viernes, 6 de enero de 2017

ESE SILENCIO PROVOCADOR


El silencio de esta tarde, viernes, Día de Reyes, y por eso festivo, sobre las cinco, me ha llenado de mucha inquietud.

Cada uno no sabe, ni se imagina, el “yo” que lleva dentro, su subconsciente es un verdadero desconocido, y por un momento, ante ese silencio tan insoportable, me he imaginado a todos los juguetes recibidos hoy, en un ataque de rebeldía solidaria, de maltratos de todos los anteriores niños del mundo a sus juguetes pasados y rotos, cambiándoles las baterías a sus propietarios, en una ceremonia mitad reprimenda y advertencia, que ha podido durar, en cada uno de los casos, varios minutos.

Para dar o recibir miedo, no hay como cambiar de roles a lo que siempre se ha tenido como eternamente bueno. ¿Alguien se imagina a una paloma, símbolo de la paz, como asesina sanguinaria dispuesta a maltratar a miles de ojos humanos, o a unos juguetes, actuando por su cuenta, convirtiéndose en bombas letales para sus propietarios?

Y es que el silencio, no solo el de hoy por la tarde, bien mirado, nos produce, así en general, un profundo malestar. Quizás el secreto sea, el miedo a oír/descubrir nuestro latir. El que exista, firme y rotundo, o incluso el intuir su ausencia. El descubrirte como un posible “replicante”, al mayor estilo “Blade runner”, y que tu presunta frialdad ante asuntos importantes, se debiera a tu falta absoluta de corazón, ya sospechado por alguno de los que ya son “historia” en tu vida.

 A partir de las doce de la noche de hoy ya no hay ni fiestas, ni amor universal cliché, ni mismas promesas, ya ajadas, de siempre... ¡SOCORRO!!!!

 Quizás, y sería el peor decorado imaginario posible, algún día descubramos, como hoy “el silencio de las cinco de la tarde”, que “Navidades” es el nombre que le damos a "la tregua", en la eterna guerra de la vida…
 
*FOTO: DE LA RED

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