martes, 30 de octubre de 2012

NACER BANCO

En primer lugar quiero decir, que hoy no voy a hablar como vecino del mundo, sino como un parado más, y que puede que lo que diga no sea políticamente correcto, aunque eso no me preocupa mucho porque el vecino del mundo tampoco suele serlo.

Estoy “jarto”, eso, con jota de jodido, de que cada vez que se habla del paro, que desgraciadamente cada vez se habla más, se relacione indefectiblemente el paro, con el primer trabajo, y con la gente joven que no se puede alejar de la tutela paterna.
Eso es una realidad, no vamos a obviarlo, pero también es una realidad que cada vez hay más gente en la calle de los cincuenta para arriba, con hipoteca, hijos, que o estudian o también están en el paro, y de esa franja de edad no habla nadie.
Se acaba de reconocer que en Euzkadi está creciendo estrepitosamente el número de empresas en E.R.E. Cada vez que ocurre ésto, porque este vecino lo ha vivido en primera persona, se desplega una especie de ritual entre la empresa y los sindicatos, y al final es un tira y afloja, como cuando vas al mercado, y quieres comprar algo en el puesto de los que vienen a vender directamente del caserío. Hay un regateo, y si la empresa quiere mandar a sesenta a la calle, al final se manda a treinta. Gran triunfo para los sindicatos que han salvado a treinta familias, pero, ¿y las otras treinta personas y sus respectivas familias?
Conviene decir, además, llegados a este punto, de que normalmente los trabajadores cesados, o a punto de serlo, no son los que llevan menos tiempo en la empresa, sino justamente lo contrario porque les cuestan más.
En mi caso, mandaron a la calla a gente de cincuenta años para arriba.
De un día para otro, se te ha cambiado el diseño que habías hecho para tu vida, y en realidad no se trata de continuar con otro trabajo, sino de empezar de nuevo. Pasas de ser trabajador, a estar en el paro, y por todo lo que dicen los políticos de turno, pasas a ser un parado más y consiguientemente sospechoso “de no hacer nada”.
Es triste, pero gracioso al mismo tiempo, que el agredido, en este caso el despedido, es el sospechoso, y las empresas se van de rositas.
En mi caso, y en el de mis compañeros, nos fuimos cobrando la tercera parte de lo que legalmente teníamos que haber cobrado
Estoy diciendo todo ésto para que los lectores en general, se vayan concienciando de la magnitud del problema.
En mi opinión, nos tenemos que ir olvidando de cobrar la jubilación, al menos el cien por cien, porque los pasos que los diferentes gobiernos están tomando, con respecto a los años trabajados y edad para jubilarse, es para que solo cobremos un porcentaje del paro.
Es una lástima que los parados no hubiéramos nacido bancos, porque en ese caso, y tras salirnos mal los negocios, el gobierno, con nuestro dinero, claro, nos hubiera pagado gentilmente para proseguir con los negocios, y sin ser sospechosos de nada.
¡ Y es que estoy jarto!

*FOTO: DE LA RED

No hay comentarios:

Publicar un comentario