sábado, 3 de diciembre de 2011

ROMPER LA BARAJA

En estos días inciertos, lo que te dicta esa voz con eco y sin cuerpo que se llama conciencia, es que una de las primeras medidas que hay que tomar es cuidarse uno mismo, principalmente desde el punto de vista físico.
Tal como están las cosas y con la mente puesta en la actitud del señor presidente de La Rioja, salir de la propia autonomía va a ser una auténtica aventura. Toda la familia con lágrimas en los ojos, despidiéndose del intrépido y quizás en este caso un punto irresponsable cabeza de familia, que por circunstancias largas y complicadas de explicar, tiene que dejar durante varios días la tierra que le vió nacer. Su mujer ya vestida de negro, por lo que pueda pasar, sigue apretada a él, quizás con la oculta intención de acompañarlo durante su aventura.
Dejar la propia autonomía puede suponer ahora una aventura que ni el propio Indiana Jones haya podido sentir en su piel.
Mientras en teoría se tiende a la idea de la aldea global, y de que en España antes una ardilla podía cruzar la península sin tocar el suelo, ahora es mejor salir con todo lo necesario para no tener que depender de las autoridades de la zona por la que vas a pasar. Bien pensado, es la idea de la autonomía pero llevada a sus últimas consecuencias, porque en realidad vas a necesitar ser totalmente autónomo para poder sobrevivir, como se decía antiguamente, en casa del hereje, y ahora herejes van a ser todos los demás.
El problema es que ésto ha empezado como una pelea entre vecinos y puede acabar con el rosario de la aurora, que en realidad nunca he entendido lo que quiere decir, pero que tiene que ser lo más de lo más, y con todos nuestros ahorros porque al final todos los problemas se solucionan con más impuestos, y eso siempre pagan los mismos.
De todas maneras lo que clama al cielo es que una decisión vital y personal, y que además no tiene precio, como es una donación, pueda ser al final moneda de canje en este problema entre autonomías vecinas, porque ahora no sólo peligra el bolsillo como siempre, sino la amenaza de que alguien que verdaderamente necesita un trasplante de órganos, no pueda ser atendido porque entre los diferentes despachos no se ponen de acuerdo. 
Donas tu propio riñón, y alguien que no eres tu mismo, decide que ese órgano hasta nuevo aviso no tiene receptor porque él está mosqueado.
Hay cosas con las que nunca se debería de jugar, y la salud es una de ellas, y más cuando religiosamente pagas tus impuestos, porque entre otras cosas, no te queda más remedio. 
Nunca se debería de decir que la baraja es nuestra y que si no jugamos a lo que nosotros queremos la baraja se rompe, porque ni la baraja es nuestra, ni luego si rectificas la baraja se puede recomponer.

*FOTO: DE LA RED

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