lunes, 3 de octubre de 2011

DÍAS SIN CHISPA


Ya serán varios años que el personaje de Aida, que daba nombre a una serie de televisión, que todavía persiste, pero sin ella, decía en uno de los capítulos aquello tan gracioso de: No tengo el chichi para farolillos.
Pues yo ni tengo chichi ni farolillos, pero mi estado de animo se aproxima a ese.
No se por qué pero no me he levantado precisamente como para hacer el anuncio de la cola-loca esa y su chispa de la vida.
Los mal pensados pueden creer que a lo mejor el resultado de lo que se denomina derby vasco de ayer, en el que la Real perdió, tiene algo que ver. La verdad es que me hubiera gustado que la Real Sociedad ganará ayer, y siempre, uno nace realista y sin embargo no es nada realista pues nos pasamos cada fin de semana soñando con ganar, y luego vienen las decepciones.
Lo mejor de las opiniones de ayer fue una muy divertida en la que decían que seguimos siendo el equipo aspirina, porque aquellos que se encuentran mal y juegan contra nosotros se curan ganándonos.
Es triste pero no le falta razón al chiste.
Sin embargo no soy de esos que van llorando por las esquinas, en primer lugar porque te puedes hacer daño con las aristas, que son malas consejeras.
La verdad es que siempre me ha gustado el humor, sobre todo el humor negro, y el que tiene un toque surrealista, que en este caso aunque podría parecer no se trata de hacer chistes sobre la real, aunque bien pensado..., puede.
Incluso después de muerto, que ya no se puede estar peor, se puede tomar uno las cosas con humor.. La prueba es ese chiste que me acabo de acordar donde dos esqueletos entran en un bar, cosa que ocurre casi todos los días, y uno de ellos le pide al camarero: Sáquenos por favor dos cervezas... y una fregona.
Espero que durante el día y a medida que vaya contactando con otras personas, pierda poco a poco este barniz un tanto triste con el que me he levantado.
De todas maneras con todo lo que se oye en las noticias, tampoco es como para estar tocando las campanas, en todo caso a arrebato, o a beber para olvidar.
Esto me acaba de traer a la memoria aquella otra perla también de nuestra querida Aida, en el que un día que sus amigos estaban preocupados por lo mucho que ella estaba bebiendo, comenta: Mis amigos me dicen que tengo un problema con el alcohol. ¡Vaya tontería! Si a mi el alcohol me encanta, me lo bebo todo...
Pensándolo bien le voy a hacer caso a mi querida Aida, y cambiando un poco la frase diré: Si a mí vivir me encanta, me lo vivo todo. Y es que mientras hay vida.., que buena está la Esperanza, que es la del tercero izquierda. Lo dicho, hay que seguir viviendo, y mejor con humor.

*FOTO: DE LA RED

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