miércoles, 6 de marzo de 2013

EL CUERPO COMO HARDWARE

Hay ideas que te alcanzan, basadas en algo que estás haciendo en un momento dado, y que incluso de primeras te preguntas: -Y, bueno, ...¿eso, a qué viene?- Pero la idea ha llegado para quedarse y no te puedes deshacer de ella.
Este vecino estaba ayer dando un poco de chapa y pintura al software del ordenador mediante un antivirus, cuando pensó que en realidad nosotros somos un ordenador con patas, y que la vida, en forma de continuas situaciones, nos va dejando cantidad de datos que hay que ir manejando y archivando en su carpeta correspondiente.
Al final del día, sin embargo, nos encontramos con muchos datos que son nocivos para el resto de nuestro software, y a la larga de nuestro hardware, que sería nuestro cuerpo serrano, o más bien, lo dejaremos simplemente en cuerpo, pues hay muchos que espantan la lujuria.
Toda persona, aunque no sea consciente de ello, tiene sus válvulas de  escape para que su cuerpo no se convierta en una especie de olla a presión, y pueda dejar, cualquier día de estos, su casa perdida con restos de malas digestiones.
La pequeña clasificación que viene a continuación está hecha a vuelapluma y sin ninguna pretensión de tesis doctoral. 
Una de esas primeras válvulas de escape, que el todavía joven se inventa es "el diario", y que es una especie de amigo de papel, al que le puedes ir contando todo lo que te va ocurriendo durante el día, incluso tus pensamientos más íntimos, y que años después te sirve de recordatorio de lo que un día fuiste, y normalmente no das crédito a las nimiedades que entonces preocupaban a la persona que escribió aquello, y que para bien o para mal, ya no eres tú.
A los amigos y a la pareja en realidad se les podría censar en el mismo lugar pues normalmente se les elige como escape por la confianza que se tiene en ellos, y que con el tiempo ambos pueden actuar como eco de historias contadas pero no olvidadas, y es que la información es poder.
En el siguiente escalón entramos en la modalidad de pago, y no vamos a hablar de las profesionales del amor, sino de algo parecido, pues también te tumbas, pero en la soledad de la consulta del psicólogo, que es una especie de “voyeur” pero de los sentimientos. Esta profesión es todo un arte, porque les pagas por preguntar, y normalmente nunca vienen las respuestas, pues se supone que las mismas las tienes que encontrar por ti mismo. Es como si estuviéramos perdidos en una gran ciudad y los transeúntes te van ayudando a que te acerques a tu meta, pero la calle la tienes que descubrir por ti mismo.
Este vecino ha dejado como último método, el más reciente, que es el de “blogger”. En realidad se nos podría considerar como un número circense, ya que utilizamos la palabra para hacer números acrobáticos, y entre sorpresa y sorpresa, vamos soltando todo aquello que nos preocupa. Y, además, como todo número complicado utilizamos la red para asegurarnos de que estamos conectados a nuestro fin último que sois vosotros.
Ya para terminar, como en los antivirus del ordenador, hay algunos en los que hay que pagar, y otros que los puedes conseguir gratis, pero en ambas modalidades al final el que tiene que saber manejar la información eres tú y no dejar que ella te maneje a ti.

*FOTO: DE LA RED

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