sábado, 16 de marzo de 2013

MANUAL PARA UN HOMBRE BUENO


En el mundo de la ciencia ficción, el modo en el que te puedes trasladar de un tiempo a otro, de un mundo a otro, es muy variado. Sin embargo, en la vida diaria existen los recuerdos, y esos no perdonan.
No importa ni dónde estés, ni lo que hagas, pero quizás una frase que te recuerde a alguien, te arrastra a un mundo ya vivido, pero ahora repleto de sugerencias poéticas, porque antes fue realidad y ahora es el recuerdo mantenido por los sentimientos.
Normalmente en la vida de un niño, versión finales de los cincuenta, la relación mantenida con su padre y con su madre, es la que luego vería reflejada en el cine de los setenta, y definida como “poli bueno y poli malo”, donde el malo, y que se le entienda bien a este vecino, era el padre, porque es el que te obligaba a hacer todo lo que no querías, como ir al cole, o más bien, tu madre amenazaba con contarselo.
Muchos años después, nos daríamos cuenta de que en realidad la que cortaba el bacalao en casa, era la madre, pero hacía creer lo contrario a todos.
Mi padre a su manera, era un hombre bueno, que funcionaba con frases hechas que las hacía suyas.
Una de sus frases preferidas era “ir al cine de las sábanas blancas”. Este vecino nunca se iba a la cama, se iba a ese cine imaginario todas las noches. Mi padre ya de mayor se preguntaba cómo a su hijo le podía gustar tanto ir al cine...
Otra de sus frases, y la de mucha gente de la época, era la de “tienes más cuento que Calleja”. En mi mundo, la gente no ponía excusas, tenía mucho cuento. Lo bueno fue, cuando este vecino ya se estaba haciendo mayorcito, y le preguntó quién era Calleja, y sin parpadear me dijo que Calleja tenía una editorial en la que imprimió muchos cuentos para niños. En el momento me lo creí a pies juntillas, porque para los niños un padre es una especie de notario de su realidad. Aquello que dice va a misa y sin hacer falta póliza.
Con el tiempo pude comprobar que su realidad era la de todos, porque era verdad.
Sin embargo, una de las perlas del vocabulario de mi padre, era “yasban”, escrito como salía de su boca. En las verbenas, a los grupos de la época, integrados normalmente por acordeón, saxofón, batería y un clarinete (algunas veces había guitarra, otras no), mi padre los llamaba yasban. Y con el tiempo llamaba así a todos los grupos de los sesenta, setenta...
Un buen día y ya no recuerdo cómo, me di cuenta, que en realidad lo que mi padre estaba pronunciando desde su manual, tanto de vocabulario como de buenas costumbres, eran las palabras inglesas “jazz band”. ¡Vamos! Como en el chiste, sin saberlo hablaba inglés, pasado por el tamiz del euskera que era su primera lengua. 
Ese día, con el descubrimiento, sentí mucho más de lo que debió de sentir Colón al descubrir América, porque él nunca se dio cuenta de su descubrimiento, y sin embargo para mí, emergió la figura de un hombre principalmente bueno. Y en este caso, "principalmente" viene de príncipe.

*FOTO: DE LA RED

4 comentarios:

  1. Amama Maite (Enviado por facebook)
    Precioso lo que has escrito, Patxipe. Es entrañable lo bien que expresas los recuerdos de tu padre. Lo del yasban es mundial... Por cierto, ¿de donde has sacado esa foto tan real? A mi me parece una plaza que hay en irún, donde hay una casa de cultura y en la que estuve solo una vez, hace unas semanas, viendo el concierto de los Golden Appel Quartet.
    Hace aproximadamente una hora · Me gusta

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  2. Amama Maite (contestado también por Facebook): Es una foto cualquiera cogida de internet. Ignoro el lugar.

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  3. DE: CARMEN ARTIEDA
    Acabo de leer tu blog, hoy un poco antes que los días de labor creo, y una lagrima se me ha escapado, rodando gorda por mi cara.
    No se si se debe a que somos de edades parecidas, (yo mayor) o que los dos somos de la misma tierra pero tenemos vivencias iguales.
    Todas las frases de tu padre las decían mis padres tambien. Pero ha sido la palabra "yasban" que mi madre decía "jazban" la que me ha hecho llorar.
    Yo tambien era muy mayor, hace pocos años, cuando me dí cuenta de que mi madre se refería a la banda de música (jazz band) que tocaba en la plaza de su pueblo y a ella le fascinaba porque fue una gran bailarina.
    Ahora mis hijas me toman el pelo y me dicen en las reuniones familiares: Amá ponemos la jazban y bailamos como la amona?
    Gracias por tus recuerdos que son los míos aunque no los hayamos vivido juntos.
    Un abrazo.

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  4. PARA: CARMEN ARTIEDA
    Ya se sabe que siendo de la misma "ola", como se decía antes también, nos mojamos en los mismos asuntos.
    La verdad es que aunque en momentos lo pasáramos mal, luego al recordar, las imágenes que quedan siempre son bonitas, repletas de sentimientos.
    Resumiendo, que nos quiten lo "bailao".

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