lunes, 18 de junio de 2012

¿DEBE JUBILARSE UN ACTOR?

Si cada asunto tratado en esta sección es pensado y meditado antes de darle cuerpo, aunque luego parezca que sale fresco y a la primera, el de hoy lo he sopesado antes de presentarlo aquí, porque no quisiera por nada del mundo hablar algo malo de la persona a la que me refiero, ya que durante muchos años ha demostrado con creces ser un profesional de los pies a la cabeza.
Desde hace unos días, tenemos una nueva campaña de tecnología de vanguardia cuyos anuncios están presentados por Tony Leblanc, y por lo que este vecino del mundo ha leído, a sus noventa años él mismo es el responsable del guión, y director.
En esto del arte en realidad no hay una fecha de caducidad, y muchos artistas al final de sus años han dado muestras de estar en el zenit de su arte. Sin embargo un actor es comparable, en cierto sentido a un torero, pues en cualquier momento le puede pillar el toro de la incomprensión, y lo mismo que el torero se puede arrastrar por las plazas, un actor quizás ya víctima de los años y a pesar del cariño del respetable puede en vez de alegrar, entristecer al menos a alguna parte de esa gente que le ha sido fiel.
Digo ésto, porque varias personas allegadas me han comentado que les entristece ver los anuncios a los que me refiero, ya que es difícil encontrar la frontera entre el buen y el mal gusto, y espero que se me entienda lo que quiero decir.
Este vecino confía en que la empresa que le contrató para los citados anuncios se plantearía en su momento este punto, y siguiera adelante no para que su campaña triunfara por morbo sino por cariño al actor.
La pena de todo ésto es que Tony Leblanc se viera relegado al más vil ostracismo durante más de treinta años, víctima sobretodo del estado en que quedó después de que un coche le atropellara.
En otro orden de cosas, este vecino siempre recordará la primera vez que se vió grabado, entonces era en lo que se llamaba un super8, y comprendió que no es lo mismo lo que tu sientes de tí que lo que ven los demás. Esperemos que no le ocurra ésto al bueno de Tony, porque entre otras cosas tiempo habrá tenido de ver las pruebas del anuncio para elegir la mejor escena, y de paso verse; aunque algunas veces uno no es siempre el mejor de los jueces por ser parte implicada.
De todas las maneras, en este tipo de profesiones donde no hay una clara fecha de jubilación, siempre existe la duda de cuándo alguien debe de dejarlo.
Lo que está claro es que aquellos que fueron y serán por siempre mitos, murieron jóvenes y en la flor de su vida. Marilyn Monroe, James Dean y últimamente Amy Winehouse, murieron jóvenes y siempre estarán en nuestra retina sin necesidad de un buen programa informático para quitarles las arrugas. 

*FOTO: DE LA RED 

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