Nirvana, faltaban pocos metros, y de pronto suena “Moon River”, de “Desayuno con diamantes” (“Breakfast at Tiffany´s”) cuando mi vuelo estratosférico acaba en desastre. ¿Motivo? En la retina de mi pensamiento, porque al menos el mío funciona como un ojo cuando recibe datos de ellos, aparece La María Teresa Campos de hace apenas 48 horas, en “Sálvame Deluxe”, disfrazada de Audrey Hepburn en la célebre escena de la película dirigida por Billy Wilder, y todo el momento glorioso se ha partido en mil cristales con forma de cuchillos.

Sólo la vi un momento este viernes pasado, en realidad era La Nuri mi sufrida quien estaba viendo el espectáculo de tres españolas (Maria Teresa y sus dos hijas), frikis, muy frikis, descubriendo Nueva York, en esa especie de reality insertado en “Sálvame Deluxe”, que les nutre, y se nutre de ellas. Y, en ese momento, me abstuve de dar mi opinión, pero se ve que fue tan negativa que mi subconsciente quedó en letargo y ha respondido esta mañana por la retaguardia, remedando a otra escena de película clásica, como la madre de Norman Bates, en Psicosis, asesinándome en esta ocasión, no dentro de una bañera, sino tras unas notas del clásico de Henry Mancini, con letra de Johnny Mercer, y que, al parecer, a partir de hoy, ha quedado vedado por mi sentido moral de la vida.

Quizás, el problema que tiene este vecino del mundo, es que nunca ha podido tener un gran tren de vida, y nunca podrá, ni quiere, comprender a unas personas que pueden hacer cualquier cosa para seguir en él. 

Es muy probable, que Las Campos, no sufran de eso, que quizás solo sufran los pobres, y que se llama “vergüenza ajena”, pero lo diré de la manera más fina que puedo… Cada vez entiendo mejor la manera que tuvo de vivir sus últimos años la ¿excentrica? Greta Garbo alejada de todos y …¿de todo? Porque te vas dando cuenta, en eso la vejez también es un grado, que nos vamos acordando de los demás por sus últimos momentos, aunque hayan sido grandes, o similares, en lo suyo.

El problema, uno de ellos, viene cuando los que te tienen que aconsejar que “te cortes la coleta”…viven sino de ti, sí de tu sombra.


De todas maneras viendo lo mal que me ha sentado,  y parodiando ahora, el título de una película española, la sombra de un recuerdo, voy a tener que poner, en algún lugar del “chasis de la tele” el dibujo de una calavera con dos tibias cruzadas, para recordar el contenido de mucho, desgraciadamente, de lo que aparece por eso que se llamaba antes “caja tonta” y que ahora tiene más bien forma de ventana, aunque mucho del nuevo paisaje tiene el mismo cariz…

La imagen de la otra Audrey Hepburn por siempre me perseguirá, y de eso alguien debiera de hacerse responsable... pero, ya se sabe, en este país ... el último que cierre la puerta.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 1 de agosto de 2016

DON FELIPE GONZÁLEZ, MÁS CERCA DE MARX QUE DE GARBO



Hoy, una vez más, Don Felipe González Márquez está prácticamente en los titulares de todos los periódicos, esta vez por unas declaraciones a un medio de comunicación argentino, Clarín, con frases como "Si no es posible formar Gobierno, hay que dejar formar Gobierno, y eso lleva a la abstención". "Incluso si Rajoy no se lo merece, porque realmente no lo merece. No ha hecho nada por formar Gobierno".


A este vecino del mundo, las declaraciones de Don Felipe González Márquez, de los últimos años le hacen recordar la figura de Greta Garbo, la célebre actriz que cuando estaba en la cresta de la ola, lo dejó todo, y se alejó de todo y de todos, y aunque hubo alguna foto robada de una ya muy anciana Garbo,  ella luchó para que fuera recordada en el cenit de su carrera.



Sin embargo, el proceder del Señor González actual me recuerda más al del futbolista retirado que una vez fue una estrella, y que no se conforma con jugar en ligas de jubilados. Esa estrella, el deportista del ejemplo, está convencida de que quien tuvo, retuvo, pero ni el concepto del fútbol que se juega en este momento ni su hambre de gol, ni su puesta apunto que le hacían definitivo dentro del área, son los mismos.


Ni la política de ahora es la misma, ni el punto de vista del Señor González puede ser el mismo porque desde hace tiempo vive en un micro-clima eternamente bonancible, y entre otras cosas le está haciendo un flaco favor al representante de su partido que fue elegido, ya no se sabe, si como cabeza visible, o escudo para que reciba todo tipo de palos, y el que o la que venga por detrás esté limpito y descansado.


Algo o alguien le ha debido de inducir a pensar  al Señor González que como él usaba la pana en su vestimenta, ahora puede aprovechar el momento para "partirla".  Pero este vecino del mundo mucho se teme que ni es lo mismo, ni es igual.


Habrá que pensar que las puertas giratorias, si no marean, cuando menos desorientan, y alguien le debería de decir al Señor González Márquez que lo único que está consiguiendo es que se pueda difuminar la importancia de su figura en la España de los setenta, y ochenta. Porque lo mismo que uno siempre recuerda a sus amigos y conocidos como la última vez que les vio. Lo de Felipe González es apedrear a Felipe González, y mucho más a Isidoro. Hubo una vez en que el Señor González estaba más cerca del Pablo Iglesias de ahora, que de su representante ahora en la tierra, Pedro Sánchez.


Al final, y tristemente, quizás Don Felipe González en lugar de seguir el ejemplo de Greta Garbo ha seguido, presuntamente, lo dicho por Marx, Don Groucho: "Estos son mis principios, si no le gustan, tengo otros."



*FOTO Y VIDEO: DE LA RED

viernes, 11 de marzo de 2016

DESPERTARSE CON FELIPE GONZÁLEZ



Desde que la crisis se hizo presente, ha bajado tanto mi nivel de vida que cada vez que me invitan a una boda, o compro mi ropa, como el fundador de Ikea, de segunda mano, o si estoy muy tieso, siembro cizaña entre la pareja que está a punto de legalizar su situación… Y seguimos sobreviviendo.


La crisis, queramos o no, nos ha cambiado a todos. Los que robaban porque han intentado robar más, por si se les acababa el chollo, y los demás, no hemos delinquido, pero ganas no nos ha faltado.


Este vecino del mundo, por ejemplo, cada vez que se enteraba de que alguien había encontrado una cartera, o maletín, con muchísimo dinero, antes de la crisis siempre se ponía como sujeto en una suposición, y sin dudar devolvía el dinero.


Ahora lo que hago, para no pecar, al menos por mentiroso, directamente no supongo, por aquello de que la carne es débil.


Pero aquel que no haya cambiado que tire la primera piedra. Por ejemplo, quién le ha visto, y quién le ve a Don Felipe González diciendo que no tiene “preferencias” entre PP y Podemos


Siempre que nos hablan, o pensamos en alguien, tenemos una especie de “icono virtual”, al menos a este vecino del mundo le ocurre, en el que instantáneamente vemos al aludido. En el caso de Don Felipe, y teniendo en cuenta la edad de este vecino que le tocó la transición en plena eclosión de sus ideales, el que ésto escribe pasó de imaginárselo con aquel famoso traje de pena (aunque fuera nuestro Presidente, siempre lo recordaba así), a un tiempo en el que la figura del ex presidente que me persigue es la de un Felipe más que metido en carnes, salido de carnes, recibiendo cremita en traje de baño, mientras se fuma un puro. Y no sé por qué, pero en mi interior siempre tengo la sensación de que ese puro, en realidad, es España.


Y es que muchos de nuestros políticos deberían de hacer lo que hicieron muchas estrellas del Hollywood dorado, especialmente Greta Garbo, esconderse y que siempre les recordemos en su mejor época. Y presuntamente el Señor González lo hace a medias, en España intenta dar una imagen más"controlada" que la que de vez en cuando le "pillan" mientras está de viaje entre amigos extranjeros.


No se puede predicar a distancia, o como el intermitente de un coche, ahora sí, ahora no.


Más de uno de mis seguidores me dirá seguro, que hoy le he dado mucha “caña” al Señor González, y es que el momento más vulnerable del día es el despertar. Y hoy nada más despertarme, y desde las portadas de varios periódicos, el que un día fue Isidoro, me ha ofendido, y mucho, diciendo eso de que no tiene “preferencias” entre PP y Podemos.


Debería, el Señor Felipe González, coger una foto suya en plena transición, y mirándola, darse una serie de explicaciones, si las encuentra. Aunque estoy convencido de que si hace buen tiempo, preferirá que le den cremita. El puro lo pondrá él de sus amigos cubanos, porque, por lo que se ve, amigos no le faltan.



Mientras, desde este lado, este vecino del mundo rompiendo con sus amistades para que no le tengan que invitar a nada, y evitarse gastos superfluos.

*FOTO: DE LA RED