sábado, 26 de mayo de 2018

YA LO DICE LA EXPRESIÓN



Este fin de semana tengo un gran festejo familiar, y en circunstancias normales ya estaría preparando el terreno, y que se me entienda, comidas suaves y en cantidades para modelos de Pasarela Cibeles en sus momentos, según se decía, más estrictos, porque beber alcohol nunca lo hago. ¿Propósito? Que este  domingo fuera una especie de apocalipsis de delicias comibles y bebibles, y en el que el cinturón sólo estuviera atado las primeras décimas de segundo en el maratón de lujuria culinaria.

Pero, el entorno, no colabora. O en otras palabras, hoy más que nunca se puede decir eso tan español de que “el horno no está para bollos” y si miras metafóricamente hacia arriba, como en aquellas películas del oeste de los setenta, no encuentras esperanzas, sino a buitres, como en “El oro de MacKenna", pero sin canción de José Feliciano que alegre el desaguisado. Tienes la extraña sensación de que tu país está incluso peor de lo que crees.

Entre unos y otros se ha practicado la contradicción permanente, una mezcla de que “viene el lobo, viene el lobo”, y "somos la maravilla de occidente" – cómo nos admiran/envidian todos los demás países europeos.

Pero ahora, de nada valen las excusas, ya es oficial, y dictado bajo sentencia jurídica: gente del partido popular en su momento instaló la mayor fábrica de choriceo a escala nacional, y con ramificaciones internacionales. Y ya los “populares” de ahora, por mucho que se pongan de perfil, o digan que no saben alemán, y que Gürtel les viene lejano, cualquier día de estos tienen el logotipo de su partido en El libro de los récords de Guinness.

Y mientras, el resto de partidos son incapaces de juntarse, olvidándose de las posiciones que tienen en el panorama electoral, para intentar adecentar un poco nuestra casa común. Quizás, en lugar de “vigilar” a los vecinos portugueses solo en cosas eurovisivas, deberían de haber tomado nota de cómo se arregla un país.

A lo mejor nos sobra orgullo de clase, y carecemos de algo que incluso tiene un coche del más ínfimo modelo: freno y marcha atrás.

*FOTO: DE LA RED
 IDEA: PATXIPE


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