lunes, 1 de febrero de 2016

BRUCE SPRINGSTEEN, AMOR POR NUESTRO JEFE




En Donosti prácticamente acaba de empezar lo de la “Capitalidad europea de la cultura 2016”,  y ya nos estamos echando los trastos a la cabeza  para ver quién tiene la culpa de esa, por decirlo de alguna manera, confusa ceremonia de apertura. Ya se sabe que el éxito siempre tiene cien padres y la derrota es huérfana, como dijo Napoleón Bonaparte, y aquí todavía se está deshaciendo, el que tuviera el libro de familia de tal ceremonia, para que nada le apunte a él.


Teniendo en cuenta que “la cosa”, la capitalidad, va a durar un año, pronto le parece a este vecino del mundo lo de  repartir mamporros a diestro y siniestro. Y por otro lado, prácticamente está pasando desapercibido la buena nueva de que este próximo mayo (el contrato al parecer ya está hecho) a falta de cerrar el día exacto, habrá otra nueva actuación del “Boss”.


Quizás, se deberían plantear los organizadores,  que detalles de capitalidad cultural son también éstos. Que un americano tan donostiarra como Bruce Springsteen vuelva a tocar aquí, no es fruto de la casualidad. Nos quiere y le queremos. Con las veces que ha venido, unas a tocar, y otras porque actuaba en algún lugar más o menos cercano, y prefería estar alojado aquí, nos ha presentado a toda su familia, incluyendo su madre. Y nosotros todavía preguntándonos eso de si son galgos o podencos.


Remedando hasta cierto punto las palabras de otro norteamericano, John Fitzgerald Kennedy, no nos debemos de preguntar qué puede hacer Bruce Springsteen por nosotros;  sino debemos preguntarnos qué podemos hacer nosotros por Bruce.


Aunque se diga que no le gustan al boss cierto tipo de reconocimientos, darle el Tambor de Oro sería, más que merecido, justo. ¿Que no pueda venir él a recogerlo el día de San Sebastián qué problema supone  para una Donosti de aldea global? 


Se manda una delegación donde él esté en ese momento, y conexión vía satélite se le hace saber todo lo que le queremos. Y para callar a esos que critican todo y por todo, se les puede decir eso de que sería la mejor publicidad a nivel mundial para nuestra ciudad.


Y es que, en el fondo, no sabemos vender nuestras cosas. En eso, y ya lo he dicho en más de una ocasión en este blog, nuestros vecinos, los bilbaínos, nos dan cien vueltas.


Si para darle el tambor de oro, hay que vestir el discurso de bilbainada, pues se viste y punto. Algo así como: Bruce Springsteen se merece el tambor de oro por ser capaz de preparar una gira a nivel mundial, con tal de tener una excusa para visitar nuestra querida Donosti una vez más.


Seguro que entre bromas y veras, tanto nuestro querido Bruce como nosotros, sabremos, en nuestro foro interno, que es la pura e irrefutable verdad.


*FOTO: DE LA RED






No hay comentarios:

Publicar un comentario