sábado, 10 de noviembre de 2012

CUANDO LA CONCIENCIA ESTÁ EN EL BOLSILLO

El verbo que más se conjuga últimamente es: desahuciar.
Desgraciadamente, y con casos como el de Amaia Egaña, que se quitó la vida en el momento de su desahucio ayer en Barakaldo, el problema se agudiza en su máxima expresión, y es ahora, tras varias víctimas, cuando el gobierno va a tomar cartas en el asunto.
Sin embargo, más rápido y expedito ha sido el alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, que como Bankia presuntamente no llegaba a ningún acuerdo para parar el desahucio de Carmen Omaña, venezolana de 48 años, y tras varios intentos por parte de la alcaldía de servir de intermediario, ayer tomó la determinación de sacar un millón y medio de euros, de fondos del mismo ayuntamiento, de la citada entidad.
Y como está claro que muchos la conciencia la tienen en el bolsillo, inmediatamente Bankia se dio por aludida, y no solo se pusieron en contacto, sino que inmediatamente llegaron a un acuerdo para un alquiler social en este caso y en otros varios que también están ocurriendo en Santa Cruz.
Se lleva un montón de tiempo mareando la perdiz de cambiar las leyes que rigen el mercado hipotecario español, y todas las partes implicadas, solo se amparan en decir, que “es muy complicado”.
Desde esta ventana abierta al mundo, hemos de recordar que también debía de ser muy complicado el cambiar las leyes que regían la contratación y la jubilación, y antes de que nos diera tiempo a decir “madresantalaquenosvieneencima” se cambiaron.
A este vecino, desde pequeño, siempre se le ha dicho que querer es poder, y está claro que los bancos han vivido y todavía viven mejor que Dios, porque tienen todo el poder creador y destructor, y además lo disfrutan aquí en la tierra, porque el cielo, vaya usted a saber si existe, y si es así, es probable que penda sobre ellos alguna hipoteca.
De todas maneras, en un caso tan flagrante como el de esta entidad financiera, hace falta,y por si acaso me voy a cubrir las espaldas, presuntamente no tener escrúpulos, para que después de que hemos tenido que pagar entre todos, el agujero que tenían, ahora sigan tan estrictos en su política de desahucios, porque a lo mejor si hubieran actuado de la misma manera en otras cosas, por lo menos vigilando las cuentas, no hubieran tenido un agujero más grande que el del Titanic.

*FOTO: DE LA RED

2 comentarios:

  1. Cuanta razón tienes Patxipe. Y si como medida de solidaridad hiciésemos una retirada masiva de fondos de esos bancos, pues igual se lo pensaban y llegaban a algún acuerdo antes de llegar al desahucio.

    De todas formas y aquí viene la pregunta inquietante. ¿Cuantos ciudadanos “honrados y solidarios” estarían dispuestos a comprar a bajo precio uno de esos pisos procedentes de desahucio?
    Me temo que demasiados.

    Un saludo.

    JoseRa

    ResponderEliminar
  2. JoseRa
    Contestando a tu pregunta de la compra de pisos, me temo que muchos estarían dispuestos. Y es que muchas veces llego a la triste conclusión de que tenemos los diligentes que nos merecemos, y otras, procuro no pensar en el tema.

    ResponderEliminar