jueves, 1 de septiembre de 2011

CUESTIÓN DE MENAJE


Pediría que, mentalmente al menos, mientras leemos estas líneas escuchemos “El final del verano” del Dúo dinámico.
Irremediablemente el cambio de hoja del calendario, viene ligado con la vuelta al cole de los pequeños, y de la rutina de casi todos, aunque siempre nos acordaremos de aquel Chanquete, que casualmente moría al final del verano.
Paseando por la calle estos días, he podido observar que los kioskos de prensa ya están a punto de explotar con todo tipo de objetos, pues hace ya mucho tiempo que estos locales en vez de ser lugar de prensa escrita, se convirtieron en competidores de los bazahares, o de lo que ahora llamamos tiendas de chinos. Y el quid de la cuestión lo tiene algo que sobre todo es típico de estos días, me refiero a los fascículos.
Antiguamente los fascículos, que creo recordar empezarían a mediados de los setenta en España, ofrecían la posibilidad de comprar enciclopedias, pero poco a poco, en las que Salvat fue pionero en España, y sobre todo la obra de aquel nunca olvidado Felix Rodriguez de la Fuente.
Ahora ya los coleccionables pueden ser de cualquier clase, con una caraterística común que es la inclusión de todo tipo de objeto, que al final de la colección habrá invadido las estanterías, y los armarios de su casa.
Creo que las editoriales, y bien lo sabrán ellas, se tienen que ir amoldando a los tiempos que vivímos, y tal como estamos, con más telarañas que dinero en los bolsillos, se me ocurre que deben hacer un giro a sus campañas, y ayudar con sus fascículos a la sociedad, que a la postre es su clientela.
Teniendo en cuenta que ya sufrimos, y lo que nos espera, todo tipo de recortes, las editoriales deberían de lanzar colecciones como “Su propio hospital”, en el que se va enseñando a ir curandose a sí mismo, fijandonos en los diferentes dolores que podemos sentir. Cada semana se adjuntarían vendas, todo tipo de objetos para operar, y lo mejor de todo sería que al final de la colección, que duraría unos cuantos años, más o menos como una carrera, tendríamos en casa un auténtico quirófano, en el que nosotros nos podríamos atender, y así liberar en cierta manera a la seguridad social, que según muchos ya está colapsada.
Otra colección sería “Su licenciatura en un pispás”, donde, como su propio nombre indica, se podrían encontrar las diferentes carreras que se ofertan en España actualmente. Se diferenciaría de la actual universidad a distancia en que no haría falta, en ningún caso, a aparecer por clase, y que además cada semana se regalarían todo tipo de objetos, que serían primordiales en el  estudio de esa semana. Al final, harías un examen con la misma Editorial, que ya entonces tendría poder para extenderte un certificado, si aprobabas su examen.
Ambos casos podrían parecer o muy lejanos, o que el que escribe ésto está en pleno delirium tremens, que no es el caso. Ahora, si pensamos quién podría meter el cazo en todo esto, ya la cosa cambia, y se hace más viable.
Antes de terminar, quiero presentar la colección estrella de todas las colecciones; de la Editorial Pispás, tendríamos “Su duplex en un pispás”, que iría adjuntando ladrillos, cemento, y todo tipo de conocimiento requerido, para que al final de la larga colección tengamos un bonito duplex. Bien visto, sería una manera para volver a lanzar la industria, ahora maltrecha, del ladrillo.
Y dicho, lo dicho, lo veo muy factible, pues todo es una cuestión de menaje, de dónde colocar el cazo.

*FOTO: DE LA RED.

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