domingo, 13 de enero de 2013

PAIS S.A.

Y ahora resulta que aunque desde mi atalaya hace mucho frío y ha llovido y aún puede llover más, parece que la prima de riesgo se ha propuesto sentar este nuevo año la cabeza y portarse mejor, y nuestros vecinos también parece que ya nos ven mejor. El ciudadano de a pie está mucho peor que antes, y es más ciudadano de a pie que nunca, porque con lo que han subido todo, menos los sueldos, cualquiera gasta gasolina, pero aquellos que mandan, que no necesariamente tienen por qué ser políticos, han decidido que el enfermo no se va a morir, y a partir de ahora se va a ir recuperando muy poco a poco.
Por lo que se dice ahora en los medios de comunicación, parece que Alemania y compañía ya están cerrando el grifo de las restricciones, y más de un país ya se ha dado cuenta, más vale tarde que nunca, que quizás los españoles no eran tan malos, o los alemanes tan buenos, que vaya usted a saber.
En realidad esta crisis, que para este ciudadano del mundo estaba preparada y orquestada, ya ha conseguido su fin: el dejar al empresariado en una mejor situación, mientras que las clases medias son menos medias, y se han bajado muchos escalones, prácticamente la escalera entera, de lo que nuestros padres y abuelos habían conseguido a favor del obrero. Eso sin mencionar que ahora España va a ser una especie de gran superficie en la que aparte de que en el trabajo, el que tenga, ya te descuentan para un montón de cosas, esas mismas las vas a tener que pagar por tu cuenta y riesgo.
Está claro que el gobierno español ya no va a pedir la ayuda como la pidieron los griegos, porque entre otras razones íbamos a tener que convivir con los denominados hombres de negro enviados por las autoridades europeas, y no conviene mirar debajo de las alfombras de cada uno de los despachos de cada uno de los gobiernos, tanto a nivel nacional como autonómico. 
Si como dijo Shakespeare “algo huele a podrido en Dinamarca”, aquí no huele a podrido, sino que “estamos podridos”, y no conviene arreglarlo.
Este vecino del mundo está cada día más convencido de que lo único que se ha querido es aprovechar la situación de pánico y de preponderancia del partido popular para dejar todo, como se decía hace cuarenta años, “atado y bien atado”, y montarse el país en plan “grandes almacenes”¨en el que vivirá o sobrevivirá aquel que tenga más dinero.
Siempre se ha dicho que en los malos momentos, en especial cuando la censura estaba en su punto más álgido, se dicen las verdades disfrazadas de humor para poder decirlas, y hace muchos años el genial Forges definió a este país, que todavía no estaba en nada parecido a lo de ahora, como PAÍS, S.A., y es como han querido dejarlo, donde el único aroma que sobresale es el del dinero.

*FOTO: DE LA RED

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