viernes, 22 de febrero de 2013

LA ENTREPIERNA DEL PROBLEMA


Cuando muchos celebramos el fin de año pasado, más de uno hizo un corte de mangas al calendario maya por confundirse en lo que al fin del mundo se refiere.
La verdad es que no ha habido ningún cataclismo de esos de película en el que los edificios caen, y por las técnicas bien logradas del denominado 3-D, parece que los hierros del edificio se nos insertan en un ojo.
Lo que ocurre es que mientras vigilamos que los edificios no se agrieten, el orden social del que presuntamente hemos disfrutado durante un tiempo ha estallado en mil pedazos imposibles de pegar del que no se ha librado ni el mismísimo heredero del pescador en tierras vaticanas. Visto lo visto y oído todo tipo de rumores, con todas las facciones que se mueven entre sombras de la curia romana, este vecino del mundo se pregunta de dónde sacan tiempo para celebrar los oficios religiosos. Hace mucho tiempo que se debieron de olvidar del concepto que tenía Jesús de convertir su iglesia en un mercado.
En este lado de los Pirineos sin embargo, de lo poco que debe funcionar son las fábricas de sobres que por lo que se rumorea no deben de tener ningún excedente de género hasta dentro de unos años.
Con tantas empresas como están haciendo reajustes de plantillas, está claro que los últimos cambios que se hicieron en la política de empleo solo han servido para bajar salarios, aumentar horas de trabajo, y que en cuanto alguien tenga un catarro se piense bien si coge la baja, no sea que le despidan por haberse movido en la foto laboral. 
Este vecino está convencido, y no se las da de profeta, que todas las empresas, una de tras de otra, van a dar la vuelta a sus plantillas, para renovarlas con gente joven, bien preparada, y ganando la mitad de lo que ganaba la plantilla anterior, y sin que los nuevos empleados tengan la sensación de que su trabajo es para siempre.
Lo último del cachondeo patrio es que la mujer de Bárcenas ha llamado a las fuerzas de orden público para que hagan lo que dice su nombre, y ordenen estarse quieto al personal que no deja con tanto griterío e insulto descansar a la citada familia. Y es que después del presunto envío de tanto sobre, el padre de familia tiene que estar agotado.
El Señor Rajoy lleva un tiempo en el que está intentando no hablar de ciertos temas, entre los que se encuentra el nombre de Bárcenas. Sin embargo, no por no mencionarlos dejan de existir. Además si hiciéramos una encuesta, la mayoría de los españoles seguro que tiene la sensación de que por uno u otro motivo, el señor al que no se debe de nombrar tiene cogido por la entrepierna del problema al Señor Presidente.

*FOTO: DE LA RED

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