lunes, 24 de septiembre de 2012

EL ANUNCIO DE LA ABUELITA VIOLENTA

Desde hace unos días se cuela por nuestra caja amiga la figura de una abuela, interpretada por Mariví Bilbao, empeñada en que reciclemos el vidrio sí o sí.
A este vecino del mundo desde que vio este anuncio por primera vez le trastorna los ademanes bruscos de que hace gala la citada abuelita, y más teniendo en cuenta que para cuando se da el “visto bueno” a una campaña publicitaria ya ha pasado una especie de criba con expertos en diversas materias.
El por qué se ha revestido el mensaje que se quiere enviar bajo esta apariencia más bien violenta sigue siendo más misterio que los mensajes mayas.
La señora Mariví Bilbao lleva muchos años sobre los escenarios, y es solvente en cuanto a escenas humorísticas se refiere, sin embargo el resultado en esta ocasión es muy pobre. Es decir, no tiene ninguna gracia y es más bien violento, aunque con ésto no quiero decir que la culpa es de la citada actriz vasca, porque ella, claro está, se habrá dedicado a seguir las directrices dadas por el director o por el guionista, quienes a la vista del resultado tienen que tomar las medidas necesarias para cambiar de derrotero.
Por lo que se ve “el target” u objetivo de esta campaña es la juventud, y parece muy corto de miras, el emplear esa vestimenta de simplicidad y rudeza para intentar crear un ambiente fresco, cuando lo único que se consigue es aquello de que la letra con sangre entra.
Una cosa sería el explicar el por qué es conveniente reciclar, para así intentar cambiar el chip, u opinión de la gente, y otra esa vuelta a la escuela en blanco y negro, en la que se hace todo por la fuerza y porque lo digo yo.
Se supone que si lo hacen así, es porque estiman que la fase de explicaciones ya ha terminado, sin embargo teniendo en cuenta que el grupo de gente joven se renueva cada día, explicaciones del por qué, hay que darlas siempre, y más teniendo en cuenta de que en muchas ocasiones el joven sólo lleva la basura a la calle que previamente ha sido separada por el correspondiente adulto, quien a su vez es el que debe recordarle al joven en el último momento el color del container que debe visitar.
Reciclas o collejas suena a ultimátum, y es más del estilo de aparecer en una pancarta sindical diciéndoselo al gobierno con respecto a las ideas de los propios políticos que disparando a todo en forma de recortes e impuestos encima no consiguen ningún resultado positivo.

*FOTO: DE LA RED

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