viernes, 24 de junio de 2011

MELODÍA DESAFINADA

 Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: jueves santo, Corpus Christi, y el día de la Ascensión”.
Este dicho popular, creo que ya no será tan conocido por la gente  joven, sin embargo hace años era uno de los pilares religiosos de este país.
Ahora todo ha cambiado y en muy pocas autonomías lo respetan.
Los usos van y vienen.
La vida es como un tango…que hay que saber bailarlo y normalmente además va íntimamente unido a un argumento triste.
Durante muchos años en España, unos marcaban el paso y otros bailaban al ritmo marcado. El argumento triste, el de esas familias que tras años de sospechas están descubriendo ahora, que aunque les dijeron que sus hijos recién nacidos habían fallecido,
presuntamente no era así, sino que habían sido utilizados como moneda de cambio, y ésto por desgracia es literal.
Toda dictadura puede ser generadora de cualquier tipo de bajeza moral, como así se ha ido comprobando en países donde la han sufrido. Quizás el hecho del secuestro o venta de bebés, es una especie de compendio de todos los males de una dictadura, donde llega un momento en el cual ciertas personas sienten que están más allá del bien y del mal, y que lo que decidan ellos, bien decidido está.
Tiene que ser indefinible la sensación al enterarte por tu padre moribundo de que ellos no son tus verdaderos padres, sino que una vez fuiste comprado, y tu más íntimo amigo también. Así comenzó todo, y con ello la asociación de los damnificados.
Tiene que haber un antes y un después. No creo que se pueda dejar de querer  a los que hasta ese momento tenías también como padres biológicos. Sin embargo, el afán de saber que toda persona tiene, debe inclinarte a buscar tus verdaderas raíces, y a sentir la frustración de que tu destino haya cambiado, porque varias personas hayan jugado a dioses, cambiando el destino de muchas personas que acababan de llegar a este mundo.
Lo dicho, la vida es un tango donde hay músicos que quieren cambiar la melodía y hacer que los demás bailen al son que ellos quieren tocar.
Sólo nos queda  esperar a que la justicia haga lo que se espera de ella y sea bien repartida.

*FOTO: DE LA RED

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