miércoles, 2 de noviembre de 2011

PROBLEMAS PARA SENTARSE

Ayer a la noche tuve que mirar el calendario para comprobar que efectivamente no era el día de los inocentes, porque lo que encontré en las noticias digitales me parecía imposible, pero desgraciadamente, y tras comprobarlo de varias maneras, aunque increible es verdad.
Se acaba de conocer que en Nueva York se han vendido dos licencias para taxi, dos placas de aluminio, para esos vehículos amarillos famosos en todo el mundo gracias al cine americano, por un millón de dolares cada placa. Por lo cual se llega al colmo de que para trabajar ya necesitas una fortuna.
Esperemos que en ésto no ocurra como con la burbuja inmobiliaria que todo va hacia arriba porque sino ya solo los millonarios podrían ser taxistas, y una carrera costaría más que cien gramos de angulas.
Como hubiera dicho mi padre: -No sé a dónde vamos a llegar. Y es que todo es un verdadero despropósito.
Aún recuerdo esas vísperas de la Lotería de Navidad, cuando practicando el cuento de la lechera, según mis cálculos me conformaba con unos cuarenta millones de pesetas para poder vivir sin trabajar pero de una manera sosegada, sin despilfarrar.
Ahora resulta que un millón de dolares sólo te garantiza el poder seguir trabajando.
Ésto no lo arregla ni la bruja de Sort, que como cada año, pronto hablaremos de ella, y es que a nuestra edad ya no creemos ni en los Reyes Magos, ni en el Olentzero. Solo la lotería nos puede ayudar
En cierta manera siempre ha sido cuestión de fe, antes para encontrar una plaza en la gloria, y ahora para que la suerte nos acompañe en encontrar trabajo, o para no perderlo el que lo tiene.
Hay que tener en cuenta que otra manera de pagar por trabajar, es el miedo a negarse a cualquier petición de tu superior, por aquello de que cuando las barbas del vecino veas pelar...Y cada día se puede comprobar que son cada vez más a los que se les ha pelado la barba en forma de despido.
Ahora no es difícil encontrar gente trabajando en obras un domingo, y no lo hacen por afición, sino más bien creo que es por miedo, aunque tengan que hacerlo casi de extranjis para que los sindicatos no se les echen encima.
En casos así, siempre me fijo si el afectado tiene problemas para sentarse, y no me refiero a tener tiempo libre, pues una vez leí, y nunca se me olvidará, pidiendo perdón de antemano, aquella frase por la cual si la mierda tuviera valor, los pobres nacerían sin culo.

*FOTO: DE LA RED

2 comentarios:

  1. Juana García Echeverría2 de noviembre de 2011, 10:23

    Tambien aquí, en nuestra Sanse hace unos años recuerdo que una licencia de taxi costaba una fortuna, más que un piso. No creo que ahora se cotice a tanto a juzgar por las colas que se forman en cualquier parada de taxis. Por ejemplo, en el Boulevard llegan a cubrir toda la acera desde el semáforo del Ayuntamiento hasta la salida del parking y a veces sigue paralela hasta la parada del autobús a Igueldo. Treinta taxis se acumulan y si en una urgencia pides una carrera corta, se te cabrean pues sólo les renta subirte a la residencia por la módica cantidad de 10 euros, 1666 pts ancianas.
    Seguro que tienen razón en sus cuentas, pero nosotros los de a pié hemos renunciado al lujo del taxi y nos cuidamos mucho de salir a tiempo para coger un autobús cuyo precio se está poniendo también imposible. Es lo primero que ha hecho nuestro democrático alcalde, subir la tarifa del transporte urbano.

    ResponderEliminar
  2. Juana, buenos días.
    En Donosti, ahora no se, pero hace años la gente era muy cómoda y por no andar cincuenta metros, paraban un taxi.
    Lo que ocurre es que ahora todo ha subido mucho, y de alguna manera hay que ahorrar, o al menos gastar menos, y más en Donosti que andando con tiempo, las distancias no son muy largas en general.

    ResponderEliminar