miércoles, 3 de abril de 2013

LA TEORÍA DE LA ABUELA


Este vecino del mundo tenía una abuela, ¡bueno!, en realidad tuve dos como todo hijo de vecino, pero solo conocí a una de ellas, La Francisca. Tenía remedio para todo y para todos. Cada vez que me veía triste me preguntaba: -¿Qué pasa, mi sol, que no has hecho de vientre?
No importaba lo que le dijeras que tenías que pasar por el engorroso trance de la lavativa. Gracias a Dios que todavía era muy pequeño, y cuando eso ocurría no “pensaba” en su familia que también era la mía.
No sé si será por miedo a pasar por más procesos de esos, pero siempre he gozado de un humor a prueba de bomba. En cambio, miro a mi alrededor y en general, la gente podría entrar a formar parte de los cítricos, totalmente amargos y amargados. Normalmente, y en un homenaje a mi abuela, se aprecian gestos de que el personal se encuentra estreñido.
Te montas en el ascensor por la mañana, y si dices “buenosdías” te arriesgas a que te contesten “¿puesandaquetú?. Además hay gente que de la mala leche a hecho su profesión. ¿Qué sería de una reinadelpueblo repartiendo sonrisas a diestro, con perdón, que no quería recordar su pasado, y a siniestro? La verdad es que personas como ella, en invierno por ejemplo, hacen un bien social porque ahorran mucho combustible, ya que calienta al personal en dos minutos.
En la política por ejemplo, seguro que a nivel del gobierno, el gasto en papel higiénico tiene que ser mínimo, porque cada vez que veo, por mencionar a la primera que se me ocurre, a Lacospedal, irremisiblemente me acuerdo, y en este orden, de La Francisca y de la Central Lechera Asturiana, porque cuánta mala leche hay circulando por nuestro hábitat. Y el problema es también a nivel internacional, porque las imágenes de la Merkel, estos días de vacaciones con su marido no inducían a pensar que previamente habían tenido un buen revolcón ni mucho menos. Daba más a pensar que la alemana le había dicho a su marido eso de “tenemosquehablar” y que en la mitad de su discurso, pues no podía haber sido de otra manera, habían sido interrumpidos por la inoportuna llamada de una amiga de su “costillo”, y que había terminado por cargar más el ambiente.
En momentos así por ejemplo, la actitud del Señor Miguel Ángel Rebilla, cántabro de pro, y con una sonrisa, aunque a veces amarga, últimamente desde el púlpito televisivo intenta exorcizar la mala leche que nos inunda, contando anécdotas que le han ocurrido, que nos han ocurrido, y de la manera que las relata, siempre acabamos con una sonrisa de contagio. Es que la vida es un drama que hay que reírlo, y así nos gastaremos mucho menos en médicos, y ayudaremos a que el gobierno descarte privatizar la sanidad, porque al no necesitar ir al galeno de turno, los populares no verán negocio en ello, ni su futuro una vez dejada la política.

*FOTO: DE LA RED

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