Desde hace unos años los diversos canales de televisión han puesto de moda anunciar cuanto van a durar los descansos, bien en cantidad de anuncios o en minutos. Eso está muy bien pues así puedes calcular lo que puedes hacer mientras.
El problema lo veo cuando no te dicen cuánto van a tardar en volver. ¡Preparate! Con un poquito de suerte todavía te acordarás de lo que estabas viendo, sin mencionar el recuerdo siempre presente hacia los progenitores del programador en cuestión.
Lo considero como una falta total de respeto para con el televidente, y creo que puede repercutir en contra del propio anunciante.
Otro truco que utilizan las cadenas últimamente es el anunciar, preferentemente lo hacen con series de televisión, que va a empezar la serie a una hora determinada, y, en efecto, comienza a esa hora, pero sorprendentemente empiezan a hacer un recordatorio exhaustivo de los capítulos anteriores, en ese momento, si miras a la competencia, seguro que hay en alguna de las cadenas algún partido de fútbol considerado como de bastante importancia,¡no falla! y hasta que no termina éste no comienza el capítulo del día. Por supuesto que todo esto adobado de unas buenas raciones de anuncios.
De todo este comportamiento lo que más me disgusta es que piensen que somos tontos y que no nos damos cuenta. Luego todo el mundo habla de jugar limpio en la vida, y los primeros en no dar ejemplo son ellos.
En mi pueblo a eso se le llama intentar metertela doblada.
Estoy de acuerdo de que las televisiones privadas tienen como fuente principal de ingresos la publicidad, eso es irrefutable. Lo que yo pondría en entredicho es el considerar como noticia en los telediarios de las diversas cadenas, incluyendo la televisión estatal, el lanzamiento de diversos productos, desde videojuegos a canciones, e incluso el estreno de una determinada película. ¿Eso es de interés general, o es publicidad pura y dura?, porque si ese viernes se presentan en las carteleras, cinco o seis películas nuevas, por qué en el telediario sólo se menciona el estreno de una. Lógicamente parece que prima lo crematístico. En la prehistoria, cuando solo había una cadena de televisión, en los telediarios no se hablaba de los estrenos cinematográficos. Sólo lo menciono para que no se conteste que siempre se ha hecho.
El problema de toda esta publicidad sibilina es que no nos demos cuenta y lo
llevemos al terreno privado. En cualquier momento, en una noche de pasión y ya muy cercano al climax, le podemos decir a nuestra pareja: un momento pues esto lo veremos después de la publicidad, y sacando un preservativo le hablas de las bondades del producto en cuestión.
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