domingo, 9 de junio de 2013

UN PROGRAMA FRIQUI-CRUEL

Viendo lo que llueve en este momento en un pueblecito de Vizcaya, donde me encuentro ahora mismo, te entra la duda de si abrir la puerta para huir directamente, o de cerrarla bien cerrada para evitar que la lluvia nos hunda el chiringuito en un remake del Arca de Noé, en el que se podría meter una pareja de cada especie, con excepción de los políticos para que no se reproduzcan, y no reproduzcan a su vez los errores que nos han llevado a estar preguntándonos todo esto.
Eramos pocos en este simulacro de apocalípsis acuífero, cuando la abuela además ha parido en forma de encuesta en la que el PP volvería a ganar, aunque esta vez por la mínima, en unas elecciones europeas.
Desde las pocas armas que posee este vecino del mundo, puede comprobar los gustos de los lectores de los diarios digitales. Me explicaré primero.
Con el ánimo de divulgar este blog, y dado que el océano de internet es amplio y variado, intervengo en varios periódicos digitales comentando entre los espacios que nos dejan a los lectores en cada noticia. 
Hablo de noticias de muy diverso signo en las que al final dejo la dirección de mi blog, y luego puedo rastrear el modo en el que los lectores se definen con respecto a ellas, y las más leídas y comentadas son por mucho las referidas al concurso de Gran Hermano, un programa que muy pocos confiesan ver, incluso apenas ponen el “me gusta” en la opinión, pero que, a la postre, leen muchísimos lectores.
Mezclando el interés sobre la política en tiempos de crisis, y el interés real de los lectores comentados, se podría organizar un Gran Hermano político, en el que entraran en la famosa casa de Guadalix dos representantes de cada partido político, y en el que los dos integrantes de cada partido sean de posturas opuestas dentro de cada tendencia política.
No sé si lograríamos algo clarificador o patético, o patéticamente clarificador, por lo menos se ahorraría algo en los gastos del Congreso, ya que por de pronto, serían menos a beber, en el bar de ese recinto, bebidas gaseosas, que son las que siguen subvencionadas, a la par que la vida dentro de la casa sería, se supone más austera, y pagada por los anunciantes. 
En el peor de los casos se podría dar también una huida masiva de las empresas publicitadas, por miedo a perder clientes al sentirse, éstos, decepcionados de que esas marcas “patrocinen” la vida de gente, de políticos, que piensan de esa manera tan rara e incluso lindando en lo “friqui-cruel”, con respecto a sus declaraciones sobre los que les votan, osea, sobre nosotros mismos.

*FOTO: DE LA RED

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