sábado, 8 de enero de 2011

SOSPECHOSOS INSOSPECHADOS

Algún gracioso ha invadido mi intimidad y ha escrito en mi blog.
Sospechosos, mis tres hijos... no le voy a culpar al perro... Y además, son tan maquiavélicos que han dejado algún pelo del perro cerca del teclado del portatil, para dar más verosimilitud a la idea de que ha podido ser él. Para perros..., ellos, aunque sean mis hijos.
Se me está ocurriendo una gran idea. Me parece que voy a dar un giro al gobierno de nuestra casa, y durante unos días voy a fomentar el chivatazo, dejando fumar dentro de ella al que me diga quién ha sido y presente pruebas...Tengo que madurar la idea, y consensuarlo con la presidenta de este país de cinco personas y una mascota, porque como en casi todos los matrimonios, el consorte soy yo; aún diría más, presidente “consuerte” de que al final la culpa no sea mía por no haber cerrado el portatil; problemas de la política diaria de un pequeño país en tiempo de crisis.
En otro orden de cosas diré que los Magos de Oriente se portaron muy bien, aunque siempre hay que partir de una premisa...
En los días posteriores a la visita real, conviene no mirar los diferentes movimientos de cuentas de las cartillas bancarias. Aunque pensandolo bien...son los daños colaterales que tenemos que pagar para que nuestro pequeño país marital vaya bien, pues ya se sabe, al final todo se arregla, subiendo los impuestos.
Con el año nuevo siempre se hacen nuevos propósitos, aunque normalmente son antiguos que al final no se siguieron, y ahora se quieren retomar.
Yo me lo estoy pensando, y aunque alguien haya escrito bajo la identidad de mi perro, de que no quiero ir al gimnasio, me lo estoy planteando nuevamente, y esta vez es por una razón práctica.
He leído en el periódico, y visto en la televisión, de que una cadena de tiendas de ropa regalaba prendas a los primeros cien clientes que entraran vestidos sólo con ropa interior.
Por lo que pueda ocurrir en el futuro, y por si se pone de moda en otro tipo de establecimientos, conviene lucir una buena figura, imaginaros comiendo unas ostras de nada en cualquier restaurante que recogiera esta propuesta. ¡Nunca se sabe! Solo de pensarlo me pone, y es normal, pues ellas, las ostras, son además afrodisiacas... Aparte de que tal como va esta crisis galopante..., a lo mejor no lo hacemos por ostras sino por alubias, bien calentitas, eso sí.
Bueno, ya que el perro, o mejor dicho alguien en su lugar, inauguró esta sección, yo voy a escribir otro pensamiento raro:  
Estando de buen ver y si todo va mal, siempre se puede sacar partido de nuestro cuerpo,  ya que nuestras mentes hace tiempo que las vendimos a cualquier multinacional.

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