miércoles, 26 de febrero de 2014

EL MUNDO POR MONTERA

Mientras Rajoy hablaba ayer de los mundos de Yupi en su peculiar visión sobre el estado de su nación, este vecino, como  muchos de vosotros, siente la vida como uno de los personajes de Ken Loach, que prácticamente ve la vida, si la ve, en historias en blanco y negro, pero pasado por el tamiz del sentimiento ardiente de Alejandro Sanz.
Y es que mientras los brotes verdes ya han dado sus primeros frutos, según palabras del todavía Presidente del Gobierno, a este vecino, como a otros muchos, por aquello de mal de muchos…, las cuentas no es que no le casen, sino que le divorcian de lo que era su realidad. Hemos tenido que ir dejando tantas costumbres por el camino, por no poder sufragarlas, que de hace unos pocos años a aquí, ya pareces otra persona, porque tu vida no tiene nada que ver con la de antaño.
Vista la vida así, con esa pátina de pesimismo, a este vecino le da ganas de convertirse en actor, más que nada para poder vivir otras vidas, ya que la suya es incapaz de mantener.
Si por lo menos este vecino del mundo fuera famoso podría ir vestido por la calle con un chándal lleno de publicidad con las marcas que confían en él, al estilo de un Fernando Alonso cualquiera. Ahora sin embargo la única publicidad que pudiera apostar por el vecino es la de cualquier O.N.G., pero a ellos no les vas a cobrar, porque a ti todavía te queda vergüenza torera. Por cierto, y aunque no venga al tema, a este vecino le viene una pregunta a la mente. En una autonomía, como la catalana, en la que está prohibida las corridas de toro, por decreto, ¿se podrá seguir diciendo eso de “vergüenza torera” o será políticamente incorrecto? Y otras frases como “ver los toros desde la barrera” o “ponerse el mundo por montera”.
Y es que una cosa es lo que nosotros nos empeñemos en ver, como Rajoy, y otra cosa es lo que realmente “es”,  del “ser” filosóficamente hablando. O como muchas personas, que aunque no le gusten las corridas de toro, cada día se pone su traje de faena en el coso de la vida, y da capotes al sol y a la sombra para que el toro del día a día, no se lo lleve por delante.

*FOTO: DE LA RED

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