martes, 26 de junio de 2012

PASANDO POR CAJA


En días como hoy en que estoy solo en casa, lo de sentirse solo es otra cosa, procuro ir al supermercado sobre las tres de la tarde. Ya sé que es una hora rara, pero así me aseguro el que hay muy poca gente.
Eso de las colas no está hecho para mí, y como conozco mis limitaciones, muchos años acompañándome, tomo mis precauciones para evitarlas.
Con el carro medio lleno, me acerco a una caja donde está terminando una señora, y para cuando he colocado toda la carga sobre la cinta deslizante, la cajera ya está preparada para atenderme.
Lo primero que digo siempre, después del perceptivo “buenas tardes”, es que no necesito bolsas. Desde hace un tiempo las bolsas de plástico se cobran. Las quitaron con la excusa de que eran malas para el medio ambiente. Bueno, eso en realidad les vino bien para empezar a cobrarlas. Por eso ahora la primera pregunta en las cajas es si quieres alguna bolsa, porque en caso afirmativo te la cobran.
Dicho todo esto, ya me toca a mí pasar por caja, y digo con muy buena dicción, con la experiencia que da un acto repetido unas tres veces por semana: -Muy buenos días. No necesito bolsas.
Me mira la cajera, de una edad indeterminada pero joven, me mira como si fuera su primer cliente, como si fuera su último cliente, como solo mira una cajera, y me pregunta: ¿Bolsas?
Tras recoger mi compra me he ido con la sensación de ser un eslabón en la cadena. De ser uno más o uno de tantos.
Te levantas por la mañana, pensando en que es el primer día del resto de tu vida, y una mujer en un supermercado te recuerda que estás en este mundo, pero que si no estuvieras a lo mejor tampoco pasaba nada.
Si uno ha llegado hasta los cincuenta, en parte más que por su tenacidad, es por su tozudez, y volverá otro día al mismo sitio, quizás con la misma persona, y entonces se dará cuenta de que aquella incomprensión se debió a lo mejor, a que ella tenía una mala tarde, o simplemente a que era sorda, y yo no lo sabía. Como ella, la cajera, nunca sabrá que ese detalle le valió el que le dedicara estos minutos, que a lo mejor no se los dedica aquel que propició que ella no estuviera centrada porque sigue pensando que en su relación hay algo que no va bien.

*FOTO: DE LA RED

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