viernes, 30 de diciembre de 2016

AQUELLA NOCHE QUE NO TE DEJARÁN OLVIDAR...


Es como si los últimos días del año, desde el punto de vista de “relaciones públicas” se nos amontonara el trabajo. ¡Es agotador! Porque la mayoría de las veces, a no ser que la otra persona sea muy íntima, y hayas quedado para la mismísima Nochevieja, para el resto de amigos y conocidos varios, cuando faltan tres o cuatro días, ya te vas despidiendo de ellos de manera cuidadosa, con abrazos y besos incluidos, por aquello de si no les vuelves a ver en lo que queda de año, eso sí, bajo la apariencia de que es para siempre jamás. Y se han dado casos, sobre todo si ella es guapa, tirando a rompedora, que uno tiende a intentar volver a verla, para despedirse efusivamente otra vez, y volver a abrazarla y, naturalmente, besarla, por si se hace verdad aquello de que “el roce hace el cariño”.

Este vecino del mundo está convencido de que en estas últimas madrugadas, las calles de nuestras ciudades están llenas de gente buscándose unos a otros, con el secreto deseo de orgías llenas de abrazos, besos y… lo que surja.

 Y eso, antes de terminar cualquier año, incluso éste, con lo mal, en general, que se ha comportado, porque el día después y sucesivos, sin fecha de caducidad, incluso hasta casi el fin del próximo, si optas por salir a la calle tras la opípara, se supone, cena y te tomas unos cuantos tragos hasta alcanzar el grado de trompa, borrachera, merluza, o cualquiera de los estados que indican que estás empapado en alcohol, tú no habrás visto a nadie, pero llegarás a la conclusión, al cabo del tiempo, de que no solo los allegados te vieron en un estado lamentable del que solo se salvaba tu amplísima sonrisa y tus ojos que parecían mirar a la lejanía. Pero, visto lo visto, tus ojos no debían de detectar nada, porque al parecer, y por la mucha gente que te vio esa noche, debiste de poner el cartel de “no hay billetes” en el teatro más grande de tu ciudad, aunque tu actuación, por lo que se desprende, debió de ser lamentable. Y te reafirmas, íntimamente, en lo mucho que a la gente le gusta el morbo, incluso a ti, pero que desgraciadamente esa vez, como si te hubieran sacado cuernos, has sido el último en enterarse…

Ya para terminar por hoy, por si no nos vemos, o no os puedo ver, hasta el año que viene…

¡Muchas felicidades, y Feliz Año Nuevo!
 
*FOTO: DE LA RED
*TEXTO EN FOTO: F.E. PÉREZ RUIZ-POVEDA

 

miércoles, 28 de diciembre de 2016

EN EL PAÍS DE TORRENTE, LAS INOCENTADAS HAN MUERTO



¡La cosa esta muy mal! Esa famosa “cosa” de la que llevamos hablando mucho tiempo, definitivamente hoy, 28 de Diciembre de 2016, Día de los Inocentes, sino ha fallecido, la han matado.

 ¿Por qué lo dice este vecino del mundo? Son ocho de la mañana, y llevo una hora buscando alguna “inocentada” en los periódicos digitales. O no hay ninguna, o la realidad se ha vuelto tan retorcida desde hace tiempo que las liebres mismas se convierten en gatos, y ya no te dan el cambiazo, sino que viene de serie.

 Lo único que me encuentro reseñable, al margen de la política naturalmente, es el “cifostio” que se ha montado en internet porque Don Santiago Segura, dejando así clara mi admiración hacia él (aunque no esté muchas veces de acuerdo con su comportamiento, pero cada uno es libre de hacer de su capa un sayo), ha debido de lanzar un tweet lamentándose de la perdida de Carry Fisher, la siempre recordada Leia, en la que aparece vestida de esclava, durante el rodaje, si no me equivoco, de “El retorno del Jedi”. Y ha faltado tiempo para que unos y otros se pongan a la gresca. No he encontrado el tweet, porque, visto lo visto, el Señor Segura lo ha debido de borrar.

Tras analizar un buen rato lo ocurrido, la foto, en realidad es como el famoso Test de Rorschach, esa famosa prueba que consiste en diferentes láminas con manchas, utilizadas en psicodiagnósticos, y de las que tienes que confesar qué ves.
 
El problema, ya se sabe, no es lo que se ve, si no lo que se cree ver,  o lo que, en realidad, llevas en tu interior… Y no me vale que en el fondo del tweet del Señor Segura subyace la idea de la sexualidad de Carry Fisher. También se puede entender, por otra parte, que es una manera de ensalzar a la naturaleza como belleza, como arte, y no lo olvidemos el Señor Santiago Segura es licenciado en Bellas Artes.

En una sociedad que ve todo el mal en una foto de una chica guapísima en bikini, porque en el fondo el traje de esclava no deja de ser un bikini, aunque la retratada acabe de fallecer, y nadie se inmute, por ejemplo, con las miles de fotos de los refugiados, no por las fotos en sí, sino por los refugiados mismos, algo  va muy mal.

Por todo ello, quizás el día de las inocentadas, nuestro “Día de los inocentes”, ya no tenga razón de ser, con partidos que te prometen una cosa, y luego hacen otra, con casos de presunta corrupción que aparecen un día sí y el otro también, con un Donald Trump elegido como Presidente de los Estados Unidos.
 
Uno ya no se impresiona de nada, porque al final nuestro sistema de medir lo bueno y lo malo está definitivamente roto, y ya no sabrás ni lo que es verdad ni mentira. Y de todo eso, admitámoslo, no tiene la culpa Don Santiago Segura. Es más, creó un monstruo abominable, como es Torrente, y se ha forrado, porque nos gusta. ¿Y ahora, jugamos a ser tiquismiquis? Mejor nos hacemos unas pajillas…
 
*FOTO: DE LA RED

lunes, 26 de diciembre de 2016

VASELINA NAVIDEÑA


 
Con eso del “Fin de año”, ya estamos en plena vorágine de los recuerdos recopilatorios. Los famosos que nos han dejado este año, por ejemplo,  o parejas, ellos y ellas, a las que se les rompió el amor, como dice la canción, de tanto usarlo…

Los parados de otros años, que siguen igual de parados cuando terminan contratos más que pequeños, ridículos, y que solo sirven para dar intermitencia a los continuos abusos, no sólo de una patronal a la búsqueda del mero enriquecimiento propio, y considerando a los empleados más como carga, que como seres humanos, sino a un gobierno nunca acostumbrado a templar gaitas y sí más a gobernar por decreto.

Todo proceso que tienda a igualar acciones individuales, siempre le ha parecido a este vecino, una especie de injusticia con cada uno de los originales.

Asuntos como “permanencia de un partido determinado en el poder pese al futuro de cambio que se prometía” no se sabe si deja bien a ese partido, como encantadores de injusticias anteriores disfrazadas de intentos fallidos por falta de miras de una oposición impotente, o mal, o bien a la sociedad que le tenía que votar, y consecuentemente juzgar.

En todo caso, como averiguar el sexo de los ángeles, parece más un juego de artificio, para ir preparando durante mucho tiempo, y cerrarlo en un momento determinado, especialmente los últimos días de un año, que huele más a vacaciones, y a mirarse el ombligo propio, que ver el panorama en general, cuando cada una de esas particularidades que formaran un todo, está mirando más al descanso, que a un futuro lleno de acción.

Quizás la propia metáfora de la decoración navideña, haga que nos den gato por liebre. Que nos vendan la cotidianidad, pero repleta de luces de artificio, y promesas de bondad que se supone tenemos todos guardadas para regalarlas a espuertas en los últimos días del año. Y así…¿darnos una especie de vaselina con todas las demás injusticias del resto del año?

Quizás las comilonas ya realizadas en estos días,  y los ágapes que todavía quedan, cada uno de acuerdo a sus posibilidades, actúen como narcotizante de un presente/futuro que sabemos que está ahí ,y que nos queremos auto-hipnotizar, para afirmar con honestidad, que nosotros no tenemos nada de culpa, ante la estampa que viviste en carne y hueso, la mismísima tarde del 25 de Diciembre, fun fun fun, de ese pobre de solemnidad que te has encontrado, que se ha encontrado este vecino del mundo, tirado en ese mismo cajero al que has ido a sacar más dinero para comprarte, o regalar cualquier fruslería.
 
Cualquier presunto cuento de hadas, con un punto de realidad, se puede convertir en un drama.
 
*FOTO: F.E. Pérez Ruiz-Poveda

sábado, 24 de diciembre de 2016

SOBREVIVIENDO A LA NOCHEBUENA, QUE NO ES POCO...


En apenas hora y media, la mayoría de las fachadas de nuestras casas irán denotando, a través de sus ventanas, primero iluminaciones variopintas, y más tarde ir y venir de siluetas, primero en actitudes serenas y luego, seguramente, siluetas entremezcladas difíciles de contar desde la distancia y, en ese momento, desde esa misma distancia, más fáciles de oír.

 Ya La Navidad es un hecho. Si sabes algún villancico, quizás es el único día en que se pueda cantar si está dedicado a la Nochebuena, por aquello de la coherencia. Y mañana, ese tan famoso, del 25 de Diciembre, fum, fum, fum.

Una sugerencia, no intentar escudriñar en la letra de la mayoría de los villancicos, porque no hay ningún mensaje encriptado, y a simple vista, u oído, tampoco. Luego seremos los que pediremos coherencia y buenos mensajes en las canciones de moda, cuando hemos mamado, así es, sin paños calientes, de canciones populares, todo lo entrañables que queramos, pero más simples que el encefalograma de cualquier Pequeño Nicolás de turno.

Además ese villancico, sea cual sea, nos servirá, es muy probable, para intentar acallar al familiar de turno que te está produciendo, primero un leve dolor de cabeza, y luego ya, sin tapujos, un ataque de nervios; ya que te pongas donde te pongas en la mesa navideña, siempre te va a tocar a ti el más pesadito

Estos últimos días, tanto en las redes sociales, como en los programas de radio, a este vecino del mundo le ha aparecido entrever una descarada campaña en contra del “cuñao”. Pero ten en cuenta, que tú también es más que probable que si ahora todavía no lo eres, en un futuro próximo serás cuñado, o cuñada. El problema quizás radica en que la familia no se elige, te viene dada. Serían los amigos, que en un argot político serían tus representantes legales para lo bueno o para lo malo, ya que son los elegidos libremente por nosotros. Y lo que es más, si quieres acercarte un poco  a tu yo, visto desde fuera, analiza a los amigos que tienes, dirán mucho de ti.

Si La Nochevieja es el momento de las estadísticas, y de los nuevos propósitos, para el año que comienza, la Nochebuena, hoy, es un día más cercano a la piel y al corazón, a los sentimientos, a los recuerdos, a tu niñez. Y a darte cuenta, como siempre, que la imagen que te venden de este día: noche entrañable nevada, y con ojos llorosos de recuerdos y sorpresas de última hora, la mayoría de las veces no concuerda con la realidad. Y especialmente, al día después en que, seamos serios, tienes un pensamiento más cercano al: He sobrevivido a la Nochebuena, a esa chuleta, que ya era la tercera,  y nunca la tenía que haber comido, y a ese familiar plasta que siempre me toca a mí.

Y quizás para la próxima cena, ya te armes de valor y vayas directamente como siempre has querido ir: Con un salvavidas al cuello, por aquello de disfruta, pero seguro. No sea que esa familia que parece tan sólida y cuerda, se convierta en un nuevo Titanic, y a ti, siempre a ti, te confundan con un componente de la orquesta, y te exijan quedarte hasta el final. Porque la lotería ni te ha tocado, ni te va a tocar, pero los malos momentos…


Por cierto, y ya para terminar, una sugerencia: Mejor si el Rey, en su próximo discurso, lo lee en tercera persona, pero disfrazado de la criada que encarnaba Gracia Morales, y diciendo: El señorito dice ...
Sonaría a más verdad, por lo menos para algunos, y sería una buena estrategia comercial, como muchas cosas en este país, para vender el producto.
FOTO: F.E. PÉREZ RUIZ-POVEDA

jueves, 22 de diciembre de 2016

NI LA SALUD SIQUIERA ...


No, no me ha tocado la lotería. Pero en mi caso no es decepción, sino aplicar la lógica: si no compras, o no te regala alguien conocido, un décimo, nunca te va a tocar. Y además, sólo se ha tratado de elegir prioridades, y siempre es mejor comer, que intentar darle un bocado a un sueño.


Lo que peor llevo, a nivel particular, es que en el día nacional de la salud (porque cuando compruebas que no te ha tocado la lotería, siempre se dice eso de que “lo importante es la salud”), para más inri estés secuestrado por un gripón al que solo le falta pedir rescate por tu vida.

 
La sensación de este día es la misma que cuando vas, en mi caso “iba”, a una discoteca, hace muchísimos años, y te aplicaban esa luz como un flash que te hacía ver los movimientos que te rodeaban  con intermitencia cegadora: ahora veo, ahora no. Solo que en mi caso: ahora me enteraba, ahora no. He pasado de noticias políticas que pintaban a un PSOE- PODEMOS tirándose de los pelos por un “he-sido-yo-quien-ha-organizado-esta-manifestación”, a niños agitando unas bolas repletas de ilusión; lo cual en momentos de dopaje para contrarrestar una guerra griposa, ha sido cuando menos un delirio hecho metáfora: los niños de la ilusión en la tierra de la izquierda dividida, y por lo tanto inoperante.

Y al final, ¿quién gana?... 

Por supuesto que los agraciados en un día como el de hoy: propietarias de administraciones peinadas de peluquería del día anterior, vecinos agitando una botella de champan con caras del tercer orgasmo, señora que dice que no le ha tocado pero que conoce a otra vecina que sí; pero, no lo olvidemos, siempre, siempre,  Cristóbal Montoro, sumo hacedor de nuestra Hacienda, y ese 20 por ciento que nos quita, que les quita, a los agraciados, y que se supone sólo ocurriría en aquellos momentos de penuria, que parece ser que ya pasaron, pero esa porción de tarta que se nos quitó, todavía sigue quitándose, y aplicándose esa expresión tan española, y tan verdad:... Y lo que te rondaré, morena. Pero lo que nunca se nos recuerda, es que el resto de los premios caídos a números sin vender, también, naturalmente se los queda, nuestro sumo hacedor de cabecera.

Un deseo: que en esa sensación de flash debido a la medicación, los momentos brillantes duren más que la oscuridad sospechosa. ¡Vamos,  como en la vida misma!

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 21 de diciembre de 2016

LA VIDA EN PÍLDORAS ...

 

Hoy, para este vecino del mundo, es uno de esos días en los que valoras la monotonía, el un día más, el me aburro, porque le duele todo por una gripe galopante que le está atacando, y que al galopar le ha debido de pasar por encima, y le hace sentir como si le hubieran dado una gran paliza.

Porque, en realidad, hoy debería de ser uno de esos días en que si fuéramos el famoso Mortadelo, deberíamos estar disfrazados con frac, una banda de “Ministro de Nosequé” y unas tijeras grandes  para cortar esa cinta de las inauguraciones… Y es que hoy es el primer día de invierno, legalmente, con luz y taquígrafos, porque lo que se dice con frío, frío, llevamos ya, y no es una queja, sino la realidad, unos cuantos días.

También, y hablando de inauguraciones, al menos en el País Vasco, es el primer día ya de las Navidades, con un Santo Tomás, 21 de Diciembre, que huele a talo, a txistorra, y a sidra. Con gente y colas por todas partes, como si regalaran algo en la famosa feria. Y cuando te das cuenta, cuando vuelves a casa, en tu bolsillo queda el recuerdo de un dinero, del que calculaste dejar algo, y no queda ni el recuerdo de ese bocadillo, que mirandolo desde el ahora, al final, no estaba tan bueno, porque tú, en tu casa, los haces mejores.

Hoy, es un día de mucho ruido, ruido por todas partes, y al menos en Donosti, con los autobuses repletos de gente, y donde todavía se puede recordar esa expresión, que ya queda muy anticuada, pero que hoy, al menos, es verdad de la buena, yendo todos como en una lata de sardinas

Quizás, comentar, ya que la gripe no me deja mucha materia gris intacta, y lo único que mi cuerpo tolera son píldoras, daré alguna píldora que ya he dado en forma de tweet que he escrito estos días:

En España al "agujero negro" se le llama ahora: "Rescate a las autopistas". Y es que en este cortijo llamado España, para algunos siempre ha sido muy fácil montar negocios, con ese famoso: “Si gano dinero, me lo quedo yo. Si pierdo, paga el pueblo”. El pueblo, que no tiene un rostro concreto, eso dicen, quizás, para que no se lo rompan, pero que tiene bolsillo, aunque ya solo le quede el forro. Porque la tela, se la han llevado "los de siempre”. Por cierto, por el forro de ellos, lo demuestran continuamente, es por donde se lo pasan todo...

O esa otra píldora-tweet en el que escribí:” ¿Lo de Christine Lagarde no demuestra que hay dos tipos, o más, de justicia?

Estoy convencido de que si a Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), le dieran a elegir ser protagonista de un cuento, ella sin duda elegiría, se lo cree, el de La Princesa del Guisante, tan fina, tan delicada, que incluso le molestaría un pequeño guisante debajo de veinte colchones.... Pero visto desde fuera, este vecino no dudaría de que ella daría el perfil perfecto para un cuento como el de “Hansel y Gretel”, pero llevado a nuestros días, con una Bruja sofisticadísima, pero ...bruja al fin.

Hoy, se está celebrando, esa gran victoria en contra de los bancos, de las denominadas “clausulas suelo”. Uno no quiere ser agorero, pero con eso tan de los sesenta, pero tan verdad, de “Spain is different”, todavía, aunque se logre, verlo para creerlo. Porque irán cliente por cliente, y se hará realidad ese dicho, "El que no llora, no mama". 
 
Conviene recordar lo que pasó con aquel fraude, de aquellos coches, a nivel internacional, y que hoy no daré su nombre porque ya todos lo saben, y este vecino del mundo ya tiene suficiente con su gripe,. La publicidad del coche ofrecía una cosa, y la realidad de su técnica no daba lo que se supone que debía dar. En otros países ya han pagado, en España, ni están ni se les espera…

Ya para terminar por hoy, algo personal. Me he enterado, lo he visto en las noticias del Telediario, en Bilbao se ha quemado un restaurante chino del que tengo muy buenos recuerdos con mi sufrida, La Nuri. Entre los amigos y los conocidos que se van, y ahora ésto, pareciera que el tiempo nos quiera borrar, incluso antes de irnos, como la política y la realidad mismas.
*FOTO: DE LA RED

lunes, 19 de diciembre de 2016

NO ME PISES QUE LLEVO ... PRISA


 
Si para algo sirven las Navidades, además de que unos, los de siempre, se forren, y otros, nosotros, nos quedemos más “secos” (de dinero, se entiende) que la mojama, y no por gastar mucho, sino por estar la mayoría de las veces bajo mínimos, es para pensar seriamente en lo que es nuestra vida, que viene muy ligado a ese recuento, que queramos o no, hacemos todos los años, de los que continúan con nosotros, o nos han dejado para siempre.

Y este año, en el caso de este vecino del mundo, se agudiza mucho más, porque los sesenta le han llegado, no como una losa, sino como una piedra de esas cúbicas que se colocan en los puertos, y eso que, digámoslo con humor, en el mejor de los casos, ya se veía venir.

Como siempre es mejor ser positivo, lo bueno que tiene el ir repitiendo el ritual del paso del año, de los años, uno tras otro, es que has aprendido de cosecha propia lo que es el ciclo vital, sin necesidad de ver “El rey león”, y naturalmente sin aprender a cantar “El ciclo vital”.

De todas maneras, es más que evidente que todas las semanas hay alguien, o algún tema, encargado  de mantener la atención de la ciudadanía, como si de un capote se tratara, para que nuestro comportamiento no haga derrotas y poner en peligro, como mínimo, el chollo del gobierno. Y esta semana nos ha tocado eso de  la búsqueda de un pacto para la  conciliación y racionalización de horarios, dicho por Fátima Bañez, y casi el mismo día, RTVE 1  se descuelga con la Final de MasterChef Celebrity que terminó sobre las 2 de la madrugada, cadena en la que el mismísimo gobierno tiene mucho que decir. Es como dar una rueda de prensa para confesar que eres cleptómano, y al acabar el acto, y una vez que ya te has ido, todos los periodistas presentes se van dando cuenta de que les falta su cartera…

Dentro de ese ciclo vital anual, ya toca, por las fechas, eso de ser bueno, y echar de menos, sino se está con ella, a la familia, por aquello de “vuelve por Navidad”, y que de tanto ha servido, al menos, a una marca de turrón. Quizás los años también van evitando que sigas dando muchas más oportunidades a personas  que te van demostrando que ni las quieren, ni se las merecen. Pero, ojo, si te ocurre muy frecuentemente, quizás la culpa de todo la tengas tú, como ese conductor que yendo por la autopista, se quejaba de que todos los demás conductores iban por dirección contraria…

Y quizás también haya una muy delgada frontera entre ser sensible, y ñoño. Como aquella tía mía, que al ir al cine y apagarse las luces, porque comenzaba la función, ella ya empezaba a llorar, porque le habían dicho que en la película se lloraba mucho, y claro está, era mejor ser la primera que la última.

Pues eso, que este año comeré todo tipo de viandas, tarta y  turrón, y beberé cava, solo si me apetece, no porque el guion lo exija. Porque a los sesenta, e incluso mucho antes, uno ya tiene que ser el guionista de su propia película, y si me apetece decir a alguien que le quiero, aunque todavía no sea Nochebuena, pues se lo digo, y si a mi lado, en pleno ágape navideño, está ese cuñado que cree que se las sabe todas, procuraré capear el temporal, pero, y no es una advertencia, sino un consejo, que tampoco me busque demasiado. Porque en mi caso, he llegado a los sesenta, pero tengo que aprovechar lo que me quede con más “concentración y ganas” que antes, porque sigo manteniendo la afición de vivir intacta, y lo que es más importante, con más experiencia, porque muchas "escenas" ya me van sonando de cómo terminarán..., quizás incluso, con un pisotón en la desnudez de tu nobleza.
 
*FOTOGRAMA: "EL REY LEÓN"

domingo, 18 de diciembre de 2016

SOLO LOS VENCIDOS SE ARRASTRAN (...A ESTAS ALTURAS DE LA PELÍCULA)


Ha caído en mis manos, he tenido la suerte de poder ver (uno tiene amigos con posibles) una película de la última hornada, pero que pasó más bien desapercibida durante su periplo, por las salas de cine. Y como este vecino está convencido del poder del boca a boca, va a romper una lanza, e incluso el incomprensible silencio para que la gente mueva su trasero y compre una copia, o la alquile en los lugares habilitados para ellos. ¿Por qué? Porque cuando menos es una película interesante; en mi opinión particular: más que eso. Y a los que nos gusta el cine nos debería preocupar que los que lanzan un producto al mercado, no ya que se hagan millonarios, sino que cuando menos puedan sobrevivir, e incluso algo más, para que puedan continuar con su oficio de contar historias…

 
Hablamos de una película argentino-española, y no al revés, ya que por de pronto “huele” a Argentina por los cuatro costados: “Al final del túnel”.

 

El argumento, que te dejará clavado en tu butaca, o en el sillón de tu casa, tiene como protagonista a Joaquín que, punto importantísimo, está en una silla de ruedas y, como iremos viendo, consecuencia del drama familiar del que viene. Su casa, prácticamente la mitad, o más, del decorado de nuestra aventura, es triste, descuidada y sucia, e iremos comprobando que conoció tiempos mejores. El triste y continuo silencio es roto por Berta, bailarina de striptease, que junto a su hija Betty, aparecen, en uno de los peores momentos personales de Joaquín, como respuesta a un anuncio que puso para alquilar una habitación, y del que pretende desdecirse. Su presencia alegrará la casa y la vida de Joaquín, se supone, aunque con lo que está aconteciendo, a los espectadores nos traerá más nervios, porque una noche, trabajando en su sótano como informático, Joaquín escucha un debilísimo ruido. Nos daremos cuenta entonces de que una banda de la peor calaña construye un túnel, que por esas casualidades de la vida, y del guion, pasará bajo su casa, con la intención de robar un banco cercano.

 
Es curioso lo de este thriller. Te deja agotado, como agotado quedan la mayoría de los personajes, empezando por un inconmensurable Leonardo Sbaraglia. Aunque su marco, el decorado de la película, son más bien unas pocas estancias, la carga que tiene el argumento y lo que discurre en ellas, hace olvidar persecuciones de coches y explosiones varias de otras películas. Porque el problema, siempre hay uno, transcurre entre personas, y las de esta película están minadas. En cualquier momento sabes que van a explotar, todas y cada una de ellas.

 

Hay un altísimo nivel interpretativo, como ya comentado, con un en estado de gracia, Leonardo Sbaraglia, que para no poder andar, no para, en un continuo alarde físico, dejándonos a todos al borde del infarto. Los malos, son todos de dar de comer aparte:  Pablo Echarri, a su vez en labores de producción, Javier Godino,  Walter Donado, y un Federico Luppi en un papel más que resultón.

 

Lo de Clara Lago merece un párrafo aparte. Su perfecto acento porteño, dicho por los mismísimos porteños, acentúa aún más su esfuerzo por hacer suyo un papel que dista años luz de la imagen que hasta ahora tenemos de ella. Pero de eso trata “actuar”, de romper moldes, de sorprender. Y Clara Lagos una vez más nos sorprende, especialmente para los que seguimos su carrera, y evidentemente la hemos vista pasar de niña a mujer, y ahora a madre, aunque un tanto peculiar. Me da la impresión de que si ella quiere al menos, en muy poco tiempo, ya ha empezado, se la van a rifar en el extranjero. Aunque ella, Clara, ha dado muchas muestras de tener los pies en el suelo, y eso ya es una garantía.
 


El guion y dirección es de un Rodrigo Grande atinadísimo como director, que ha puesto a punto cada uno de los instrumentos para que la sinfonía suene aunque algunas veces sus notas nos pongan muy nerviosos, e incluso nos incomoden. Entre sus directrices, y la ocre y oscura fotografía de Félix Monti, la cinta tiene un punto de teatro, de obra en sitio cerrado, aunque haya escenas rodadas en Tenerife. Porque no hay que olvidar, y no voy a dar pistas, que mientras la mayoría de los personajes se pueden mover como resortes, alguno quizás necesite de la palabra para utilizarla como arma de defensa, que se presenta, además, con extremada contundencia…

 
 Una película que puede que no sea una obra maestra, de hecho no lo es, pero cumple perfectamente con el objetivo de toda película que se precie: hacernos pasar un rato alejados de este mundanal ruido, y en este caso alegrarnos, al final, de seguir vivos y sin ninguna mancha ni de polvo ni de sangre; y secos, que tiene su aquél, especialmente con la cantidad de agua que al terminar la película habremos visto…



Si en algún momento se puede vislumbrar algo del engranaje que nos llevará al final, tampoco importa, porque eso nos ayudará a respirar un poco, sabiendo que por lo menos hay alguna esperanza.

 

Por cierto, y ya para terminar, es una pena que aunque tenía 19 candidaturas a los Goya, no hayan llegado como finalista en ninguna. Más que nada porque se le hubiera brindado, posiblemente, otra oportunidad para un nuevo periplo por las salas de cine, y esta vez, seguro, que hubiera tenido más éxito. Se lo hubiera merecido.
 
*FOTO: DE LA RED

jueves, 15 de diciembre de 2016

CONFIESO: HE DEBIDO DE PECAR...


¡Nunca me había encontrado en esta posición! En los más de seis años que llevo con este blog, nunca me había ocurrido. Estoy escribiendo un post, y en realidad no sé si lograré publicarlo…


Hoy no se trata de que las musas se encuentran remisas, ni que la actualidad no ha dado con temas que nos dejen sin palabras, como presidentes reelegidos que hablen en exceso en cenas navideñas con simpatizantes…, o con ese fútbol, “opio del pueblo” para muchos, pero en el que la mayoría peca viéndolo aunque sea a escondidas, y que se está intentando modernizar  con videocámaras chivatas, pero cuyas primeras pruebas dejan, al menos, mucho que desear…
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Ocurre que este vecino del mundo está peor que con las manos encadenadas en un teclado confiscado: es víctima, su ordenador, de un virus que le cierra las páginas que él quiere utilizar, y le abre otras, las que el virus de marras tiene a bien cargar… 


¡No! Para los malpensados, decir que tampoco se trata de páginas pornográficas ni nada que se le parezca, sino páginas con instrucciones, por decirlo de alguna manera, para programadores o algo así, lleno de símbolos raros.


El caso es que este  vecino del mundo se encuentra, se imagina, como esa persona que al ver su miembro viril, observa en él, cosas que antes nunca había tenido, y llega a la conclusión de que sus relaciones sexuales no han debido de ser, últimamente, muy seguras y tiene “aquello” como un floripondio a punto de explotar.


Salvando las distancias, llegas a la conclusión, de que algunas de las páginas que has visitado últimamente, correo que te ha llegado, o programas que “tus amigotes” te han dejado, eran terreno minado. Y ahora no te queda otra que poner “ojos de violín”, los más tiernos que puedas, para que el informático de turno, se apiade a la hora de adelantarte ante otros encargos, aunque al final te la clave igual con esa factura que te va a dejar más seco que la mojama. 


Porque topando con el mundo informático, ellos, los informáticos, nunca han dependido de las leyes naturales. Se rigen por otras reglas, las suyas, por otro tiempo, el suyo, y no les puedes nunca preguntar: ¿Cuánto vas a tardar?  Porque como mínimo ofensivo te dirán eso de “Lo estrictamente necesario”. Y "eso" puede navegar entre “el ahora mismo” y el “pasaron varias glaciaciones”.


En este mismo momento me imagino dejando este mensaje dentro de una botella, y depositándola en el océano de internet, esperando a que recibáis mis noticias, y confesándoos que os quiero mucho y que siempre os he respetado, y lo seguiré haciendo. Con la esperanza, también, de que lo más pronto posible, que puede variar entre "el mañana mismo" y el "nunca más se supo", sigamos mutuamente sabiendo el uno del otro, o de la otra.


Todo queda en manos de la informática, y especialmente, de la suerte.

¡Os quiero!

*FOTO: DE LA RED

martes, 13 de diciembre de 2016

¿SERIE, O CIRCO?



La vida moderna, digital, o como quieran ustedes denominarla, sus usos y costumbres, están haciendo aflorar a unos colectivos que parecen creerse estrellas ellos mismos: los políticos, los periodistas deportivos (los futbolistas, unos cuantos, hace tiempo que lo son) y los guionistas de series de televisión. Otra cosa es que estos últimos, en la mayoría de los casos, ni son muy conocidos, excepto a ojos de verdaderos frikis televisivos, ni ganen lo que debieran merecerse.


He comenzado así tan fuerte y determinado hoy, porque hay cosas que me cabrean, y en este caso solo voy a hablar en este post, con relación a las series de televisión...


Todo viene a raíz de dos noticias motivadas por la finalización de las dos series españolas que están ahora triunfando: Velvet, y Mar de Plástico.


La primera de ellas, haciendo un doble tirabuzón, en el último capítulo va a ofrecer escenas en directo, y la segunda, que ya ha rodado varios finales, y ofrece dos, para elegir en votación.


Cada vez que una serie triunfa, es como si los que la manejan, y con esto me refiero, no a los guionistas, sino a los “peces gordos” de las cadenas en cuestión, pareciera que tienen caviar en sus manos, y en seguida quieren subir sus precios. Estoy hablando de una manera metafórica, porque de la otra, de la real, seguro que ocurre también y subirán los precios de los anuncios. 


Pero con respecto al espectador, que es donde este vecino se encuentra ubicado, le suben el esfuerzo de verla. Más capítulos, más publicidad (más espera ante la pantalla). Mucha incertidumbre, porque ahora cada vez que empiezas a ver una serie, no sabes si va a ser una temporada corta, que quizás ni termine, porque aunque a ti te pueda gustar, si no triunfa claramente, como mínimo le cambiaran el horario y te perderás en las profundidades de la madrugada…


Y si triunfa, tampoco es bueno, porque puede que terminen de verla tus nietos, con lo cual en el testamento te tendrás que tomar las molestias de darles indicaciones de cómo va el esquema de las tramas y personajes. Eso, sin contar con que los guionistas, a tenor del supuesto triunfo de la serie que han parido, quieran lucirse más de lo necesario, y en plan selfie quieran sacar la patita de la autocomplacencia con un doble tirabuzón de argumento que solo se pueda asumir con una mezcla de varias drogas de diseño en nuestro cuerpo.


Hay series, como “Hospital Central”, que murieron longevas, pero que el éxito no les sentó bien, ya que a los protagonistas les pasaba de todo, incluso la amputación de un brazo al cirujano protagonista, y tras bastantes capítulos de sufrimiento (toda la temporada), su reimplante, y optimización de las habilidades del brazo en cuestión, el espectador era recompensado con que ese médico, sufridor donde los haya, podía volver a operar. Matrimonios bien avenidos que luego casi montan “La guerra de Los Rose”. Maneras de ser de unos personajes bien trazados, que con el tiempo parecían sufrir esquizofrenia y cambiar su carácter totalmente, quizás porque había cambiado el equipo de guionistas, o simplemente para que sirviera de coartada a un divorcio inesperado, porque alguno de los actores quería dejar la serie...


Los espectadores de vemos de sufrir o alegrarnos por las tramas, no por nada más, incluido el que haya un puente y se paren las emisiones, eso sino dejan a medias la serie hasta la siguiente temporada... Y ahora, parece que quieren hacer como en los partidos políticos, la responsabilidad a las bases. Y cada vez que hay un problema, el final de la serie en este caso, que decida el público. Eso no debería de ser así.


Se tiene que exigir una sensación de seguridad. De que esas vidas que son representadas por actores, tienen un destino definido desde el principio. Y no ir al albur de éxitos o gustos comerciales. Y si vas a dar varios finales, como ya ocurrió con “El príncipe”, en opinión muy personal de este vecino del mundo, ya se desvirtúa todo, porque se ven los engranajes y los trucos de la serie, que se supone que debe de ser la vida misma, y no convertirla, como en el caso de estas dos grandes series que nos ocupan, en un circo mediático.


Eso, sin contar con esa especie de norma no escrita, que parece existir ahora, en la que los guionistas o personas que deciden el desenlace de una serie, pareciera que no quieren que termine felizmente esa historia, quizás con la excusa de que la vida misma termina siempre en tragedia. 


Los finales tienen que ser clásicos, a opinión de este vecino del mundo, los buenos triunfan y los malos sufren. Los que hemos visto toda una serie nos lo merecemos. Lo otro es la vida, que siempre acaba mal, y para eso, no vemos la tele sino que nos asomamos por la ventana, e incluso quizás nos tiremos, protagonizando así nuestro propio "spin-off", aunque sea cortísimo...


En mi pueblo, en todos los pueblos, existe mucha sabiduría de taberna, y siempre se ha dicho que “lo que es, es” y no lo que unos cuantos de éste u otro lado de la pantalla, quieren que sea.

*FOTO: DE LA RED






lunes, 12 de diciembre de 2016

PASARELA DONOSTIARRA, O UNA FOTO BUSCANDO EXPLICACIÓN...


Lo bueno que tiene vivir en una ciudad como San SebastiánDonosti para sus habitantes y enamorados, es ese poder intrínseco que tienen sus moradores y visitantes, de poder caminar entre fotografías de historia, salitre y cemento. De poder mezclarse con su horizonte.


Días con sus correspondientes noches en las que todos los gatos son pardos, pero como estamos en la ciudad que estamos, por supuesto que los gatos necesitan ser, tienen que ser, también de pedigrí. Calles, paisajes, en los que caminando, observando, quizás puedas encontrar la cara oculta de la foto perfecta. Ese ángulo que no habías contemplado, y que te sugiere durante unos segundos otra cosa. Puede ser el comienzo de algo efímero, como el abrir de una puerta a algo desconocido, una ciudad olvidada, o sin descubrir quizás, dentro de otra.


Sin embargo, hoy, revisando unas instantáneas tomadas de Donosti en Diciembre, una foto ha jugado a ser traviesa, y mientras siempre se ha dicho, al menos desde que se inventó la fotografía, de que una imagen vale más que mil palabras, una imagen determinada, la que mostramos al principio, ha jugado a necesitar palabras para explicar los mundos que puede abrir.


Ese viaje, quizás a los infiernos, que sugieren esas escaleras que se ocultan, no se pierden, en esa mar que parece ahora en calma. Esa cara B que se puede encontrar tras una cara A a enmarcar. El yin y el yang pero disfrazados de vida diaria. Lo que las luces de la pista central, del paisaje central, no pueden alumbrar. 



Y para remarcar que todo transcurre en una ciudad de foto, de ser observada siempre, ese final de barandilla en primer término, que nos recuerda y enfatiza que nosotros somos los mirones, estamos en una situación pasiva, de observador de escaparate de una pasarela, no de estrellas, sino bajo ellas. Pasarela de frágiles principios pero bien iluminados, y finales sobre arenas movedizas si la marea lo requiere, si el guión de una tragedia lo necesita para ser redondeada, por esos movimientos subterráneos que se disfrazan de calma chicha: la vida misma hecha foto.

*FOTO: F.E. PÉREZ RUIZ-POVEDA

sábado, 10 de diciembre de 2016

LA PELA ES LA PELA..., Y MÁS EN EL FÚTBOL


Suelen decir que cuando las barbas de tu vecino veas cortar pon las tuyas a remojar, por eso viendo que al nuevo estadio del Atlético de Madrid le van a llamar WANDA METROPOLITANO y, quizás, por aquello de cada loco con su tema, este vecino del mundo que es seguidor de la Real Sociedad, esta noche ha soñado que nuestro estadio, ya que la pela es la pela y el euro es el euro, se llama, de un día para otro, ELOSKI ATOCHA,  aunque ya no se encuentre el estadio ni en Atocha ni "Eloski" sea una gran superficie oriental. Pero nuestros lectores siempre han sido unos tipos muy inteligentes y, por supuesto, con mucho sentido del humor.


Quizás, y por el juego de las casualidades, el nombre al nuevo estadio colchonero remarca aún más la importancia del dinero, de los anunciantes, de la publicidad en el fútbol. En una semana que ha tenido como epicentro la noticia de que Cristiano Ronaldo pudiera no estar al día con la Hacienda española, por quizás algunos milloncetes de nada, provenientes de alguna posible representación publicitaria, que se pudieran encontrar en algún posible paraíso fiscal.  A todos los "posibles" ya utilizados, añadir "presuntamente", y en cantidades industriales, donde se quiera, a modo de aliño de esta ensalada que en cualquier momento pudiera explotar jurídicamente. 


Sabido es que a las palabras últimamente también las carga el diablo, y parece ser que es más fácil opinar sobre unos que sobre otros, incluso aunque sean del mismo gremio...


Ya se sabe que el rodillo tanto de Hacienda como el de la Justicia misma es lento, pero debemos de creer que justo también, y lo que deba ser, será, aunque quizás lo vean, si lo ven, nuestros nietos. Pero también está muy claro, presuntamente, que toda la ingeniería que se monta para volver loco al fisco, si la hubiere, ya no es una cosa, diríamos que “familiar”, que ni lo ha montado el padre de la estrella, ni el amigo inteligente. Como si se tratara de un coche, todo aparenta, presuntamente también, que viniera de fábrica. Y que si fuéramos los presentadores de la vida misma, al final nos veríamos forzados a decir eso de “así es la vida, y así se la hemos contado”.


Por cierto, y ya este vecino del mundo, no habla de ningún equipo de fútbol determinado, cuando se escoge a alguien como símbolo o efigie de algo, y se le pone todo el interés, de todo tipo, y se le publicita en el mundo entero, atrayendo desde los primeros planos  al gran primer plano, o incluso a ser observado en un microscopio, siempre se encontrará algo, o que su vida es muy aburrida, o que incluso no sabe hacer su cama. Otra cosa será luego, que haya alguien capaz de tirar de la cadena. Pero, ¡ojo!, quizás en ese momento descubramos que por el sumidero de la justicia, y de la vergüenza, desaparecemos prácticamente todos… Como mínimo, porque en algún momento dado, le hemos apoyado a alguien por algo, aunque sea con nuestro silencio, que ya se sabe que también habla, o al menos es elocuente.


¿Qué es lo que más me ha impactado sobre lo que se va sabiendo en el llamado “Football Leaks”?

Que hay, al parecer, entrenadores de fútbol, algunos con imagen de auténticos caballeros, que puedan ganar, todo presuntamente, unos sesenta mil / setenta  mil euros, por estar charlando con una familia, o un grupo de amigos que se han puesto de acuerdo, o lo que sea, que les quieran conocer, durante unos diez minutos… Espero que se me entienda, no es ni por la cantidad de tiempo ni de dinero, es por el hecho en sí.


En esta vida se paga por todo, ese ya no es el punto y es mucho asumir. El punto, al menos desde la opinión de este vecino del mundo, está en eso que se suele definir dentro de la filosofía popular como “el que más tiene, más quiere”. Porque "practicar relaciones públicas” por dinero, estaría a la misma altura de otro tipo de prácticas por las que la mayoría nos rasgaríamos las vestiduras.


Lo dicho, cuidado con el que tire de la cadena, que puede dejar nuestro “campo de vida” como un erial. 

*FOTO: DE LA RED
*IDEA/MONTAJE: F.E. PEREZ RUIZ-POVEDA

jueves, 8 de diciembre de 2016

NO ME "VELVET" CON ESAS...



Hace tiempo que lo que voy a exponer hoy ya me venía a la mente, pero voy a aprovechar la decepción que muchos se llevaron ayer intentado ver el penúltimo capítulo de Velvet, y encontrárse con una repetición de imágenes que sonaba al timo del Tocomocho.


¿Por qué cada vez que hay un puente, muy frecuente en este país, las televisiones aprovechan para cambiar sus parrillas y meter todo tipo de material de archivo y variar su programación?


Una cosa es que en los programas matinales, esos que hablan desde la actualidad más estricta segundo a segundo, hasta del dolor amoroso de cualquier famosete, varíen a sus presentadores o colaboradores porque también tienen derecho a tomarse días de fiesta, sacando a sus segundos espadas, y otra, y no me refiero en el día festivo sino al día laboral en el puente,  que se quite el programa directamente o se dé un recocido, o un corta y pega, como ocurrió ayer con Velvet.


Pareciera que en una época en que quien más, quien menos, practica la auto-programación vía internet, y lo que no ve en el momento lo ve cuando le da la gana, tengamos que ser castigados además de estar atados a la continuidad más esclava y no poder disfrutar con algún corto viaje esos días, con que se nos varíe, a modo de dieta forzada, la programación habitual.


Lo de ayer ocurrido con Velvet, es el regodeo más absoluto con anuncios del siguiente capítulo durante la semana, y que en ningún momento se aclaraba, al menos a este vecino del mundo no le consta, lo que iba a ocurrir ayer. Por no traer a colación también, ese periodo vacacional veraniego, en el que, como ya dicho, además de no poder ir tú de vacaciones, desde los canales amigos te castigan con una programación de segunda o tercera división, con la escusa de que no todos están viendo la tele. Y leyendo entre líneas, se puede colegir eso de “y a los que están en este momento ligados a sus quehaceres diarios, que les den”.


A este vecino todo eso le huele, siempre le ha olido, al ahorro del chocolate del loro,  y a que hay ciudadanos televidentes de primera y segunda división; a los que les protegen la programación cuando se van de fiesta, y a los que “les ondulen con la permanen” como se decía en el célebre chotis “Pichi”, y que además de tener que quedarse en su trabajo, el que tenga, y continuar con su rutina habitual, les apalean congelando la programación. Si no es injusticia, al menos lo parece.

*FOTO: DE LA RED


miércoles, 7 de diciembre de 2016

LA VIDA A LO FORREST GUMP


Siempre se ha hablado de la crisis personal de los treinta o de los cuarenta, y en cuanto a parejas, la crisis de los siete años.


Este vecino del mundo, y tras pensarlo mucho, ha llegado a la conclusión de que va por libre. Quizás sea eso de las estadísticas, que si uno se ha comido cinco pasteles, y cogen un campo de cinco personas, llegarán a la conclusión de que todos se han llevado a la boca un pastel...


Alguien ha debido de vivir y disfrutar a tope en su lugar, porque este vecino ya ha llegado a los sesenta, en realidad hace ya unos meses, y como hubiera dicho su madre, que siempre ha tenido un léxico peculiar para resumir todo, “sin vender una escoba”.


En fin, he sido padre, he ligado, bueno, seamos sinceros, me han ligado, las veces que han querido ellas, que seamos justos, no han sido muchas, y como decía un actor español, muy famoso en los cincuenta/sesenta, sobre la industria del cine: el resto me lo he pasado esperando.


Eso sí, siempre he tenido algo a favor: el sentido del humor y la practicidad, porque pasara lo que pasara: siempre podía haber sido peor.


Quizás haya sido, no sé si una virtud o un defecto: pero no he mirado para atrás. Como si la vida fuera un camino estrecho que no permite darte la vuelta,  un buen día, este mismo año como ya he dicho, al recordar el pasado, me he dado cuenta de la de curvas que ha tenido el camino. Y que tú quizás como eres el que vive “tu aventura” en primera persona, tan poco seas el más indicado para juzgarte. Porque tú te sientes como te sientes, pero quizás viéndolo desde fuera te dieras cuenta de que arrastras, por ejemplo, una depresión de caballo. Y quizá, porque te has ido haciendo pequeño poco a poco, has pensado que era el suelo quien había subido…



Bien pensado, la vida es, con reminiscencias a lo Forrest Gump, como esas luces navideñas, que el ayuntamiento donostiarra en mi caso, ha tenido a bien colgar para estas (no diremos "felices" porque eso irá, es una manera de decirlo, por barrios) fiestas, pero que en realidad no deja de ser un oasis, o un simple señuelo, ante la oscuridad permanente de la vida. 

*FOTO: F.E. Pérez Ruiz-Poveda