jueves, 29 de noviembre de 2012

EL ABUELO TUNEADO

Estos días no paran de llegarnos noticias sobre el rey, Juan Carlos I, y su fuerte salud de hierro, y en este caso la expresión está fundamentada por la cantidad de “apliques”, en los comics les llamarían “gadgets”, que de un tiempo a esta parte le están colocando. Utilizando un lenguaje juvenil, está siendo tuneado un día sí y el otro también.
Lo que ocurre es que con esta exposición a los medios, otra cosa es si buscada o encontrada, se da una gran contradicción con el ambiente general de lo que está ocurriendo en su reino.
En un país sometido un día sí y el otro también al repiqueteo de la tijera recortadora, no es de recibo ese aparente frenesí en lo último en tecnología reparadora y a la velocidad que se lo están haciendo. Además otra de las sensaciones dadas es que no hay que reparar en gastos.
Ayer salía a la luz un estudio por el que el normal de los mortales hubiera tardado más de ciento cincuenta días en recibir esa atención medica, la cual desde esta atalaya vecinal se pone en cuarentena, porque una cosa es el ser atendido y otra el recibir la atención y los cuidados de nuestro monarca.
Otra de las contradicciones que se pueden captar es que al rededor del rey hay un montón de gente, especialmente médicos, pero para el normal de los mortales al monarca se le ve muy solo.
En una familia normal y corriente, cuando especialmente el cabeza de familia es internado, el resto de sus miembros se va alternando en sus cuidados, y de nada me vale el que me digan que ya todos los hijos tienen sus familias y sus cargos. Precisamente por eso mismo, porque se podrían escaquear de sus deberes laborales mejor que todos nosotros, la sensación que se percibe es la de soledad. Un museo, o una obra de arte, recibe muchísimas visitas, pero al final del día, está solo.
La exposición a los medios, además, este fin de semana, de toda la familia unida, con la inclusión del Señor Urdangarín, puede dar lugar a más de una pregunta, y contradicción con respecto a lo que se nos cuenta que ocurre y a lo que ocurre en realidad.
Por cierto, y retomando la idea de la soledad de un museo, la imagen de la familia real llegando al hospital este fin de semana, recordaba a un grupo de turistas sedientos de obras de arte, en el que al verles, te preguntabas dónde llevarian la cámara de fotos. Otra cosa es la plebe infantil que estaba predispuesta a ver a su héroe, al abuelo tuneado al estilo robocop.

*FOTO: DE LA RED

2 comentarios:

  1. Belen Heredia Garin
    Que fina ironia, a mi es que cuando leo esto y veo y compruebo en mis carnes , lo que estan haciendo con la Sanidad, me sube una mala h....Tenemos lo que nos merecemos????? que podemos hacer contra esto???

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  2. Respuesta a Belen:
    Quizás apretar el trasero y tirar de la cadena...

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