miércoles, 29 de enero de 2014

EL "VER PARA CREER" COMO PASAPORTE

El temporal que estamos sufriendo estos días, nos han traído escenas como la de ayer acaecida en el puerto de Ondárroa (Vizcaya), y en la que un hombre de 43 años, de origen senegalés, muere, al ser engullido por una gran ola, mientras se encontraba, al parecer, intentando sacar una foto, en el exterior del muelle.
Seguramente será la imagen del día, y habrá sido dada por todos los informativos de televisión porque alguien captó ese momento en vídeo. Sin embargo, este vecino no entrará en el computo de los millones de personas que sin duda al final habrán sido testigos en todo el mundo.
Desde hace mucho tiempo este vecino se ha negado, siempre que le han dado la opción de antemano, de ver imágenes en las que muere una persona, simplemente porque considera que ese acto, el de la muerte, es un acto íntimo y personal.
Ha habido épocas en que formaba parte de la cultura, o del culto a la muerte, sacar fotos del difunto para tenerlas de recuerdo. Quien viera la película de “Los otros”, de Amenabar, recordará que hay un momento, este vecino cree recordar que mientras aparecen los créditos del comienzo mismo de la cinta, en el que se ven fotos reales, y otras trucadas en las que aparece incluso el mismo director, de difuntos en actitudes como si estuvieran posando para el “camarógrafo” de la época.
Quizás este vecino sufriera un exceso de documentales de la segunda guerra mundial, genocidio incluido, durante su niñez, en la única televisión que existía, viendo todo tipo de “salvajadas” del hombre contra el hombre. Ésto incluso le ha llevado, muchos pensarán en una especie de “exceso de celo”, a evitar ver películas como “La lista de Schindler”.
Este vecino siempre se ha considerado un gran amante del cine, sin embargo en este caso ha primado siempre la opción, digamos que, “personal” y se ha negado a verla, aún a sabiendas de que la película pueda ser considerada como una obra maestra, y  sea un canto en contra del nazismo y de todo tipo de ideas extremas. Porque en este caso a este vecino no le vale esa máxima de “ver para creer”. Las guerras siempre son una equivocación en la que no gana nadie, sino que pierden todos. Y no hay que olvidarlas sino aprender de ellas, sin embargo eso no incluye “recrearse” en las imágenes.
El 21 de julio de 1969, sobre las 2 / 3 de la mañana, hora española, todo el mundo pudo ver por televisión, como un hombre, Armstrong, ponía por primera vez el pie en la luna. Y sin embargo, mucha gente tiene la teoría de que todo aquello fue una manipulación, con imágenes rodadas en un estudio de cine, incluso los más, digamos que, “enterados” dan el nombre de Stanley Kubrick, como colaborador necesario en esa “conspiración”.
No vemos lo que aparece en la pantalla, sino lo que queremos ver. Por eso este vecino se ha negado a ver las imágenes del suceso de Ondárroa. Simplemente porque es libre de elegir, y el “ver para creer” no justifica todo.

*FOTO: DE LA RED

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