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sábado, 19 de octubre de 2019

...COMO UN HUEVO A UNA CASTAÑA


Lo del Brexit parece que ya está hecho. Veremos si ellos mismos, los británicos, en el Parlamento, al parecer hoy, se ponen de acuerdo. Porque inglés lo hablan, pero debe ser por disparidad de acentos que no se ponen de acuerdo. Y es que la mayoría pone acento en lo suyo, ¿Qué hay de lo mío?, y ya se sabe que cada mío, o cada suyo, se parecen al de al lado como un huevo a una castaña. Y en esas estamos…

Este vecino del mundo, en otro orden de cosas, sabe que el 10 de noviembre, lo tiene comprometido con el Gobierno, o desGobierno de la nación, y ya ha fichado como segundo vocal de su mesa electoral. Y no sólo está convocado sino que jugará en el equipo inicial sea quien sea su míster. Y viene a huevo, esta vez sin castaña, el decir que si los políticos hubieran hecho su trabajo, por el que les pagan, y muy bien por cierto, este vecino ese domingo de noviembre lo tendría tan libre como para levantarse temprano, o no, como para salir con su familia, o no, o como para hacer lo que le saliera del “altiplano”. 

Cuando tienes mala baba está comprobado que cualquier palabra te sirve para dar rienda suelta a tus más bajos instintos por la vía de acentuarla o recalcarla. Y este vecino se ha planteado durante varios segundos el recalcar “altiplano” con un tamaño de letra cuatro veces mayor que el resto del post. Pero ha recordado, nunca debía de haberlo olvidado, que sus seguidores son inteligentes y saben leer mucho más lejos de lo que en teoría delimitan las palabras.

Este "blogger" acaba de comprobar que el Black Friday de este año será el 29 de Noviembre, aunque sin duda la semana negra para todos nosotros, independentistas o constitucionalistas, sin duda será esta semana que estamos, más que pasando, sufriendo.

Unos la relatarán, siguiendo el planteamiento anterior en este post, como un huevo, y otros como una castaña. Y en lo único que coincidirán entre los “unos” y los “otros”, es que tanto el huevo como la castaña se nos habrá quedado atascado, o atascada, en nuestro tercer ojo, que siempre, hay que recordarlo, está detrás. Por eso muchos no lo veían, o no lo querían ver, venir. Y para escarnio de todos, ahí lo vamos a llevar...

*FOTO: DE LA RED


sábado, 25 de noviembre de 2017

UN PECADO LLAMADO ... VIERNES NEGRO


Sinceramente, este vecino del mundo ya está, pero desde hace varios años además, hasta el gorro de ese invento que algunos venden, y nunca mejor dicho, como esencial para la humanidad, incluso al mismo nivel que la rueda, y que se conoce como BLACK FRIDAY

Este año, sin embargo, ha conseguido romper límites, llegando hasta al mercado de la esquina, en forma de rebaja en los puerros. Este vecino es en lo único que ha colaborado en esta jornada. Le ha parecido tan fuerte  que la rebaja en el precio de los puerros se disfrace de BLACK FRIDAY que, en una especie de comunión de conceptos, ha querido unir (influencias del Master Chef de marras)  el verde y blanco de los puerros, con el negro, encarnado por unos chipirones en su tinta, y se ha marcado un plato que para sí lo hubiera querido ese eterno comedor llamado Don Michelín.

No, si no me parece mal que se venda todo, o de todo, mucho más barato, tampoco se trata de hacer el tonto, y no aprovechar el momento. El tema es que no queremos ver lo evidente. Que todo ésto se ha ido inventando porque hay una gran realidad: Que se han ido limando tanto los sueldos que ya no se llega a todo, y los que nos sangran, los grandes estamentos y los empresarios, quieren seguir sangrandonos, a pesar de que nos paguen cada vez menos, y durante varios días hacen una excepción en sus reglas y bajan los precios, pero como en los cines, con sus diferentes fiestas para el espectador; lo más importante es que NUNCA BAJAN LOS PRECIOS PARA SIEMPRE.

En realidad, el BLACK FRIDAY, y sus variantes como el CYBER MONDAY  o similares, son formas de redimir a un mercado que es cada vez más caro y difícil de llegar con sueldos cada vez más famélicos. Esos días, sin embargo, se abren esas fronteras con el fin de "chupar" lo poco que le queda al más humilde de los mortales. 

En realidad, "la cosa", esa famosa cosa, tiene que estar muy mal, cuando se disfrace como se disfrace, ya los precios navideños, siempre tan caros, ya no son intocables, y a  la bajada de pantalones por parte empresarial se la disfrace de Viernes Negro. Ya lo dice nuestro refranero, "En el pecado lleva su penitencia".

*FOTO: DE LA RED



viernes, 25 de noviembre de 2016

BLUFF FRIDAY, O GUARDA TU DINERO Y CORRE...



Hoy me ha pasado una cosa curiosa, y que me ha dado mucho qué pensar.


Este vecino del mundo tiene una especie de rito que lo cumple a rajatabla, y es que de lunes a viernes ve a las cuatro y media de la tarde una determinada serie española, de la que no va a dar el nombre, pero que es bastante fácil, sino de adivinar, si de dejar “el misterio” entre dos o tres nombres.


Hoy, a esa misma hora, me he quedado más que dormido o echando una cabezadita. Para ser fiel con la sensación tras despertarme, podría jurar que había sido narcotizado y había sufrido los síntomas por casi tres horas. No recordaba nada, y poco a poco he ido deduciendo, qué estaba haciendo anteriormente, por el sitio donde me he encontrado al “volver”, en el salón, delante de la televisión, pero con una gran sensación de amnesia, y de qué quizás "simplemente" he sido abducido.


Mi mente, siempre más allá de lo racional, me ha llevado a pensar en ese BLACK FRIDAY, del que ya estamos la mayoría  sintiendo las consecuencias, sino para algunos crematísticas, sí para todos publicitarias. Quizás esa asociación de conceptos, de ideas de la pérdida de consciencia de más de dos horas, con la pérdida de raciocinio, o quizás de juicio entre lo que sueñas, deseas, o realmente necesitas. Y que, al menos en España, en Estados Unidos visto desde la distancia parece que las ofertas son mejores, se mezcla, como siempre, las verdades con las falsas apariencias, e incluso con el timo. Lo que muchas veces, y ya lo anticipa este vecino del mundo, siempre le lleva a la misma conclusión, de que tenemos verdaderamente el tipo de gobierno que nos merecemos, porque como siempre se ha dicho: “aquí el que no corre, vuela”.


Esa sensación de “no es lo que parece, cariño”, que te está advirtiendo tu subconsciente con relación a la perorata que te está lanzando el vendedor o vendedora de turno, con la mejor de sus sonrisas, mientras te ves reflejado en la vitrina de enfrente,y compruebas que tienes un cuchillo clavado en tu espalda.


Este vecino del mundo habla ahora en primera persona, y empezó el tema hace exactamente dos días…


Tanto ver ofertas por todas partes de ese maldito Black Friday, que en España (lo advertían  en tiempos del franquismo con aquel “Spain is different”) ya lo convertimos como mínimo en una semana. 


Y este vecino del mundo ha caído también, llamando, por no decir nombres, a su proveedor de telefonía habitual, preguntándole a la mujer que me atendió, si tenía ofertas de móviles aprovechando el "Viernes Negro". Pero este vecino ya iba, como se suele decir, a tiro hecho. Y le interrogó por un modelo específico del que me dijo, que “ése no está en oferta, pero cuesta SÓLO 23 euros al mes, en 24 CÓMODAS mensualidades”. A lo que le contesté que “el mismo precio que en Junio pasado”, para que entendiera que seguía el tema. A lo que añadí, porque es verdad, que "además estoy harto, ya que no es lo mismo unas facturas que otras". A lo que ella me confesó que no entendía lo que quería decir. No es lo mismo - le aclaré- pagar una factura, de un cliente, que en realidad es una familia, por 80 euros al mes, lo cual es bastante asumible,  que otra factura, que en realidad es una persona que vive más sola que la una, y que él se lo guisa y él se lo come, y 80 euros, por lo tanto, ya es otra cosa más complicada.


Tras unos segundos de silencio por parte de mi interlocutora, me dijo que pasaría la nota a los “comerciales” y que ya me dirían algo. En ese momento me entró la risa, y tras pedir perdón, le expliqué el por qué de la risotada. Ya que me ha ocurrido lo mismo - le expliqué sinceramente - unas cinco veces, y tras tomarme nota, nunca me han vuelto a llamar para darme una contra-oferta.


Ayer, sólo veinticuatro horas después, y a la misma hora del día anterior, en lugar de llamarme un comercial, me llamó la misma persona que me había atendido anteriormente, haciéndome la siguiente oferta: 

-Usted paga ahora 72 euros al mes por sus servicios contratados. Yo le ofrezco el terminal que usted quiere y pagará a partir de ahora 82 euros al mes, durante dos años, en realidad, sólo 10 euros más, y al terminar el plazo, su factura quedará reducida a 59 en lugar de los 72 euros actuales. Eso sí, mientras se puede dar de baja de todo lo demás, pero si lo quiere hacer del móvil, tendrá que pagar por cada mes restante 23 euros hasta lo que quede de los dos años.



En  realidad, y lo comprobé al recibir la factura que tenía que firmar por e-mail, ya que como comprenderéis no me pude, ni quise, negar, yo pago la cantidad real, 23 euros, pero desde ahora mismo lo que antes pagaba por 72 euros, se convierte por arte de birlibirloque en 59, eso sí, con las mismas prestaciones, a excepción del servicio técnico del que me han "liberado", pero que prácticamente fui forzado a contratarlo por un año, ya que era la opción más barata, debido a una avería que tuve, y del que me quedaban unos nueve meses de “obligatoriedad”. Con lo cual, el cosquilleo por el nuevo "juguetito" queda más que menguado por ese ya comentado “cariño, no es lo que parece” que me ha lanzado nuevamente mi subconsciente, o ese dicho, que ya apenas se utiliza, pero los que ya tenemos cierta edad, seguimos teniéndolo grabado a fuego, ese “nadie ata los perros con longaniza”.


Ya para terminar, un simple consejo: Siempre que se trate de una oferta que no puedas rechazar, vete acompañado de tu abogado y de tu contable. No lo podrán arreglar, seguro, pero te acompañarán en el sentimiento..., que no es poco.


*FOTO: DE LA RED

viernes, 28 de noviembre de 2014

¡HORROR. ES BLACK FRIDAY!

Normalmente, y todo blogger que se precie termina su texto con una especie de conclusión final. Hoy para ahorraros tiempo, y por la mala leche que tengo, os lo voy a poner fácil, y la conclusión la voy a exponer al principio claramente:
Estoy del “Black Friday”, o del “Viernes Negro”, hasta los mismísimos.
Creo que este vecino del mundo ha sido claro y contundente.
Nosotros descubrimos América, y hace ya tantos años que ni nos acordamos, y sin embargo ahora ellos, los sobrinos de Obama, que tampoco quieren acordarse por otros motivos, nos dictan las directrices a seguir: el día de San Valentín, Halloween, y desde hace unos añitos, el “Black Friday”.
Y ésto no es ninguna ganga, porque llega un momento en que parece que los empresarios, esos que quieren que ganemos  cada vez menos trabajando más, nos confunden con una O.N.G. llamada algo así como “Clientes a destajo sin fronteras” y quieren que en dos o tres días (porque aquí cada negocio se lo ha tomado, eso sí, en plan muy español, “a la torera”, y lo que en Estados Unidos es un día, aquí hay empresas que lo han transformado incluso en una semana) les “arreglemos” el negocio del año.
En esta estrategia comercial netamente americana hay algo que falla en su misma base, y es que el españolito de a pie, porque ya no tiene ni para gasolina, cobra, el que tiene la suerte de “cobrar” (que no es lo mismo que “trabajar”) a comienzos de mes siguiente, y ya en muchos casos del día diez para adelante, y en estas fechas está más tieso que la tercera pierna de Nacho Vidal.
De qué te sirve que promocionen ahora, por ejemplo, televisores con un descuento del sesenta por ciento, si tú hace tiempo que pusiste todo tipo de velas a todos los santos imaginables para que no se te estropee nada de lo que tienes en casa. Y te has hecho un tatuaje mental que te recuerda: “Virgencita que me quede como estoy”.
En realidad todo este tipo de ofertas son simples tiritas para la enfermedad crónica que sufrimos: somos pobres sobrevenidos, y si quieren que sigamos comprando, tendrán que bajar los precios (esos que han subido durante estos años, y que comenzaron con el “redondeo” al cambiar de pesetas a euros) pero no para días contados, sino para siempre. Y que no me digan que eso repercutiría en el sueldo de los empleados, porque este sueldo ha ido bajando y los precios subiendo, que como dice la canción, “que es una barbaridad”.
Lo dicho: Estoy del Fuck Friday, con perdón, hasta el finiquito y mucho más.

*FOTO: DE LA RED


viernes, 29 de noviembre de 2013

SACANDO LA PATITA

Como hoy se estaba promocionando por todas partes el famoso Black Friday americano, un día en el que teoría se rompen los precios en muchos productos, y que siempre es posterior al día de acción de gracias, este vecino se ha pasado por la tienda francesa de las cuatro letras, especializada en libros, cámaras fotográficas y telefonía, y que tiene la por siempre gentileza de cobrarte la bolsa de plástico aunque te hayas gastado, por ejemplo, más de trescientos euros por una impresora.
Por la descripción hecha de esta gran superficie está claro que mi intención lejos estaba de comprar algo, sino solo de ver si se habían maquillado un poco los precios, y a este vecino le ha parecido que los gerifaltes no se habían herniado especialmente a la hora de bajarlos.
Pero la mañana, no por eso, ha dejado de ser clarificadora en algún aspecto. Me explico.
Este vecino se encontraba en la sección de teléfonos libres como el mar, cuando dos personas estaban hablando al lado suyo, y uno de ellos dice:
-Tengo que mirar un teléfono.-Y la otra persona le contesta – ¿Para ti o para tu mujer?
Puede parecer quizás una tontería, pero a este vecino la distinción del “amigo” entre un teléfono depende de para quién sea, le ha parecido bastante extraña, y como hace mucho tiempo se prometió así mismo que antes morirse que quedarse con una duda, aunque siempre con mucha educación, dirigiéndose al “amigo” le ha preguntado aun arriesgo de recibir una mala contestación:
-Perdone, joven, no entiendo mucho de teléfonos móviles. ¿Cuál es la diferencia entre un teléfono para un hombre o una mujer? -. El interpelado, que en ningún momento ha aparentado sentirse molesto, comenta: -Más que nada por los colores del chasis, y que yo no le compraría un teléfono muy potente.-
Como ha debido de ver la cara que este vecino le debía de estar poniendo, termina con esta joya: -Porque para hablar con sus amigas con uno normalito seguro que ya le vale.
Creo que sobran las palabras, y que las cosas nunca ocurren porque sí. Todos más o menos vamos avisando de nuestro comportamiento futuro al sacar la patita cuando menos lo esperamos.

-FOTO: DE LA RED