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viernes, 30 de agosto de 2013

EL TAMAÑO, SÍ IMPORTA

Hoy he recibido un mensaje de Facebook, pidiéndome que lea una serie de actualizaciones para la Política de uso de Datos y Declaracion de derechos y responsabilidades. Y cuando recibes letra pequeña... malo.
Malo porque además de letra pequeña, los párrafos son prolijos y el léxico normalmente no asequible para el común de los mortales y con la presentación cumpliendo todos los requisitos para ser repelida por el ojo humano. Si se empleara el mismo sistema en la publicidad, seguro que las ventas bajarían tan rápido como el agua en las Cataratas del Niagara.
En la vida también existe letra pequeña, pero la vas conociendo poco a poco, a modo de consecuencias. Es la curva que tarde o temprano da el destino y te vas encontrando con todo aquello que sembraste y que vas a tener que ir recogiendo.
Este vecino es de una época, mediados/finales de los cincuenta, en la que muchos de sus compañeros, por ejemplo, se fueron quedando por el camino de las drogas. Se comienza con unos devaneos, camino parecido al del tabaco, con unas amistades que te lo van proponiendo, y te vas quedando enganchado en sus redes.
De todas maneras, no hace falta remontarse tan lejos para encontrarnos con letra pequeña del destino. Todos aquellos que, muchos copiando los pasos del de al lado, se fueron haciendo esclavos de una hipoteca que si todo seguía igual, e íbamos trabajando los dos, pagaríamos antes de morirnos. Y desgraciadamente para tí, no te has muerto, pero a uno de los dos, o quizás a los dos, os han despedido de ese trabajo, que pensabas que era para toda la vida, y no lo ha sido.
En esta vida hay una lotería negativa, de esa que no quieres que te toque, y al final, desgraciadamente, “te cae” el primer premio en todas sus series, y es entonces cuando comprendes lo que vale un peine (para más inri ya estás calvo), y lo bien que habías estado hasta entonces, y la poca importancia que le dabas.
La letra pequeña equivale a la cara B de aquellos discos con solo dos canciones, y en la que en la cara A venia un éxito que todos querían escuchar, y que como todo tiene dos caras, el otro lado había que rellenar con algo, y en la mayoría de los casos a ese lado, al B, solo se le ha dado una oportunidad, y...nunca más.
Me temo, ya para terminar, que tendré que pasar por el proceso, muy a mi pesar, de tener que leer el documento referido al comienzo, y comprobar una vez más, que mis conocimientos no llegan para tanto, y que creía que dominaba el léxico, pero que también en el lenguaje debe de haber una cara B a la que no he debido de prestar atención hasta ahora. 
Y luego diremos, para nuestro escarnio, aquello de que el tamaño no importa...

*FOTO: DE LA RED