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miércoles, 12 de noviembre de 2014

ADMIRANDO AL SARGENTO FOLEY

¿Seguro que queremos que se cumplan todos nuestros sueños? Porque quién no ha querido hacer, o que le hagan,  una petición de mano a lo “Oficial y caballero” entrando a la fábrica donde trabaja tu chica y dejando a todo el mundo anonadado, y especialmente a ella.
Lo que ocurre es que no todo el mundo tiene la percha de un Richard Gere jovencito y militarizado, ni suena a su alrededor una banda sonora estupenda, ni todas las jóvenes van a reaccionar como el personaje interpretado por Debra Winger, por eso este vecino es más partidario de la frase “Ten cuidado con tus deseos porque se pueden cumplir”.
Puede que eso mismo haya pensado una joven, en Málaga,  a la que su novio, según aparece hoy en algunos medios de comunicación, se le ha declarado en la mitad de un concierto de una orquesta sinfónica, porque yo estoy convencido de que le hago ese atraco a mano armada a La Nuri, mi sufrida, y no me lo perdona en la vida. Con el agravante además, de la capacidad que tienen las mujeres de acordarse de todo, punto por punto,  o visto de otro modo, el defecto, o no, que tenemos los hombres de olvidar, especialmente aquellos momentos en que quizás no estuvimos muy afortunados.
No sé si la declaración malagueña será fruto de ese minuto de gloria que se dice que necesitamos todo el mundo, lo que ocurre es que es muy difícil que coincidan dos minutos, el tuyo y el de ella, a la vez.
Recuerdo además, que cuando este vecino era muy jovencito, estábamos, toda mi familia, en una boda viendo a los novios firmar los papeles, tras la ceremonia eclesiástica,  y unos cuantos amigos de la pareja firmaban como testigos. Por aquello de la curiosidad, recuerdo que le pregunté a mi padre si la firma de los testigos era importante, y mi padre sin parpadear me dijo: -Bastante, porque si un día, Dios no lo quiera, desean anular el matrimonio, deberían contactar con todos ellos. Por eso hoy al ver el vídeo de la declaración malagueña, lo primero que he pensado ha sido eso de: -¿Anda que si les sale mal y tienen que convocar a todos para informarles de la mala nueva?…
Quizás la respuesta a eso último esté en ese famoso dicho “El triunfo tiene muchos padres; la derrota es huérfana”. 
Y lo que es más importante, la diferencia de dónde acaba el romanticismo y comienza el mero exhibicionismo puede ser, algunas veces, difícil de diferenciar. En este caso, y en opinión de este vecino del mundo, tanto Richard Gere, por muy bonita escena, tan edulcorada ella, que nos presenta, como el chico de Málaga, en su concierto particular, se han pasado veinte pueblos. Porque lo mismo que Aznar, según sus propias palabras, hablaba catalán en su intimidad, personalmente creo que una declaración de amor es algo íntimo, que tampoco es algo a ocultar pero que no se debe de hacer exhibicionismo.
De todos modos y siguiendo con la película “Oficial y caballero”, os he de decir un pequeño secreto, nunca he querido ser ni el personaje de Richard Gere, ni por supuesto, y por razones obvias, el personaje de Debra Winger. En el fondo, siempre en el fondo, he admirado al Sargento Foley (un Louis Gossett, Jr. en estado de gracia), porque quizás el trato duro a sus pupilos, sirviera para salvar muchas vidas, aunque su famosa frase “Solo hay dos cosas en Oklahoma: ganado y maricas”, especialmente en nuestros días, no sea políticamente correcta, pero en el fondo siempre se adivinaba que era una muy buena persona, aunque seguro que él nunca se hubiera declarado delante de una orquesta sinfónica. Quizás porque para las buenas palabras y sentimientos, el aderezo musical pueda sobrar.

*VIDEOS: DE LA RED