lunes, 15 de abril de 2013

EL SÍNDROME DEL PREGONERO


A este vecino del mundo siempre le han gustado los chistes cortos, y hay uno, que aunque es muy viejo, le sigue haciendo gracia. Lo que ocurre es que para contarlo por escrito, es un poco complicado porque hay que darle la entonación que le daría un pregonero de pueblo, de esos que ya no creo que queden muchos. Sustituiré la cancioncilla por alguna que otra vocal demás, a modo de entonación. Es el siguiente, aunque me imagino que más de uno lo conocerá: -Mamá, ¿por qué papá mató al pregoneeeerooooooo?
Y es que cada día que pasa, este vecino viendo la actitud del todavía gobierno de España se acuerda del mismo chiste, aunque la situación en concreto no tenga ni pajolera gracia.
Este gobierno sufre del síndrome del pregonero, que creo que no existe, pero desde hoy, y todavía con la entonación del pregonero, queeeeda inauguraaaaadoo.
Cada vez que alguien habla alto contando las verdades del barquero, el gobierno ya está consultando las leyes por si puede empapelarlo por algo, y además con multa, por aquello de que hay que sacar dinero de cualquier sitio.
Entre lo que les dice la Merquel, y lo acatan con un “sí, bwana”, sin pestañear, con lo que se demuestra que aquel dicho antiguo de que “Africa empieza en los Pirineos” después de todo era verdad, y el tiempo que se pasan investigando para empapelar a la plebe, no tienen tiempo para pergeñar un campo de actuación anti-crisis, suponiendo que no sea la última, y se pueda salir de ella.
Ahora resulta que todo aquel que protesta con la plataforma antideshaucios es filoetarra. Como diría un amigo del pueblo: -Es como para mear y no echar ni gota.- Y ésto lo añado yo, a lo mejor aprovechan la citada orina, y la analizan para empapelarte por consumo de algo, aunque sea de mala leche que es lo que más ocurre últimamente.
Dicen que el paro está bajando. Claro, cada vez quedan menos por perder su trabajo.
Tiene pinta de que va a ocurrir lo mismo con las protestas, cuando empapelen por lo que sea a todo el que se mueva en la foto, dirán que el país está como una balsa de aceite.
Y es que, ya se sabe, “muerto el perro se acabó la rabia”, y por ahora rabia hay mucha, y cada vez, tristemente, habrá más.

*FOTO: DE LA RED

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