martes, 6 de febrero de 2018

UNA FINAL DE BABERO, PASAPORTE Y MUCHA MAGIA


Ayer fue, al menos este vecino del mundo se lo planteó desde el primer momento, una gala, “LA GALA FINAL DE OPERACIÓN TRIUNFO 2017", para disfrutar, ganara quien ganara. Por eso, ni tomé apuntes, sino que metafóricamente, estaba delante del televisor con un babero, y con el pasaporte preparado, porque mi intención era dejarme llevar, y podía acabar en cualquier sitio que tras la gala me costara volver a la realidad.

Y así ha sido. Me he tomado unas cuantas horas para regresar tranquilamente, y ahora voy a exponer mis sentimientos, opiniones y razones de manera relajada. Vaya por delante que puedo entender todo tipo de filias y fobias, porque seguro que este vecino tiene las suyas.

En primer lugar espero, si es que el programa va a tener más ediciones, que me imagino que las habrá, que tanto la cadena como la productora del programa, habrán aprendido de errores anteriores, y no disuelvan el tándem. Porque este programa debe de ser un programa blanco, libre de cizaña metida desde el exterior, y que se viva por y para la música. Creo que he sido, al menos era mi intención, lo suficientemente elegante como para no mencionar a terceros, que convirtieron el O.T. anterior, en más de lo mismo de su factoría.

Como la final transcurrió sin sorpresas, lo hizo como la lógica dictaba.
Amaia (Amaia Romero en su carnet de identidad) arrasó. No voy a hablar de porcentajes, porque como ya he dicho anteriormente, quise dejar atrás los datos al ver la gala final, para que los sentimientos fluyeran en su plenitud . Y la cantante de Pamplona es sentimiento puro.

Dada su juventud, recién cumplidos los 19 años, Amaia tiene todavía mucho de niña, y que no lo pierda, porque eso le hace única con su ingenuidad e inocencia. Pero cuando sube al escenario, lo hace suyo, se transforma en cada una de sus canciones. Es como un lienzo en blanco que cada canción define, pero sin disfraces ni amaneramientos. Amaia en cada canción está en trance, en contacto con la pureza. Y al final, notas como va aterrizando a nuestra realidad.

Los otros cuatro concursantes, al menos aparentemente, lo tenían muy claro y sabían que ya sólo la cultura musical, y no me refiero a tener la carrera de piano, sino a saber de todo tipo de géneros (y en eso el hermano de Amaia, unos años mayor que ella, ha tenido mucho que ver, mostrándole diferentes horizontes musicales) les alejaba de la primera posición.

Porque Amaia, para los verdaderos seguidores del programa, se ha llevado el primer puesto dentro de la Academia. Concretamente en esas horas muertas que ella las llenaba al piano, con sus idas de pinza, en las que viajaba hacia atrás y delante de sus recuerdos musicales.

Respecto al orden final de la clasificación, para mi gusto, y en este tipo de lides prima mucho precisamente el gusto, sólo hubiera variado el segundo puesto. Considero que Miriam, a la chita callando, se lo ha ganado. Porque la gallega, de Puentedeume, ha demostrado ser un todo terreno, y se lo han dicho los mismos profesores durante sus horas académicas. Además, ayer, durante la gala y con sus comentarios finales, demostró que Miriam Rodríguez, tiene la cabeza muy bien amueblada.

En mi opinión, y demostrado dentro de la Academia con los Javis, sus profesores de interpretación, quizás tras el tirón del programa y pasado algún año en una carrera en solitario en el circuito comercial, quizás Miriam debería de dirigir sus pasos al teatro musical, porque la interpretación se  le da muy bien.

Por supuesto que tras dar mi opinión, comprendo el segundo puesto de una Aitana Ocaña, de San Clemente de Llobregat . La benjamina del programa solo pudo optar, creo recordar, para el último de los casting, que fue cuando ya había cumplido los dieciocho años. 

Aitana, a la vista del público, puede representar en gran parte lo que se lleva ahora, con una figura muy a lo Camila Cabello, aunque el gran éxito de la cubana-estadounidense, Havana,  lo cantara  en el programa, la que a la postre ha sido la quinta clasificada (porque hablar de último puesto no sería justo), Ana Guerra, tinerfeña de 23 años,  que también tiene el mismo perfil, pero más remarcadamente latino, con ese acento canario que también ayuda.

Aitana, pese a su juventud, en el escenario se crece, y nunca mejor dicho por su talle menudo (aunque muchos seguro que piensan “¡Menudo talle!) y a lo largo del programa nos ha dejado grandes números con tendencia  a grandes parrafadas en un inglés muy rápido y complicado.

El cuarto puesto de Alfred García, en mi opinión, es justo, y ya anuncia que por el tipo de música que primero degusta y luego parece seguir en el escenario, más hacia el jazz, tiene todos los boletos para ser un cantante de minorías. Pero eso nunca ha sido malo, porque las minorías, así, en general, suelen ser muy fieles, y además, y comprobado dentro de la Academia, Alfred puede ser un gran compositor para otros. “Londres” compuesta dentro del programa, y que se puede ver en “Youtube” es excelente, y estoy seguro de que muy pronto la grabará. Es una canción que merece mucho la pena, con un toque “diferente” a lo normalmente consumido.

Ya casi para acabar, debo mencionar al maestro de ceremonias de todas las galas, Roberto Leal, totalmente implicado en el desarrollo de cada gala, y siempre con la humildad y la empatía a flor de piel; y en un segundo plano, recalcando que los importantes eran los concursantes.

Y para acabar el comentario, han ocupado un puesto muy importante, con mucha responsabilidad del éxito cosechado, los profesores, todos y cada uno de ellos, con un Manu Guix al frente, diseccionando los fallos de cada uno de los ensayos, y dándoles siempre una solución. Y una Noemí Galera, como directora de todo, derrochando un gran carácter, y siempre en el fondo con una gran humanidad y ese toque de humor corrosivo.


Miedo me da una segunda edición, y que se rompa la magia que ha dejado ésta. 

*FOTO: DE LA RED

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