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martes, 16 de septiembre de 2014

LAS NUEVAS GALERAS Y SUS ESCLAVOS

A medida que uno va cumpliendo años la consecuencia más evidente es que cada vez entiende mejor a sus padres. Personalmente a este vecino le ocurre mucho con el comportamiento materno. Durante muchos años he pensado que mi madre tenía mucha cara, o que yo era muy tímido y callado, pero ahora, y de ahí lo del paso de los años, cada vez me parezco más a ella en el carácter. Y es que lo malo de callarse es que no te van a tomar por educado sino por tonto. Por eso ahora procuro decir con educación, pero sin callarme, todo aquello que me parece mal. No lo dejo en meras miradas o gestos, sino que tiene traducción simultanea en mi boca, y más que claro, queda nítido para mi interlocutor.
Acabo de venir de las oficinas de LABORAL KUTXA en Avenida de Madrid, en Donosti, y como ya en la mayoría de oficinas del gremio, solo hay una persona atendiendo de cara al público, tienes tiempo de sobra para practicar el digno arte de la lectura con todo tipo de carteles y avisos que están alrededor tuyo. Y  he visto dos carteles que en apariencia se podían contradecír. En uno ponía horario de CARA AL PÚBLICO, no recuerdo muy bien, pero era solo por la mañana. Y en cambio había otro cartel que decía que LAS OFICINAS estaban abiertas por la tarde también.
Al llegar mi turno, y mientras me atendía la joven del mostrador, he aprovechado para preguntarle sobre los carteles, y me ha explicado que por las tardes está “todo abierto menos ventanilla”. Y al remarcarle por dos veces de modo interrogativo “¿Todo abierto? ¿Todo abierto?” y apreciar signos de hartazgo e incomprensión en ella, he optado por no seguir con el tema. Con lo cual para mis adentros he entendido que “estaba todo cerrado menos los despachos para los más pudientes”, aquellos que pueden y se atreven a pedir un crédito, o quieren invertir dinero. ¡Vamos que para un currito de a pie las oficinas no tienen uso por la tarde!
Desde hace dos años que fui a pedir un calendario al comienzo de las Navidades, en esta misma oficina, y al menos a mí me dijeron, que con eso de la “que está cayendo” no habían impreso calendarios de los de bolsillo, ya he visto posteriormente cantidad de signos de ahorro en la mayoría de los bancos.
Trabajar ahora de cara al público en un banco es de valientes o de necesitados, porque en la mayoría de sucursales de cualquier banco, solo hay una persona atendiendo al público, que normalmente suele ser joven, se supone que por aquello del “rango”.
Este agosto he tenido que ir a una sucursal de La Caixa en Torrevieja y eran las doce del mediodía. Había solo una persona atendiendo y estaban, las conté, doce clientes, o futuros clientes, esperando. Lo dejé para el día siguiente, y fui a las nueve en punto de la mañana. Ya era el tercero. La joven, otra vez otra joven, empleada, cuando me estaba atendiendo me dijo que así estaban todo el año. Que en toda la oficina estaban dos personas, que no les daba tiempo ni a saludarse, y que ella no tenía ni fotocopiadora. 
No me estoy inventando nada. Es una sucursal que se encuentra en Avenida Habaneras, en pleno centro de Torrevieja.
Al verla tan agobiada y sola, lo cual es mala publicidad para su empresa, me la imaginé, en mis sueños cinéfilos, al lado de Ben-Hur (Charlton Heston), ambos atados con grilletes a la galera, él remando, y la joven sudorosa a su lado, escribiendo (al ritmo de los timbales del guardia de turno) todo tipo de números en un ordenador también grasiento y encadenado.
Luego dirán, el gobierno de turno incluido,  que se están creando empleos, cuando los mismos bancos que son los “amos” del dinero, lo único que te dan ahora, y sin querer, es “caspa” del empleado de su galera.

*FOTO: DE LA RED