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sábado, 23 de abril de 2016

LA DUDA DE UN SUEÑO




Hoy me he despertado raro, más raro de lo que viene siendo normal en una persona rara. Con esa sensación que tienes cuando dejas algo a medias, un “interruptus” en toda regla. Y poco a poco, muy poco a poco, he ido sacando de las tinieblas del olvido retazos de un sueño.


Es extraño. Porque normalmente es cuando me despierto, en los primeros instantes, cuando recuerdo todo o casi todo de mis aventuras nocturnas en brazos de Morfeo, pero hoy no ha sido así.


Lo único que recordaba en un principio eran unos “ojos de mujer, como extrañados”, y como fruto de muchos esfuerzos, he ido alejando ese primerísimo primer plano para ver si veía a la persona a quien pertenecían, o el contexto en el que estaba.


Tras unos minutos me he dado cuenta que aquel par de ojos eran germanos, pertenecían a Ángela Merkel, y no estaban extrañados, sino valorando, sopesando a su interlocutor, que al parecer era este mismo vecino,  que se encontraba al final, muy al final, de una gran sala, con mesas en filas concéntricas. Frente a mí, y como interrogandome,  tenía un micrófono metálico negro, y al parecer había terminado de pedirle unas cuantas cosas a la Señora Merkel. 


Ella, primero me ha mirado con una mezcla de indignación y estupor; y tras unos segundos, haciendo gala de una gran profesionalidad disfrazada de frialdad, me ha contestado, sonriéndome, y con aire de madre negándole la paga a su hijo díscolo, gesto que no ha sido necesario traducir por los  auriculares, ha dicho “Ah, que no tenéis Jazztel”. Y dando por terminada la reunión, se ha marchado.


Mientras terminaba la larga fila india de hombres serios y trajeados, he observado  al pasar junto a un enorme espejo, que al otro lado del mismo, y frente a mí, mirándome con desdén, se encontraba Mariano, Don Mariano.



Es triste, pero ya no nos respetan ni en los sueños. ¿O en el fondo, somos nosotros mismos quienes no nos tomamos en serio?


*FOTO: DE LA RED

domingo, 5 de julio de 2015

EL OTRO CREPÚSCULO DE LOS DIOSES (O EN SUNSET BOULEVARD SUENA SIRTAKI)


Hay momentos en que uno tiene la certeza de que está ante un acontecimiento histórico, y hoy es uno de esos días.

Se ha jugado un órdago, es discutible sobre quién lo ha dado, entre Grecia y La Unión Europea, bajo la forma de un referéndum, y aunque todavía no se ha cerrado el escrutinio, gana claramente el “NO”.

Todo lo que ha llevado a ésto, la escenificación, ha sido como prepararse para una guerra, y ya se sabe que en las guerras en realidad todos pierden. Por eso como los únicos, en el planteamiento inicial, que iban a perder eran los griegos, ellos pierden pero menos, y los que no se van de rositas es La Troika y ese comportamiento gansteríl de “sí o sí”.

En estos mismos momentos este vecino se imagina a Ángela Merkel como la protagonista del film “Sunset Boulevard”, que en España se tradujo como “El crepúsculo de los dioses”, película cuyo planteamiento ya era original por ser una historia contada en “off” por alguien (William Holden), que en el primer fotograma ya vemos que está muerto, flotando en una piscina.

Es probable que Doña Merkel, como Gloria Swanson en el original, baje esas escaleras de película contoneándose como la estrella que fue, siendo aplaudida por quien espera al final de esas escaleras de mármol, que en esta versión no puede ser otro que el Señor Rajoy, palmero hasta el final.

El todavía presidente del gobierno español ha demostrado ser un voceras a destiempo, esos que tras una pelea en la que ellos no han intervenido pero que se sienten arropados por los “ganadores”, y dicen algo así como “PARA QUE APRENDAS” o “PARA QUE LA PRÓXIMA VEZ TE LO PIENSES MEJOR”, y lo dice en una décima de segundo en la que se ha formado un pequeño silencio, y naturalmente le ven, y oyen, hasta aquellos que no quería que le vieran.

Este vecino del mundo ya lo comentó el otro día en “Música para un conflicto”(http://patxipe.blogspot.com.es/2015/06/musica-para-un-conflicto.html), a los representantes europeos se les ha ido la mano, y los griegos ya no tienen nada que perder, excepto el honor, y  hoy lo han demostrado.

Ya las próximas páginas no están escritas con antelación, y será una verdadera incógnita, pero veremos si más de uno sigue dando órdagos a voces, o baja el tono y la dureza de su comportamiento para con un país que incluso hoy está demostrando que quiere seguir siendo europeo, pero no mancillado.

Por cierto, y ya para terminar. Este verano ya tengo la llave para aguarle la fiesta a más de un guiri de esos que salen de noche de punta en blanco, con la sensación de que todo lo que le rodea, aunque estén en España, es suyo. Normalmente son rubios, y rubias, naturalmente, y muy altos. Más de uno descubrirá que como un Superman o Superwoman cualquiera, también tiene su punto débil, su “kripotnita” particular, al oír la palabra clave:

Varoufakis”.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 9 de julio de 2014

LAS VERDADES DEL BARQUERO ( O LA HISTORIA DE UN DESTEMPLE)

Aunque suene cuando menos “raro” decirlo en pleno Julio, me siento como “destemplado” y con mal cuerpo. Y como me conozco, es el momento propicio para decir “las verdades del barquero” o esas contestaciones que siendo el tú de todos los días no darías, pero que si hoy te preguntan la hora, no solo la dices, gentilmente, sino que por el mismo precio, ninguno, comentas la historia del reloj.
Ayer, por ejemplo, no vi el partido Brasil-Alemania, porque no me apetecía, no me dio la gana. Uno, por ser el equipo anfitrión, y parecerme que no tenían una selección que les hiciese merecer llegar hasta donde habían llegado, al margen de la ayuda arbitral, que alguna ha habido. El otro, porque hoy que estoy destemplado, no me importa reconocerlo,  me recuerda a Angela Merkel, y no lo puedo remediar, no me gusta, no la trago. Sé que a ella le va a traer al pairo, ¡vamos! ni sabe, ni sabrá que existo, pero no vi el partido. Lo mejor, el resultado. ¿Excesivo? No lo sé, no lo vi, pero también me parecía excesiva la trayectoria de un equipo que dependía de un jugador, Neymar, que ayer no estaba, y que en realidad, en su momento, le pasó como al protagonista del cuento “Pedro y el lobo” en su versión de fingir o sobreactuar en faltas, que al final, le hacen una falta fuerte, y el árbitro estima que es una más de sus historias…
Lo peor del partido, algo que no ocurrió, ni por lo dicho, tampoco ocurrirá hoy, en la otra semifinal, un minuto de silencio en memoria de Don Alfredo Di Stéfano. Este vecino no es simpatizante del Real Madrid, y se podía tranquilamente abstener de comentarlo, pero aprovechando que estoy destemplado, y que lo cortés no quita lo valiente, es una vergüenza el comportamiento de la FIFA alegando que como ningún estamento lo ha pedido, no hay minuto de silencio, para uno de los mejores jugadores de la historia. Y, es verdad, olvidaba que la FIFA solo se mueve, y muy rápido, cuando hay dinero de por medio, y en este caso "solo" hablamos de algo tan intangible como el honor, que no tiene precio, y quizás precisamente sea esa la explicación. Seguro que a Don Alfredo, esté donde esté,  tan inteligente como era, por ser buen jugador y argentino de nacimiento, además, y que no olvidemos tenía el tambor de oro de nuestra ciudad, Donosti, no le extrañaría, porque ya se lo habría olido antes de que ocurriera, o que, tristemente, no ocurriera, lo del minuto de silencio, digo.
Otro día, porque parece que ya se me está pasando lo del destemple, hablaremos más profundamente del tema, pero debería cambiarse el nombre de “Metro a lo que se está construyendo en Donosti. Más que nada porque no es serio, y no es estrictamente un metro, ni mejor, ni peor, sino otra cosa, y aquellos que tenemos amigos o familiares vizcaínos, o ambas cosas, lo estamos pasando mal con las tomaduras de pelo que nos hacen. Que si vamos a tener que reducir la velocidad para no salirnos del casco urbano, que si no es un metro, sino un centímetro. Lo dicho, lo de querer copiar al vecino, aunque sea en el subconsciente, no es nada sano. Eso sí, por ambas partes, que donde las dan las toman.

*FOTO: DE LA RED