sábado, 2 de marzo de 2013

EMÉRITO I

Ayer por la tarde fui a hacer las compras al supermercado. Las tres es una hora muy tranquila, y prácticamente estamos en familia las mismas personas. Me encontraba en la zona de productos cárnicos, y al lado mío había dos mujeres bastante talluditas. una le estaba diciendo a la otra: - ¿Ya te has enterado, Amelia, que el papa ahora es emérito? -. Y Amelia  con la cara de sorpresa, la misma que pondrías al recibir una descarga eléctrica, le respondió: - ¿Han cambiado de Papa, y ese Emérito que dices, qué es, el octavo, el noveno? -. Y su amiga con cara de desvelar un secreto, le dice: - No, Amelia, lo que ocurre es que el de ahora ha dimitido, y le dan ese cargo que es una especie como de comandante pero en cura, para diferenciar con el nuevo que va a venir -.
La verdad es que al volver a casa me había dejado la mitad de la compra sin hacer, pero el dialogo entre las dos mujeres realmente había merecido la pena, por lo glorioso, como tiene que ser en todo lo relacionado con la Iglesia. Cualquier encargado de un periódico no hubiera dudado en trascribir la citada conversación pues en sí es todo un editorial.
El pueblo es sabio y desde hace mucho tiempo la Iglesia huele a poder puro y duro, y a una gran escalera de diferentes mandos. No hay que olvidar que la sede de la Iglesia en sí, es un estado con su propia guardia. Dos seres repletos de sana inocencia, intuyen más una cercanía al ejercito, o a los esquemas militares, que a la religión.
Desde el punto de vista de este vecino del mundo, con la renuncia de Benedicto XVI se evitará las duras imágenes que se produjeron en los últimos días de Juan Pablo II, tan querido por el pueblo, y al que tuvieron que ver apagarse en medio de dolorosas escenas, precisamente en un medio que se debería de distinguir sobre todo por la compasión, pero que en realidad es un claro ejemplo de sus mismas contradicciones en un mundo que va mucho más rápido que la Iglesia en cambiar sus ideas.
Siempre se ha dicho que las altas esferas han ido invirtiendo en lo último en tecnología y en todos aquellos negocios que se llevan en ese momento, sin embargo la razón de la creación de la primera Iglesia, parece un tanto olvidada, no por todos aquellos que tienen que lidiar con los problemas del día a día en una iglesia de aldea, ni en una misión perdida en África, sino por aquellos que ya no oyen el grito de sus fieles al cerrar la puerta de su despacho color caoba.
Bien estaría que en el próximo cónclave se optara por una renovación de ideas, pero teniendo en cuenta la edad de la mayoría de los convocados, desgraciadamente se decantarán por más de lo mismo, aunque siempre existen los milagros.

*IMAGEN: DE LA RED

2 comentarios:

  1. No me extraña el diálogo "Emérito, carmalengo, etc..etc.. vaya nombrecito este último, ya lo dijo una de por aqui, !Dicen todo eso tan dificil para que no entendamos nada!

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  2. JOXEPAXIMUR
    Antes lo decían en latín, y ahora intentan ser políticamente correctos, pero prefieren que no te sigas enterando de nada.

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