miércoles, 4 de enero de 2012

POR IMPOSICIÓN

Ahora que al ritual de la Navidad le queda poco camino, los pequeños escriben sus cartas a los Reyes Magos, y los mayores nos acordamos de nuestra época, de cuando nos tocaba a nosotros el escribir la lista, y que luego no servía para nada, dicho sea de paso, porque la mayoría de los regalos que te traían debían ser del extranjero, porque al menos en la única televisión de aquí no se veían.
En España, en eso de escribir la carta a los reyes se ha cambiado tanto, que durante un tiempo, presuntamente un miembro de la Casa Real era quien escribía su propia carta y no a los reyes de verdad precisamente, sino presuntamente valiéndose de su nombre.
Me acuerdo cuando se casó la Infanta Cristina con Iñaki Urdangarin, y en un momento de todo lo organizado se bailó un aurresku debido a las raíces del novio.
Era a la hora del “txikiteo”, y todos en los bares miraban con cierto orgullo de que por una vez se había puesto no una pica en Flandes, pero sí en la Zarzuela.
Ahora ocurre como en el chiste del que dice que es de Bilbao, que en realidad después de pasarle una serie de infortunios tiene que reconocer que no es de Bilbao, Bilbao. Pues eso, ahora recordamos que en el árbol genealógico del Señor Urdangarín hay parte de sangre que es belga, y en eso nos amparamos para comprender que no se ha portado como un vasco de pro.
Está claro que en España sigue funcionando el “amiguismo” y lo “digital”, porque durante las investigaciones del caso relacionado con el Señor Urdangarin, están saliendo a la luz, ejemplos en que por el mero hecho de nombrarle presuntamente, ya iba directamente una cantidad de dinero para él, aunque no le conocieran.
Entre este caso, el de los trajes, y ya dentro de la ley mismo, repeticiones de cargos, unos del gobierno central, y otros de los autonómicos, televisiones estatales, autonómicas, y no una solo por autonomía, sino incluso tres o cuatro..., aeropuertos nuevos de los que no ha despegado ni un solo avión; como hubiera dicho Yul Brynner: -Así nos luce el pelo ahora.
Lo dicho, nosotros mientras tanto, seguiremos escribiendo la carta a los Reyes Magos, y aunque los regalos que recibamos no serán de marca, ahora sí que estaremos seguros que vienen del comercio de oriente, concretamente del chino, pero del de al lado de casa, porque no va a llegar para más, ya que el resto del dinero será para impuestos impuestos. No, no ha sido una equivocación, sino que quería recordar el hecho de que los impuestos se imponen, y es triste pensar que a lo mejor es el único sitio donde este gobierno lo hace, al imponerse me refiero.

*FOTO: DE LA RED

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